Sus ojos

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Era sábado por la tarde, Matt se encontraba leyendo cómics de ficción mientras se rascaba el ombligo desobligado de sus quehaceres, vamos, es sábado por la tarde en la vida de un adolescente, ¿que se puede esperar?

Afuera de su casa se estaciono un coche, lo pudo escuchar, pero no le tomó importancia y prosiguió leyendo con emoción.
Segundos después pudo oír la voz melosa de su madre saludando a alguien desde la planta baja, se preguntaba quién podría ser, descartando que la visita fuera para él, pues no era muy sociable.

¡Matthew! ¡Es para ti! Llamó su madre desde la escalera. ¿Quién podría ser? Se formulaba la pregunta en su cabeza hasta que la puerta se abrió bruscamente, era Chris, su mejor amigo.

—¡Mi buen Bells! —se arrojó sobre él sin importar aplastarlo.

—Joder, Chris, pesas como una vaca —se quejó entre risas— ¿que haces aquí? Yo pensé que los sábados entrenabas

Chris pertenecía a un equipo de futbol juvenil y solía entrenar con frecuencia.

—Lo cancelé, por que adivina que... —dijo con una mirada pícara.

—Conozco esa mirada, ¿que tramas Wolstenholme? —inquirió.

—Conseguí la dirección de una de las fiestas de Kirk y sus amigos, dicen que se pondrá increíble y no podíamos quedarnos sin asistir, mi bells —desordeno el cabello de su amigo con cariño.

—¿De esos imbéciles? Pff —bufó y rodó los ojos— por favor, antes teníamos más estilo, no pensé que fueras como ellos

—¿estilo? Es nuestra oportunidad de dejar de ser los hazme reír de la clase, no me niegues que estás harto de que te llamen fenómeno

—¡Claro que estoy harto! Pero no creo que sea la manera correcta de empezar de cero... —respondió dudoso.

—¿Y cuál es la manera? ¡Por favor Matt! No es una pregunta, es una afirmación, v-a-s a i-r

Chris se levantó de la cama y se dirigió a su armario con la intención de encontrar ropa que combinara a la ocasión.

Muchos dibujos, descartada. Demasiado formal, descartada. Rota, descartada. Arrojaba las prendas conforme no le parecían

Esta parece de nena, descartada —rió y arrojó la prenda sobre las manos de Matt, quién veía con molestia como desordenaba su armario— no puede ser que no tengas nada decente, carajo

—Hazte a un lado, cretino —vaciló y saco de un cajón un conjunto mucho mejor a los anteriores.

Colocó sobre la cama unos jeans negros, sus tenis converse favoritos, una camisa abotonada color blanco y una chaqueta de cuero negra. La aprobación de Chris fue inmediata y por fin tenían todo listo para salir de fiesta.

Su madre no puso trabas para dejarlo salir, se sentía sumamente feliz ya que al ser muy solitario casi nunca lo veía divertirse.

Mientras Chris conducía a la fiesta Matt se preocupaba de lo que le podría pasar si no mantenía distancia con los bravucones, estaba acostumbrado a ver los escarmientos que hacia la banda de Kirk y sus amigos a los chicos que no les agradaban, los atormentaban y atosigaban hasta dejarlos temerosos con tan solo una mirada, y de eso él temía, ser una de sus víctimas. Por otra parte no sentía demasiado miedo, pues Chris era muy alto e imponente, no les harían daño, al menos cuando estuviera él presente.

Mejor se mentalizo cosas agradables, como la continuación de aquel cómic que leía antes de que Chris irrumpiera, hubiera preferido quedarse leyendo toda la noche que salir de fiesta, pero Chris era su mejor amigo y no podía decirle un No.

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