Capítulo 8: No sabes nada

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_ ¡Alisson! _ gritaba Nathaniel en el gimnasio vacío de su escuela. Ya habían terminado las clases y ninguna señal de vida de Alisson. Preocupado Nathaniel optó por botar en varios lugares: desde las aulas de música y química hasta el lugar del conserje.

Hasta llegar a este viejo gimnasio.

_ ¡Alisson! ¡¿Estas aquí?! _ nuevamente Nathaniel habló y solo pudo escuchar el eco que producía el lugar _ Escucha, hermana... yo... lo lamento ¿Si? _ suspiró Nathaniel en medio del patio para ser escuchado _ aunque no sé que hice realmente. Aun así lo lamento de todo corazón,  hermana.

Se detuvo y aún no se escuchaba nada. Siguió hablando.

_ Sin recuerdos, es muy difícil adaptarme a esto, _ explicó Nathaniel mientras se dirigía a las asientos del gimnasio _ todo es nuevo para mi, y... quisiera que tú me explicaras que es lo que dije o hice mal... _ se detuvo para sentarse _ si es que sales de aquí y me explicas _ murmuró por último triste.

Nada, ni un pío en el lugar. Nathaniel, al verse solo y tonto ante la situación, empezó a llorar. Como si fuese un niño pequeño perdido entre la multitud en busca de su madre.

Debajo de las gradas, en donde estaba sentado nuestro lindo pelirrojo, estaba Alisson sentada en el frío piso mientras abrazaba sus piernas como si fuese un peluche, y lloraba en silencio. Se había vuelto experta en ello. Lloraba, pero no por Adrien, sino por su hermano mayor.

No era su culpa, él no lo sabía.

Entendía su situación y no lo perdonaba ya que Nathaniel no había hecho o dicho algo malo. Solo no sabía de lo que pasaba.

Y probablemente ya nunca más lo recuerde.

Ella quería contarle lo que había pasado exactamente pero...

_ ¿No puedo decir nada? _ preguntó confundida Alisson, era una locura ya que, era su hermano, debe contarle sobre su pasado y como fue si accidente.

El doctor negó ante la pregunta de la pelinegra.

_ Señorita Alisson, - suspiró- esto es muy delicado, esto es real y no ficción, es más aconsejable que no le haga recordar nada. Ni siquiera una palabra, puede que no por ahora. Nathaniel... tiene una mente muy frágil, solo es cuestión de tiempo para saber si es tiempo para decirle o no.

Alisson suspiró triste mientras miraba desde la ventana a su hermano durmiendo tranquilamente.
_ Solo explica las cosas de menor importancia

Alisson al no poder más, salió de se escondite, encontrándose con su hermano el cual estaba su cara escondidas en su piernas mientras que sus brazos las abrazaban.

_ Nath... _ susurró Alisson triste. Nathaniel volteó rápidamente al escuchar su nombre, tenía sus ojos lagrimeando, sus mejillas rosadas y sus labios resecos. Pero al parecer no lo importó porque se paró y fue hacia su hermana para abrazarla.

_ Estaba preocupado, _ admitió Nathaniel aferrándose al cuerpo de su hermana. Como si fuese un pedazo de cristal _ por favor no vuelvas a hacer eso, nunca.

Alisson lloró, recordando algo demasiado importante.

_ ¡Alisson! _ gritaba Nathaniel en busca de su hermana pequeña, tenía 5 años y estaban en el parque justamente.

Nathaniel encontró a su hermana jugando con un perrito callejero a lado del sube y baja.

_ Alisson... _ fue corriendo hacia ella.

_ ¿Mmm? ¿Hermano? _ ella volteó confundida pero sentio como los débiles brazos de Nathaniel rodeaban su cuerpo, como protegiéndola del mundo.

_ Por favor, no vuelvas a hacer eso, nunca _ dijo Nathaniel soltando un par de lágrimas de la preocupación.  Sorprendiendo a Alisson ya que Nathaniel, nunca había llorando.

_ Hermano... _ susurró la pelinegra sorprendida

_ Prometelo, Alisson _ Nathaniel la abrazó más fuerte.

_ ...Yo...

_ ...Lo prometo, hermano tonto _ llorando mientras olía el perfume de su hermano, la cuál la relajaba, sabiendo que...

_ No estas sola, renacuaja... _

_ Tú también, tonto_

...

_ Deberías dejar a Nathaniel, Adrien _ aconsejó Plagg comiendo su cotidiano queso apestoso _ puede que él recuerde y-

_ Él no recordará _ interrumpió Adriem con su voz fría mirando desde su gran ventanal la torre eiffel. El lugar maravilloso y encantado de Francia _ tenlo por seguro, Plagg.

_ Pero, ¿Qué tal si-?

_ Que tal si nada, Plagg _ volteó Adrien mirándolo serio, haciéndolo callar a Plagg _ Nathaniel es muy ingenuo y además si él trata de recordar... todos saben que el dolor de cabeza es muy insoportable ¿Cierto, Plagg?

_ ... Si, Adrien _ susurró Plagg.

Adrien sonrió de lado y nuevamente volteó para observar el lugar. Justo en ese momento entra su padre, nada menos que Gabriel Agreste. Plagg obviamente se escondió en el baño de Adrien justo a tiempo.

_ Hijo _ dijo Gabriel al entrar al cuarto de su único hijo.

_ Padre _ respondió Adrien de manera fría sin quitar su mirada al más a allá.

_ Adrien, recuerda que más tarde- _

_ Tengo clases de esgrima y después de eso chino y después de eso piano y nada de salidas con Nino sin tu autorización, _ suspiró Adrien serio y volteo nuevamente a verlo _ lo sé, no es necesario repetirlo mas de dos veces.

El padre de Adrien suspiró y se acercó a su hijo para abrazarlo, pero Natalie interrumpió.

_ Lo siento, señor Agreste, pero tiene una llamada _ aviso de manera seria.

Uff, tantas miradas serias en un solo día.

_ Nos vemos en la cena, hijo _ dijo Gabriel Agreste retirándose a lado de su asistente.

_ ... Si es que alguna vez cenaras conmigo, padre _ susurró justo al cerrarse la puerta de su habitación

Plagg suspiró tristemente por Adrien, él no tenia la culpa de ser tan frío con casi todos sus compañeros. La falta de sus padres le afecto demasiado además de el rechazo de la chica que le gusta (que fue de la peor que la película el titanic) fue la gota que derrumbó al vaso. Ya que, cuando Plagg conoció por primera vez al niño Agreste... era...

Más alegre.

Optimista

Siempre se preocupaba por el bienestar de los demás.

Era... era Adrien.

Ahora... ahora no sabía a donde se fue ese Adrien. Ni sabe si volverá a verlo otra vez.

CONTINUARA...

Un Amor Irrompible (Adrinath)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora