Breathe, We'll Be Okay [SuYeol/ChanHo]

Rebelión

Comenzó como la mayoría de las rebeliones cliché.

Junmyeon se hizo un tatuaje en su vigésimo segundo cumpleaños para simbolizar su nuevo enfoque de la vida, para celebrar el nuevo él. Había tenido toda la intención de colocarlo en algún lugar visible, pero después de que el artista le recordó que los tatuajes eran permanentes y que estarían con él para siempre, optó por comenzar su rebelión en secreto, con una estrella andrajosa y desgarrada en lo alto de su muslo.

No quería que lo rechazaran porque tenía un tatuaje que el director desaprobaba.

Mantuvo su secreto hasta los veintitrés años, cuando conoció a un joven y prometedor fotógrafo que estaba tan ansioso por arruinar la imagen de Junmyeon como el mismo Junmyeon.

La sesión de fotos sorprendió a todos y Junmyeon no podría haber estado más feliz con ella.

Había pasado meses en el gimnasio preparándose para que, cuando todos hojearan las páginas subidas de tono de la revista, no vieran a ese adolescente bonito y frágil que conocían, sino a un hombre de veintitrés años rompiendo las sofocantes cadenas de encasillamiento.

Era un tema oscuro, en tonos de gris, mientras yacía solo y desnudo en la cama, miraba desanimado por la ventana y le daba una sonrisa vacía y sin alegría a la cámara en un primer plano. Derramó todo lo que había querido mostrar a los directores de casting, pero que nunca tuvo la oportunidad de hacerlo.

Él podría ser torturado, desinhibido e inquietantemente bello frente a una cámara.

También le valió el comienzo de una reputación, una que descubrió mientras se extendía debajo de Jung Yunho en una habitación de hotel de mala muerte que ellos pensaron que nadie podía rastrear.

Junmyeon casi no lo había escuchado porque Yunho había estado succionando marcas en su muslo como si pudiera rasgar aún más ese tatuaje de estrella, y eso lo estaba volviendo loco.

—Te ves aún más pecaminoso en la vida real.

Fue todo lo que atrapó antes de que Yunho se lo tragara entero y sus caderas se arquearan de la cama, queriendo más.

Se suponía que debían separarse a la mañana siguiente con Yunho tomando el elevador y Junmyeon subiendo las escaleras, pero Yunho había llevado a Junmyeon con él en el último segundo, y lo había inmovilizado en una esquina donde lo besó desesperadamente, como si fuera un hombre sediento en un desierto y Junmyeon fuera su brillante oasis.

Si bien la compañía de Yunho hizo todo lo posible para evitar que la cinta de seguridad se hiciera pública, se filtró rápidamente como lo hicieron la mayoría de las cosas que involucran a una estrella Hallyu.

La cita con Yunho hizo que los medios zumbaran durante semanas y Junmyeon nunca antes había experimentado una avalancha de artículos en su página de resultados.

A pesar de las connotaciones negativas, fue emocionante tener su nombre en los titulares y personalmente satisfactorio que las fotos que lo acompañaban no fueran de él sonriendo con un uniforme escolar, sino más bien su rostro sombrío de la revista, o la foto granulada del elevador de sus manos enredadas en el pelo de Yunho.

Ya no era un niño bonito para ellos.

Fue el comienzo de un rápido descenso en las ofertas de filmación, pero a través del escándalo supo que había otras formas de mantener su nombre en el centro de atención.

Como la mayoría de las rebeliones cliché, Junmyeon no sabía cómo detenerse.