¿Dónde está el amor, del que tanto hablan?

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-Pero... ¿Para quién trabajais?

-Trabajamos con Estados Unidos, y trabajamos contra los nazis.

-¿Desde cuándo?-preguntó Marelyn. Esta vez la pregunta no era para ambos hermanos, y Fenna lo sabía, era para Eduard.

-Desde que mi padre murió... Fenna me consiguió un lugar como agente, y ella comenzó a enseñarme trucos y todo lo necesario para ser un buen agente.

-¿Desconfiaza o protección?

-¿Qué quieres decir, Marelyn?-preguntó Eduard algo confuso.

-Si, no me lo contaste porque no confiabas en mi, o por que querias protegerme o... ¿Por qué?

-No lo hizo porque...

-Fenna, dejanos un segundo.-dijo interrumpiendo a su hermana.

Fenna se marchó, dejando a Marelyn y a Eduard solos.

-Respóndeme, respóndeme... Respóndeme ¡YA!

-Marelyn, tranquilizate, dejame que te lo explique.

-No es que te deje, es que estás tardando en explicarte.

-No te dije nada por miedo, me he jugado la vida durante todos estos años, y mi hermana igual... Ya tenía bastante con cuidar la vida más importante para mi... ¿Hubiera podido haber cuidar de mi alma gemela?

No sirvió del todo para que Marelyn lo perdonase, pero sirvió para que sus labios se juntasen, para que sus lenguas comenzasen una batalla para demostrar cual se sabía mejor la boca del otro.

Y de pronto alarmas, alarmas, avisos de bomba. Marelyn comenzó a correr hacia el refugio, pero Eduard la soltó de la mano.

-¡Eduard, corre!

-Marelyn, yo me quedo. Tengo... Tengo cosas que resolver...

-¡Estas loco! No te voy a dejar...

Eduard tiro a Marelyn hasta estar separados por el ancho de un folio, la besó y se fue.

Lágrimas de unos ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora