Candy se encontraba encerrada en el calabozo, el cual estaba rodeado por un pozo con dos cocodrilos, del otro lado del castillo. Neil le lanzó, algunas rosas rojas al agua.
- Me duele tener que encerrarte Candy, me duele mucho. Por otro lado, la vida de un rey está llena de duras decisiones. ¿Lo entiendes?
El cisne blanco le dirigió una mirada furiosa, y destrozó una rosa.
- ¡Estás de nuevo enojada conmigo, rayos! ¿No hay nada que haga yo bien? ¡Cabeza de chorlito!
Candy bajó la cabeza, llena de tristeza.
- Pero no puedo dejarte así princesita, si no eres feliz, yo tampoco soy feliz. Hmmm... ¡Ya sé! Si no puedes asistir al baile, traeré el baile a ti. Eso es, pero ante todo necesitas un acompañante. El príncipe está ocupado claro, pero aquí tienes un sustituto.
En ese momento, la puerta se abrió. Eliza empujaba a Charlie. Ya no estaba atado, pero seguía con la boca cubierta.
- El pobrecito se perdió en el bosque.
Candy lo ayudó rápidamente a volver a la superficie para poder sostenerse, y le destapó la boca.
- Gracias...
- Cuánto lo siento, pero si no me voy ahora llegare tarde. Eso se ve mal.
Candy volvió a mirarlo molesta.
- No, no, no, no, no, no me mires así princesita. Tenías que portarte mal, ¿No es así? Tenías que involucrar a tu príncipe, ¿no? Pues a mí me da igual. ¡A mí me da igual! – Dijo Neil antes de cerrar el calabozo de un portazo. –
Mientras tanto en el reino de Terry, ya habían llegado todas las princesas invitadas al baile. Terry y su madre estaban terminando de alistarse. La reina verificaba que su peinado estuviera impecable, mientras Terry se colocaba su capa.
- Prométeme Terry, que me dirás quien es en el momento mismo en que llegue.
- Jajaja, no te preocupes madre, lo sabrás. Créeme, que lo sabrás.
En el Lago del Cisne, los tres príncipes pensaban como ayudar a Candy. De pronto, una gran idea surgió.
- ¡Ya sé qué haremos!
- Dinos Anthony, te escuchamos.
- El agua se filtra hacia el calabozo, y eso significa que hay un agujero. ¡Lo encontraremos, lo agrandaremos, y así Candy será libre!
- Gran idea primo, dinos qué hacer.
- Stear, tú distrae a los cocodrilos. Archie, eres pequeño pero rápido en el agua. Tú buscaras el agujero. Cuando lo encuentres, Stear lo agrandará, y yo distraeré a los cocodrilos.
- Entendido.
Rápidamente comenzó la ejecución del plan. Stear nadaba velozmente, y ganaba tiempo golpeando a los cocodrilos con la cola. Mientras Archie buscaba el agujero, uno de los reptiles se dio un fuerte golpe contra las piedras tratando de atraparlo. Eso les dio un poco de ventaja para agrandar la salida. A causa del golpe del cocodrilo, Archie salió disparado al calabozo.
- ¡Archie!
- ¡A tu rescate, gatita!
Stear le dio la señal a Anthony, y el plan prosiguió.
- ¡Tenemos suficiente espacio!
- Gracias a todos.
Candy trato de convencer a Charlie que soltara la cadena, pero él no podía entenderla. Sin embargo, no había tiempo para eso. Stear le indicó cuándo salir. Los cocodrilos por poco la atrapaban, pero sus tres defensores llegaron a ayudarla. Stear les mordió la cola, Archie los mareó nadando en círculos, y Anthony les dio una patada.
- ¡Ve Candy! ¡Adelante!
La princesa emprendió el vuelo, rogando llegar a tiempo.
Continuará...
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La Princesa Encantada
FantasyUn mago vengativo hechiza a una princesa, hasta que un príncipe le declare su amor infinito. Adaptación de la película de 1994 con personajes de Candy Candy.