El telegrama

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Marelyn corrió al refugio, entre lágrmas y dudas, muchas dudas. Una vez ahí se encontró con Fenna.

-¿Dónde está Eduard?

-M-Me dij...-Marelyn redpiró profundo y trató de acabar la frase- Me dijo que tenía cosas que hacer y se marchó.

Pasaron dos días encerradas en el refugio, Fenna ayudaba como enfermera a toda la gente que llegaba con heridas, las imagenes eran horrorosas, y Marelyn trataba de distraer a los niños. Lo de Marelyn en cierto modo era egoísmo puro, ya que no solo ayudaba a los niños, si no también a ella misma.

Salieron del refugio, y los días pasaban y Eduard no volvía. Al contrario de lo que puede pensar la gente la relación de Fenna con Marelyn no fue a peor, ni se distanciaron, ni nada por el estilo.

Día 5 de junio de 1940

Marelyn vive con el recuerdo de todos a los que amo y que participaron de una guerra que no les pertenecía.

Fenna se marchó hace tres días, dejando a Marelyn completamente sola. Marelyn dijo que no importaba, que prefería que Fenna se fuera a buscar a Eduard, pero no hacía falta nada más que mirarla a los ojos, y ver como aquello no era cierto.

Aquellos preciosos ojos azules eran la viva imagen del dolor, del sufrimiento, de la ira y la desesperación. Aquellos ojos azules ya no tenían ese brillito tan bonito del que Eduard se enamoró, y es que, cuando el se fue, ese brillito, se marchó con el.

6 de junio de 1940

-Telegrama para la señorita Marelyn Dangüer, ¿está aquí la señorita Marelyn Dangüer?

-Si soy yo. -dijo Marelyn mientras se quitaba los guantes, ya no eran los preciosos guantes de piel, eran guantes de enfermera.- ¿De quién es?

-De la señorita Fenna Deker. Firme aquí, por favor.

Marelyn firmó y el zagal la dejo con el papelillo amarillo.

¿Cómo era posible? ¿Por qué?

Lágrimas de unos ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora