Capítulo 2: Asignación de Miraculous (parte 3)

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El Señor Fu caminaba por el bosque, un lugar que se encontraba detrás del castillo y que no era visitado, ya que muchas personas habían asegurado qué serés desconocidos habitaban ahí. De ser así, ¿Por qué estaría un hombre de la tercera edad en aquel peligroso lugar? La respuesta era sencilla: Él aprovechaba esos rumores para poder estar solo y hablar con Wayzz.

-¿Cómo sigue la relación con los futuros portadores maestro?

-Bueno, realmente ha mejorado mucho, cada vez me tienen más confianza y yo a ellos.

-Eso es bueno maestro, y dígame... ¿Hasta el momento... Qué decisiones a tomado ?

El Señor Fu observó el hermoso y azul cielo mostrando una gran sonrisa.

-Como ya te había mencionado, Adrien se quedará con el Miraculous del gato y Marinette con el de la catarina, aparte de que ella será mi sucesora.

Lo último dejó helado a Wayzz, la noticia no había sido de su agrado.

-¿Enloqueció maestro? De tantas opciones, ¿Por qué Marinette?

Fu dejó de mirar al cielo y dirigió su mirada a Wayzz.

-¿Tienes algo en contra de Marinette? ¿O por qué te molesta tanto el hecho de que la elija?

-No tengo nada contra ella, pero siento que es incorrecto elegirla, y más como guardiana de los Miraculous, ella... Ella no soportaría la responsabilidad a diferencia de la otra niña, Kagami.

Aquel hombre soltó un pequeño bufido, parecía que la necedad de aquel Kwami seguía.

-Ya te dije que Marinette es la indicada, aunque no lo creas, tiene mucho potencial, y sobre Kagami, es de un carácter fuerte, pero hay algo en ella que no me convence... Su corazón... Me hace demasiado ruido en ese aspecto.

-Pero Maestro, tengo un mal presentimiento de esto... Algo malo ocurrirá si elige a Marinette...

-¿Estás seguro de que ocurrirá?

-No, pero realmente no me da confianza...

El Señor Fu decidió terminar con la platica, dándose la media vuelta y empezando su caminata para regresar al castillo.

-Wayzz, debes de dejar de ser tan paranoico, confía en mí.

-Realmente espero que no se equivoque, Maestro.

(Historia correspondiente a Tohka Yatogami A. P. M. F)

Desde la cocina del castillo se escuchaban las risas de dos pequeños niños: Adrien y Marinette.

Se encontraban comiendo pan que acaba de preparar Tom, padre de la pequeña azabache. Él es un hombre bastante fuerte, tiene todos los aspectos de un panadero y un gran carisma, algo que adoraba Adrien.

-...Entonces, ¡todos los panes calleron encima del señor Kurtzberg! Él se enojó claro, pero no pudo hacer nada al respecto.

Adrien reía a más no poder, ya que Tom le contaba todas sus anécdotas como panadero.

-Eso realmente fue divertido, ajajaja, Marinette, realmente me alegro de que tu padre también haya podido trabajar aquí.

-E-El es muy bueno... Y gracias a eso, ya lo puedo ver más.

Tom sonrió y cargó a Marinette haciendo que está se agarrara de su cabeza.

-Mi pequeña princesa parece contenta.

-Por supuesto papá, estoy feliz de que estés con mamá y conmigo.

Adrien disfrutaba de ver a su mejor amiga feliz.

Tom Dupaing trabajaba en la panadería de su familia mientras que Sabine se encontraba trabajando en el castillo, pero, como no era permitido salir de el más que los días de descanso, la familia Dupaing Cheng no se podían ver tan seguido desde hace ya 5 meses.

Hace dos semanas, el panadero del castillo tuvo que renunciar, y Adrien, sabiendo el oficio del padre de Marinette, se encargó de convencer a Gabriel de que fuera contratado, logrando su objetivo.

Tom tenía que empezar con la orden respectiva para la cena, asi que ambos niños se fueron a jugar al jardín trasero, donde se encontraban los establos.

El sol se estaba poniendo, una escena muy bella... Y adecuada para una situación tan tierna.

Adrien tomó de la mano a Marinette y la llevó hasta un lugar que estaba detrás de los establos, aquella niña estaba confundida.

-¿Qué haces Adrien?

-Bueno, eres mi mejor amiga, y creo que es el momento indicado para que te lo muestre.

-¿Uh?

Los establos chocaban con una parte del muro que rodeaba al castillo, y, había una grieta que no se notaba a simple vista.

Adrien tocó la grieta y esta se reveló trazando algo parecido a un cuadrado mal trazado, después, la empujó haciendo que cayera. Adrien se puso de rodillas y gateo para cruzar al otro lado.

-Ven Marinette.

Marinette hizo caso y gateó para cruzar, ahora ambos se encontraban fuera del castillo.

Adrien tomó una vez más la mano de Marinette y corrió junto a ella hasta llegar a un río que tenía una bella vista del cielo, ya que todo estaba despejado.

La Azabache había quedado impactada con tanta belleza a su alrededor.

-Esta grieta la descubrí cuando tenía 4 años, no da una salida al pueblo... Pero me puedo distraer aquí cuando todos están ocupados, ya que está completamente aislado.

-Adrien... Esto es realmente maravilloso...

El pequeño rubio se sonrojó un poco y desvío la mirada, Marinette se dió cuenta de ello enseguida, asi que lo tomó de la mano.

-¿Qué ocurre Adrien?

-Eh... Bueno... Yo... Yo...

Adrien tomó aire, y con ello, valor, mucho valor.

De uno de sus bolsillos sacó un collar y extendió su mano con el hacia Marinette.

-¡To-Toma! Es para ti...

-¿Para mi?

Marinette tomó el collar y lo observó, en tan solo un segundo había quedado maravillada.

Adrien cerró los ojos, no quería ver la expresión de su amiga.

-¡Y-Yo lo hice! Te entiendo si no te gustó, quedó horrible...

No recibió respuesta alguna. Eso sólo provocó que Adrien abriera los ojos y viera la cara de Marinette, la cuál estaba bastante roja e incluso sus ojos estaban cristalizados.

-¿Tan horrible quedó?

Marinette se talló los ojos para poder mirar a Adrien.

-Por supuesto que no, todo lo contrario, está muy lindo... Gracias.

Marinette abrazó al collar contra su pecho, pues ahora se volvería su mayor tesoro.

Adrien sonrió cuando Marinette hizo aquello, su corazón se llenaba de alegría.

La Azabache abrazó a Adrien, dándole un beso en la mejilla.

-Eres mi mejor amigo Adrien, te quiero demasiado, no me gustaría dejar de verte aun cuando te conviertas en rey al igual que tu padre.

Adrien es un niño que no se preocupa por el futuro, lo que menos le interesaba era el convertirse en rey, o bueno, crecer para ello, sin embargo, esas palabras le habían causado una sensación extraña.

-Marinette... Yo... Yo tampoco... Quiero perderte... Nunca...

-¿Eh?

-Quiero que estés siempre conmigo, y que en un futuro, compartas el reino conmigo...

-...

Un silencio se creó entre ambos niños.

¿A que se refería Adrien con ello?

La Cenicienta Detrás de la Máscara(Miraculous Ladybug fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora