¿Por qué simplemente no lo admites? Me amas - hablo ella desesperada
Por qué eres una sucia prostituta - gruño el tan brutalmente que la hizo dudar si en verdad ese hombre merecía tener su corazón. Pero desgraciadamente ya era demasiado tarde para...
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Horas más tarde....
¿Y? ¿Cómo está ella? - la pregunta de Will me hizo fruncir el ceño y suspiré tristemente
Mal - susurre y trague el nudo que tenía ya hace un rato en la garganta - no la reconozco - dije entrecortada y me miró detenidamente antes de estirar sus brazos hacia mi
Tranquila - susurro y solté un sollozo involuntario
Necesito comprobar que tiene una salud mental estable, tengo que llevarla conmigo - dije y asintió
Tengo un amigo psiquiatría, seguro nos ayudará
¿Tú crees?
Es buena persona, sólo necesito llamarlo - dijo y lo mire con esperanza
Por favor Will - dije casi rogando y se separó de mí para poder ir hacia su teléfono y me sonrió antes de comenzar a marcar. Mi teléfono sonando me sobresalto y me dirigí a él contestando sin mirar el número
¿Dónde diablos estás? - el grito de Justin me hizo temblar y trague grueso caminando lejos de Will - ¡CONTESTA PUTA! - grito y jadeé sin saber que decir
Justin, no estoy en la ciudad - dije despacio y río sarcásticamente
No me digas, no me había dado cuenta - dijo sarcástico y rodé los ojos - te quiero aquí con mi hija ya mismo - gruño y bufé
Eso no será posible Justin - dije molesta y apreté mis dientes con coraje - y deja de llamarla hija como si en verdad te importará idiota mal nacido - dije con odio - !NO ES TU HIJA, METETE ESO EN LA CABEZA! - grite como loca y justo cuando iba a colgar sus palabras me detuvieron
Recuerda que cada día que sigues con ese bastardo, le quitas un día de vida Antara - dijo serio antes de colgar y mi corazón latio fuertemente, de pronto el miedo se apoderó de mí ¿Quien se creía ese idiota?
¿Estás bien? - la voz de Will me hizo saltar del susto y puse una mano en el pecho mientras cerraba los ojos - lo siento, no quise - dijo sentido y asentí suspirando, no podía hacerle esto, no a el
Te amo tanto - dije sin pensarlo antes de lanzarme a sus brazos y me apretó a él algo desconcertado - te amo mi amor, no lo olvides nunca - repetí y suspiro
Yo también te amo, pero no hables así, me espantas - dijo tomando mis manos entre las suyas y asentí
Lo siento - dije mirando sus hermosos ojos verdes y sonrió antes de besar mis labios
El psiquiatra dijo que vendría, nos ayudará - dijo feliz y suspiré aliviada
Gracias amor - dije acariciando su brazo y me separe de el al escuchar el llanto de mi hija - ya vengo dije llendo hacia la habitación y una vez dentro me dirigí a ella y la tomé en brazos - ¿Tienes hambre mi amor? - susurre mientras bajaba mi blusa para sacar mi ceno izquierdo y la acerque para que tomara mi pezón el cual tomo gustosamente, si que tenía hambre.
Mi mente viajo hacia mi madre y suspiré con melancolía, me había impactado su delgadez, su palidez y por supuesto su mirada, era vacía y sin brillo. No sabía quién había sido el bastardo que le hizo eso, pero no pararía hasta saber quién era. Por supuesto, cabe aclarar que mi madre no parecía tener esquizofrenia como decia la doctora, por lo cual le haríamos unos cuantos estudios para determinar si tenía una salud mental estable
Hey, no llores más - la voz de Will y su mano en mi hombro me hicieron reaccionar y recién me di cuenta de que estaba llorando a mares - te hará mal, tranquila - dijo y solo de ver su hermoso rostro de ángel me dió más melancolía. No podía permitir que Justin le quitará la vida gracias a mí, yo no quería ser la responsable de que esos brillantes ojos verdes se apagarán
Soy un asco de persona, no puedo proteger a mis seres queridos - dije entre sollozos y nego en desacuerdo
Dame a la niña anda - dijo y más que obligada se la tendí y acomode mi blusa adecuadamente - ven aquí anda - dijo estirando su mano hacia mí y la tomé fuertemente - sssh tranquila mi amor - susurro abrazando mi cuerpo al suyo y trague grueso al recordar las palabras de Justin
Recuerda que cada día que sigues con ese bastardo, le quitas un día de vida Antara
Perdón, soy una ridícula - susurre y su suave risa me relajo
No eres una ridícula - dijo gracioso y mire sus ojos, era lo que más me volvía loca de el y entonces al verlos tan llenos de amor me di cuenta de que jamás me perdonaría hacerlo sufrir, jamás me perdonaría que algo le pasará. Me daba terror solo pensarlo