II. - Peter Rogers Stark (EDITADO)

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Peter:

Tengo que hablar muchas cosas con Harry, la verdad no soy muy bueno detectando mi propio olor así que no me di cuenta del cambio. Creo que tengo que leer más acerca de las feromonas y los cambios que puede haber cuando se produce alguna alteración en el organismo. Tendré que pasar a la biblioteca, aunque también podría ir a casa de Harry y pedirle algunos de sus libros. Por alguna razón mis papás no tienen muchos libros de esos.

Me vi interrumpido al chocar con Harley. Mi hermano es dos cabezas más alto que yo, su condición alfa le ayudaba a ser alto y algo musculoso, pero lo demás lo había heredado de pops. Para mi desgracia yo soy bastante promedio, pero al lado de los alfas parezco una pulga. Ojala que Morgan no crezca tanto.

— Lo siento, Harls. — me disculpe mientras sobaba mi nariz. Estúpidos alfas que hacen ejercicio.

— ¿Harry lo sabe? — me preguntó serio.

Ugh. Harley no odia a Harry, todo lo contrario, pero es muy protector conmigo. Además, no sé para que me pregunta esas cosas, es obvio que Harry sabe todo lo que me pasa. Es mi mejor amigo y la araña que me dio estos poderes es de su papá. No es como si pueda ocultarle eso.

Ahora tengo que explicarle cómo paso.

Solté un suspiró cansado.

Odio mi vida.

— Si. Cuando em mordió esa araña tuve algunos efectos secundarios en lo que su ADN se integraba al mío. — ¡Maldita sea! Quita esa cara de demonio. — Me puse un poco enfermo así que tuve nauseas y luego me desmayé, él me ayudó.

— Peter Benjamin Rogers Stark. — suspiró mientras negaba con la cabeza. Creo que le va a salir una ulcera si sigue preocupándose así. — Solo ten mucho cuidado, por favor. No hagas tonterías, nada de experimentos locos.

¡Ah! Cómo si yo hiciera experimentos locos. Me ofende.

— Si, Harley. — tomé mi mochila — Nos vemos en la noche, prometo no llegar tarde. ¡Adiós, pops, papá y Morgan! — grite mientras salía del complejo.

*

— Buenos días, joven Peter. ¿Necesita que lo lleve a algún lado? — le preguntó un hombre en traje de cabello azabache con algunas canas, tenía una cicatriz en la nariz.

Cuando Harley nació Tony dijo que quería cuidar de su cachorro y los que vinieran así que desde que nacen les asigna un guardaespaldas. Peter había crecido al lado de su tíos y de Marcos, el hombre que tenía frente. Marcos era como un tío más para el pequeño, era un beta pero tan fuerte como un alfa, además de que era ex militar. Siempre seguía al menor y lo cuidaba, también sabía sus secretos.

— Buenos días, Marcos. No, gracias. Hoy me iré caminando, quedé con Harry y lo más probable es que lo vea en el camino. Y no seas tan formal. — le regañó el menor mientras lo fulminaba con la mirada.

Marcos rio y acarició el cabello del menor.

— Estoy frente a la torre, tengo una imagen que mantener.

— Aja. Nos vemos más tarde.

— Adiós, Peter. No hagas locuras.

— ¿Acaso es el día de molestarme? No hago tantas locuras, según yo. — susurró Peter para sí mismo.

Peter se colocó la capucha de su sudadera, no sin antes ponerse una gorra y terminó poniéndose sus antiguos anteojos. Al parecer ser una araña mejoró la ceguera del menor.

Camino de manera tranquila con sus audífonos puestos. Esta tan sumergido en sus pensamientos que no se da cuenta de algunas miradas sobre él.

Las feromonas que expulsa tienen un olor peculiar. Cada ser humano tiene feromonas precisas, el olor jamás se repite así que se convierte en una marca que cargan los demás. No importa su clase todos tienen su propio aroma aunque sea muy leve.

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