Okay, analicemos la situación:
Estoy en un auto con cuatro hombres. No son de muy buena compañía. Hay un loco en una fiesta de la que acabamos de salir. Vi como mataban a una persona, otra vez... Y desde aquí puedo escuchar todas las maldiciones que Gerog puede inventarse para mi.
Yo tampoco quiero estar aquí, bitch.
Miro a mi lado y Bill me sonríe. Dios, tiene una carita de ángel pero no lo es. Me tiró del fuego a la sartén. Le sonrío de vuelta.
La camioneta se detiene y todos salen por las puertas. ¿Qué hago? Bill se detiene y me mira.
-¿No podrías llevarme a mi casa?- le pregunto.
-No, lo siento. Mañana te llevo. Ahora ven- me ofrece su mano. Dudo en tomarla o no, pero Bill no me da ningún indicio de que quiera llevarme a mi casa.
Tomo la mano de Bill y me ayuda a bajar. Caminamos a la casa y me deja el paso. Entro y es como la recuerdo... No es que me la pase recordando la casa de Georg o algo por el estilo.
Bill se va de mi vista y yo me quedo en la entrada, parada y sin saber que hacer. No veo a Georg y eso es bueno, creo que esta enojado por tenerme de nuevo en su casa. Pero las dos veces yo no pedí venir.
-¿Gustas sentarte?- me dice un rubio de lentes. Gustav.
-Gracias- murmuro y camino al sofá más cercano. Me siento y me quedo mirando mis balerinas.
El hermano gemelo de Bill llega y se sienta en otro sillón que está a mi lado. Se pasa la lengua por su arete del labio y eso me incómoda. Llega Bill y se sienta junto a Gustav.
Siento la mirada de los tres pero no levanto la vista. Escucho unas pisadas bajar de las escaleras.
-Tú- me grita Georg, pero no lo veo. Veo sus botas pararse delante de mi.
-Hey, déjame a mi- le dice Bill. Veo los zapatos de Bill caminar donde están los de Georg y después sólo los de Bill-. Roh... ¿Si te llamas así?
Asiento.
-¿Con quién fuiste a la fiesta?
-Con mi amiga Kara.
-¿Dónde está tu amiga?
-Con uno de nuestros amigos, supongo- lo último lo digo en un susurro, sólo para mi.
-¿Me podrías decir si viste algo?- Oh Bill, vi muchas cosas.
-Yo no vi nada- digo.
-¡Di la verdad!- grita Georg y se levanta. Quita a Bill de mi vista y ocupa su lugar.
-Georg- dice Gustav.
-No te creo eso de que no hayas visto nada. ¿Qué viste?
Me quedo en silencio. No pienso decirle nada a este tipo.
-Bill- le llamo, él me mira- ¿puedo usar tu baño?
Georg gruñe y Bill asiente. Se levanta y yo igual. Lo sigo y me lleva al baño de abajo.
Me meto antes de que me diga algo y cierro la puerta, con seguro.
Me siento en la tapa del inodoro y saco mis dos celulares. Marco el número de Kara. No me contesta. Lo intento otras dos veces y nada. Abro el otro celular y vuelvo a marcar.
-Contesta....
Al tercer timbre escucho la voz de Kara.
-Roh, ¿dónde te metiste?
-Estoy en la casa de Georg- le digo. Ella suelta un grito y después se ríe.
-Esa es mi amiga, y decías que no iba a pasar nada...