—¡Piso uno!— se escuchó desde el inicio del pasillo, siendo una voz bien conocida y temida por muchos de los presentes. En ese instante, sus patas se levantaron y caminaron de manera automática a la entrada de su jaula, la cual compartía de manera apretada con otros tres.
—¡No sirve!, ¡Se queda!— gritaba la mujer de cabellos rubios claro, con esa fuerza que le caracterizaba. Sus palabras indicaban quien era destinado a la habitación con gas y quien tenía el derecho de vivir, para en un futuro procrear con lo mejor de lo mejor cual rebaño.
Según investigaciones, los Alfas y Omegas se manejaban en apariencias al igual que los humanos pero un nivel un tanto más elevado. Razón por la cual, los de baja salud o estándares de belleza eran sentenciados a muerte.
Era por ello que los Omegas debían ser perfectos en varios aspectos, comportamiento, físico y mental.
—Veamos— la escuchó murmurar antes de tomarlo por el pellejo y alzarlo a su altura, un joven ayudante se acercó —Puedo sola— dijo ella rechazando el amable gesto del que sin remedio se alejó.
Lo dejó arriba de la jaula y le obligó a cambiar su forma, siendo un niño de ocho años. Los ojos de esa chica le resultaban tenebrosos, era quien decidiría si merecía vivir un año más después de todo.
—Pata— ante la orden dio lo que venía siendo su mano, dejándola sobre la ajena. Ella se dedicó a pasar su mano por su piel, observando con detenimiento el tacto y el color de la misma. Tras eso le dejó, viendo su cuerpo — Está algo gordo, sus raciones serán divididas a un cuarto de kilo de res.
—Sí señora.
Sus ojitos se encandilaron cuando sin previo aviso la superior le acercó una pequeña lámpara, observando así su inusual caso de íris. La vio admirándolos por segundos, hasta que con una sonrisa asintió.
—Se queda— su cabeza mostró afirmar, y su mano le empujó de vuelta a la jaula. Por reflejo cambió de forma lo más rápido que pudo, así cayendo en sus cuatro patas que no sufrieron daño o dolor alguno.
A su lado, la mujer se encargó de sacar a uno de sus compañeros, notando algo que hizo a la mujer arrugar su ceño de inmediato. El cachorro de guepardo temblaba sin descanso y emitía gruñidos cada tanto.
Lo puso a su altura, con una mueca de compasión.
—¿Seguro que es Omega?
—No se sabe con exactitud, fue otorgado por el laboratorio de Lima, Perú. Ahí se trabajan tanto Alfas como Omegas. Puedo investigar si gus-
—Es un defectuoso, sácalo de mi vista.
—Pero mi señora.
—¡No sirve!
Su cuerpo se acercó a los barrotes, viendo con sus ojos tritones cómo cargaban al guepardo y se lo llevaban. Ahí se iba otro compañero que si bien no fue de su camada, convivió con él y es suficiente para extrañarle.
Thomas, no fue su culpa ser un defectuoso, no merecía la muerte por ello. Nada era perfecto, ellos no lo eran...
¿O sí?, él estaba vivo, ¿Era perfecto?, la respuesta es un no, no lo es. Lamentablemente vive enamorado de sus propios defectos, eso lo hacía único después de todo.
O eso creía él, no es fácil crecer en un entorno que parece asfixiarte cada vez más. Aún así él se las arregló para buscar la esperanza en aquel lugar oscuro, lleno de jaulas apiladas una tras otra con al menos cinco individuos dentro que sufrían de mala higiene.
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Experimento Beta#1402-73
FanfictionLos humanos han creado nuevas especies derivadas de ellos y genética animal, así siendo seres que pueden cambiar su forma humana a su animal de origen. Se han clasificado a ellos mismos como Betas, mientras su primer éxito genético fue nombra...