La madre de Caín

2.5K 337 76
                                    

—Mataste a mi hijo —gritó Eva.

Caín desde su silla le miraba con esos profundos ojos, ningún rastro de sentimientos se mostraba en su rostro.

Abel se acercó a su hermano para presionar su labio y que la sangre dejara de brotar.

Adán sujeto a su esposa alejándola de su hijo.

—No te atrevas a decir esa atrocidad —le gritó defendiendo a su primogénito.

—Vi el reporte cabron —exclamó Eva— nada de lo que había en ese reporte tenía sentido.

—Y solo por eso culpas a tu hijo —gruño— que clase de madre eres.

—No... no vuelvas a decir eso —dijo entre dientes— explícame cómo llegó la pulsera de Caín a la cuna de mi bebé.

Eva azoto la fotografía contra el pecho de su esposo, Adán la miró confundido.

—Caín me ayudó acostar a Set —mintió— lo sabrías de no haber estado drogada con pastillas.

Los ojos de Eva se cristalizaron, durante años se había sentido culpable porque de no haberse tomado las pastillas su hijo seguiría vivo.

La actitud de Adán sobrepasaba los límites, conocía a su esposo y sabía que algo no andaba bien entonces cayó en la cuenta.

—Quien hizo la autopsia era tu amigo —concluyó.

Adán suspiró frustrado.

—Crees que yo fui quien mató a nuestro hijo —gruñó furioso.

—No claro que no tú amabas a Set —aclaró— pero no puedo decir que no harías todo por Caín.

Adán la miró con molestia, lo había descubierto pero no podía darle la razón.

—Quiero que te vayas de mi casa —ordenó— no te vuelvas acercar a mis hijos o...

—¿O qué? —preguntó interrumpiendo.

—Se que no conseguiste estos archivos legalmente Eva —atacó— tampoco la medicación que llevas tomando por años, la que casi mata a Caín una vez.

Eva le miró dolida, la persona que había amado alguna vez ya no estaba.

—Quieres que me vaya lo haré —confrontó— pero no dejaré a mi hijo para que corra con la misma suerte.

Eva volvió a donde estaban sus gemelos, Abel miraba con preocupación a su hermano.

—Abel sube por tus cosas que nos vamos —ordenó su madre.

—¿Qué? —preguntó confundido.

—Hazlo ahora, te explicaré en el camino —apuró su madre cansada.

Abel se levantó pero instintivamente tomó a su hermano para ayudarle.

—Vamos Caín —dijo Abel confundido.

—No —exclamó Eva— nos vamos solo nosotros, sin tu hermano —remarcó.

Abel miró a su hermano quien solo le miró expectante.

—No —dijo en un suspiro.

—Abel tu hermano no es quien crees, vámonos antes de que te lastime —trato de convencer.

—No mamá la única que nos ha lastimado todos estos años eres tú —confronto levantándole por primera vez la voz.

—Por favor —rogó su madre.

Abel se volvió a sentar junto con su hermano.

—Lo siento mamá pero nunca dejaré a mi hermano —aclaró.

Querido CaínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora