PERFECTA

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HUNTER

Era verdaderamente hermosa, él cuerpo de mi mujer lo era. Amaba cada cosa de ella, ese hermoso cabello, su olor adictivo, su sabor a uva, su manera de amarme.

Y verla desnuda.

Jodidamente era la cosa más perfecta que jamás vi nunca.

Adoraba poder hacerla mía. Me gustaba follar cada parte de ella.

Su coño era adictivo.

Su culo exquisito. Y su condenada boca era lo que me daba mayor placer en la vida.

Mi gatita.

No podía despagar mis ojos de ese jugoso coño, mi gatita era perfecta cuando la follaba, la manera en la que su cuerpo me recibía era única. Verla toda roja e hinchada hacia que mi polla se haga mucho más dura.

Besaba su cuello mientras mis caderas se seguían moviendo. Su pecho se paraliza mientras presiono su clítoris con mi dedo, finalmente Luisana se deja llevar y su orgasmo llega. Me corro viendo su hermoso rostro. Salgo de su culo mientras ella se acomoda en una de las almohadas. Nuestros hijos estaban fuera de aquí y eso era muy bueno, así podía follarla hasta que pierda la conciencia.

Mi esposa cierra sus ojos mientras yo cubro su cuerpo, beso su cabello y sobo su espalda hasta que sus ojos se cierren por completo.

Dejo que mi mujer duerma mientras miro una serie de televisión, casi nunca tenemos tiempo para los dos, pero jodidamente lo disfrutamos cuando sí.

Golpean la puerta de la habitación, me pongo unos pantalones y la abro.

—Vamos. Los niños los esperan —dice Cam.

—Estaremos ahí en un momento.

—Bueno, apúrate. Necesitamos ayuda con las cosas.

—Camila, follaré a mi mujer una vez más y luego bajaré. ¿Está bien?

—No quería saber eso.- Ella hace una mueca-, pero está bien, cuidaré a los niños.

—Bien.

Cierro la puerta, Luisana, me observa toda hermosa y despeinada. La atraigo a mi pecho y devoro su boca.

******

Mi mujer atienda a mi hija, las dos ríen mientras ella canta una bella canción y Arlet trata de repetir lo que dice. Es hermoso verlas así.

Si alguien algún día me hubiera dicho que tener una hija mujer se sentiría tan especial, hubiera embarazado a Luisana unas 15 veces más.

Arlet lleva un hermoso pijama térmico color lila. Todos nos reuniremos para una gran fogata y acampar con la familia. Luh termina de vestirla y trenza su cabello.

—¡Papi! —Los pequeños bracitos de mi niña sostienen mi cuello.

—¿Por qué debes de ser tan perfecta?

Arlet sonríe y besa mi mejilla.

—Muero de emoción por dormir con toda mi familia.

Luisana camina hacia mí, ella llevaba en cabello igual que el de su hija.

—Mis dos mujeres perfectas —exclamo y la atraigo a mi pecho también. Camino junto a ellas mientras los demás llevan cosas por aquí y por allá. Éramos demasiados, era difícil incluso saber los nombres correctos de los miembros de los clubes de mis hermanos.

Mis hijos corren hacia su madre cuando la ven. Ellos ya se encontraban listos para la noche de acampada, incluso tenían pequeños malvaviscos, galletas y chocolate.

ELLAS MC Donde viven las historias. Descúbrelo ahora