Viajemos hacia un lugar deconlcido

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No... No puede ser... Marelyn preparó la maleta, preparó la maleta se cambió de ropa, metió sus fotos y con ellas sus recuerdos, y se marchó de Urk.

-Un billete a Amsterdam, por favor.

-¿Sabe usted que las estaciones han sido tomadas por los nazis, y que será registrada?

-No, no lo sabía... Pero me da igual, deme el billete, por favor.

Marelyn esperó por media hora hasta que llegó su tren, y subió sin ningún problema. El probelma estuvo al vajar en la bellísima estación de Amsterdam, cuando un soldado nazi detuvo a Marelyn.

-Señorita, su documentación.

Marelyn se la dio sin mediar palabra.

-Motivo de su desplazamiento de Durk a aquí.

-Se dice Urk, no Durk... Vengo para huir, para desaparecer de toda esta jodida mierda.

-¿A qué se refiere?

-A nada... ¿Me puedo ir?

Le devolvió la documentación.

-Señorita, no le recomiendo que hable así a los comandantes nazis...

Marelyn pasó de lo que le decía y una vez en Amsterdam cogió un tranvía para llegar al aeropuerto.

-Un billete a Grecia, Atenas. Para lo antes posible.

-¿Religión?

-¿Disculpe?

-¿Que en qué cree usted?

-Santo Dios... Soy católica, ¿me da mi billete, por favor?

-¿Padres?

-¿Perdone? Ahora si que no lo entiendo...

-Procedencia de sus padres, y a que se dedicaban.

-Mis padres están muertos, como toda mi familia. Mi padre era un político que trabajaba para los nazis, y mi madre trabajaba ayudando a los pobres. ¿Contento?

El señor de la cabina rio y le dio el billete. Marelyn le miró con cara de asco, y se fue. Y así empezó su nueva vida.

Lágrimas de unos ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora