06

668 99 14
                                    

Estaba recostado sobre la banca, el aire helado golpeándolo y su mejilla contra el frío metal del asiento. Sin parar de llorar, apretaba fuertemente sus puños y sus ojos estaban más que rojos. Le dolía... le dolía tanto la situación.

¿Realmente estaba pasando? ¿Realmente TaeHyung le mintió? ¿Realmente dejó de amarlo? Tenía que ser una pesadilla y quería despertar ya para encontrar a su lado un TaeHyung abrazándolo tiernamente en la cama.

Decir que se sentía destrozado era poco, se sentía así y más.

Se enderezó en el asiento sollozando, su cuerpo temblando debido al frío y los sollozos. Cubrió de nuevo sus ojos inútilmente para que sus lágrimas se detuvieran.

No podía parar de llorar, simplemente le dolía demasiado.

Aun llorando amargamente se levantó de aquella banca. Con la mandíbula apretada comenzó a caminar, sacó su celular de la bolsa y fue directo a la bandeja de mensajes.

Rompiéndose al instante al ver el último mensaje que le envió TaeHyung aquella vez que lo dejó plantado.

"Bebé, siento no haber podido ir por ti. Tuve un contratiempo y ya no pude, lo siento. Prometo que no se volverá a repetir, perdóname enserio, la próxima saldremos, haré lo posible.

Te amo, Kookie, nunca lo dudes."

Era tanto su enojo como su dolor al leer el "Te amo" ¿Cómo podía tan fácilmente decírselo? Tenía unas ganas de aventar el celular al suelo, desquitarse con todo. Quería golpear a TaeHyung, quería que sintiera lo mismo que sintió él.

Te odio Kim TaeHyung.

...

Y una vez llegó a la gran casa, aquella que siempre odió, subió las escaleras y al llegar a su habitación arrojó el bolso en algún lado, observó cada detalle de la habitación. Su mirada recorrió la cama matrimonial, esa donde una vez, antes de todo, TaeHyung le había hecho el amor.

Acarició las blancas sabanas, apretando los ojos dejando salir aún más lágrimas. Perdiéndose en sus recuerdos.



Los suspiros se escapaban de la boca del azabache mientras el rubio acariciaba su cintura y besaba la blanca piel de su cuello.

—Tae...—un pequeño gemido se le había escapado al sentir los labios húmedos de su novio en sus clavículas.

TaeHyung dejaba marcas en su piel que al día siguiente se notarían.

—Kookie...—el rubio suspiró para después alejarse del pecho del azabache y volver a plantar sus labios en un beso lleno de lujuria y amor.

JungKook chilló sobre los labios ajenos en cuanto sintió las frías manos de TaeHyung colarse debajo de su playera para acariciar sus caderas. Amaba las manos del mayor, lo hacían sentir muy bien en todos los sentidos.

Empezaron a caminar torpemente hacia la cama que se encontraba a unos pocos pasos de donde estaban parados anteriormente. TaeHyung colocó suavemente al azabache en la cama para después posicionarse encima de él.

Siguieron besándose mientras las grandes manos del rubio recorrían todo el cuerpo del menor. JungKook estaba totalmente perdido en las sensaciones que le provocaban las caricias de su novio, soltaba gemidos bajitos y suspiros cuando sintió cómo TaeHyung recorría sus piernas aún sobre la tela de los jeans que vestía.

Ambos suspiraron cuando cortaron el beso por la falta de aire, juntaron sus frentes respirando pesadamente. El azabache sonrió al mismo tiempo que acariciaba los hombros del rubio, miró los almendrados ojos de su mayor, ya no llevaba esos pupilentes que tornaban azul su mirada. Y tenía que admitir que el color café natural era mejor que el azul.

—Espera...—habló el mayor con la voz más ronca de lo habitual y se separó de él un momento.

JungKook observó cómo su novio cerró la puerta y empezaba a quitarse el elegante traje que portaba, no pudo evitar dar una risita.

—¿De qué te ríes?—preguntó él igual sonriendo mientras apagaba la luz y volvía a colocarse entre las piernas del menor.

Aún había una pequeña lámpara, alumbrando un poco la gran habitación.

—Cierras la puerta como si alguien fuera a entrar cuando no hay nadie más aquí, Tae...—dijo con un tono divertido mientras se miraban a los ojos.

—Es mejor prevenir...—dio una última sonrisa para volver a atacar los hinchados labios de su pareja.

Se pasaron así por unos minutos, besándose mientras había unos toques subidos de tono. La ropa estaba comenzando a estorbar y no faltó mucho para que ambos ya estuvieran semi desnudos, con sólo la ropa interior.

—Tae...—gimió en cuanto sintió la mano del contrario bajar lentamente su bóxer.

No era la primera vez que tenían relaciones, y sonaba algo gracioso, pero JungKook se sentía algo extraño al no hacer aquello en su casa. O bueno, su antigua casa, porque en ese momento estaban en una gran cama matrimonial de una gran habitación que estaba en una enorme casa.

Casa que TaeHyung compró para los dos. A penas habían llegado hace unas horas, y aunque JungKook le había regañado por gastar tanto, se mantuvo con una sonrisa todo el día.

Salió de sus recuerdos al sentir cómo un dedo tanteaba su entrada, ni siquiera notó en el momento en el que le quitó la ropa interior, ni cuando sacó el lubricante y tampoco notó cuando TaeHyung había sacado la suya propia.

La intromisión siempre era molesta para JungKook, al inicio. Después de que TaeHyung introdujo un segundo dedo se relajó, la molesta sensación siendo reemplazada por placer. El rubio había comenzado a mover sus dedos en su interior y JungKook sólo gemía en respuesta. Llevo su propia mano hasta su miembro y comenzó a acariciarse para después gemir el nombre de TaeHyung.

El rubio sacó sus dedos recibiendo un gemido en queja. Tomó la mejilla del menor para volver a besarlo mientras que posicionaba la punta de su miembro en el orificio del menor.

—Te amo, JungKookie...—soltó suavemente en el oído del mencionado.

El azabache quiso llorar de amor en cuanto lo dijo, pues siempre lo ponían tan sensible las palabras bonitas que el mayor le decía y más en esos momentos.

Se tensó al sentir como TaeHyung entraba lentamente en él, se aferró a su espalda y soltó un gemido en el oído del rubio para después corresponder a su confesión.

—También te amo, TaeTae...



Apretó las sabanas entre sus dedos mientras sus lágrimas seguían cayendo con dolor.

Quería dejar de llorar pero le era imposible, y simplemente se recostó en aquella cama abrazando de nuevo una almohada, su boca enterrada en ella tratando de que no se escucharan tanto sus sollozos.

Aunque aun así, no había nadie ahí que lo escuchara, y nunca lo iba a haber.

Sentía su pecho doler demasiado, le dolía como no tenían idea. Nunca había experimentado un dolor así... no sentía que lo iba a experimentar, con TaeHyung se suponía que nunca lo iba a hacer.

Se suponía.

Odio con mi vida el día en que me entregué a ti. Te odio a ti y sólo a ti, y bendito sea el karma para que llegues a sufrir.




La última frase ☝ pertenece a YOONMIMSEOK créditos a ella y gracias.

Without Me 『VKook』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora