Me despierto y escucho que alguien tose muy fuerte.
Nana.Abro los ojos de golpe y escucho que viene del baño. Abro la puerta y esta pegada al retrete, vomitando.
Rápido le recojo el cabello y le sobo la espalda.
—Respira- le digo.
-No...no me siento bien- me mira y esta más pálida que nada. Me espanto y corro a mi teléfono.
Llamo a emergencias y después de darle mi dirección voy con Nana para ayudarla.
La ambulancia llega y nos lleva al hospital. Los paramédicos me hacen preguntas. Les digo que tiene cáncer, me preguntan que tipo de cáncer y yo no se que decirles. Ella no me lo dijo y yo no le pregunté.
Veo la cabellera de varios pelirrojos correr a donde estoy yo. Kara llega y me abraza fuerte.
-¿Qué pasó, cariño?- me pregunta su mamá.
-Desperté y estaba vomitando en el retrete, me dijo que se sentía mal- hablo lentamente.
-¿Qué es lo que tiene?- me pregunta su padre.
-Ella...ella- no se sí decirles. Me miran impacientes-, tiene cáncer.
Los ojos de los tres se abren. Kara me abraza rápidamente y los señores Michels se ven entre ellos.
Después de un rato el doctor nos dijo que había sufrido una recaída gracias al cambio de temperatura, ambiente y todo eso. Se pondría bien, pero eso no significaba que el cáncer ya no estaría. Me dejó pasar a verla.
-Vas a salir en la tarde. Estas bien- le digo tratando de cubrir mi tristeza y miedo.
-Perdón por asustarte- me habla con una cosa metida en la nariz.
-Tranquila, he recibido sustos igual a ese antes- nos reímos.
-No le llames a mi tía. Va a querer volar hasta acá.
-No lo haré. Pero tengo que decirte que los padres de Kara y ella saben que tienes cáncer. Lo siento.
-Tendrían que saberlo algún día- me mira-. No te sientas mal por haberles dicho.
-De acuerdo, les diré que no le digan nada a nadie. En especial Kara...
~
-¿Segura que no te quieres quedar con nosotros?- la mamá de Kara le pregunta por quinta vez.
-Estoy bien, pero si necesito algo los llamaré.
-Por favor- me miran-. Roh, no dudes en llamarnos.
-Claro que no.
-Dejé la sopa en la estufa, por favor no duden en llamarnos- dice por milésima vez la adorable madre.
-Gracias, lo haré.
Los padres de Kara se van. Nana va al cuarto a recostarse. Kara se sienta en la sala y yo a su lado.
-No parece que tenga cáncer- mira a la nada.
-Lo se- le pego en la pierna para que me mire-. No puedes decirle a nadie, ¿escuchaste?
Asiente.
-Tienes que prometerlo. Nadie puede saberlo.
-De acuerdo- dice ella-. Cambiando de tema, cuéntame como te fue con tus abuelos.
-Bien, estuvo muy divertido.
-¿Conociste a alguien?- me mira con picardía.
-Sí- saco mi teléfono y le enseño las fotos de los chicos.