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      Los suspiros inundaban la habitación en la que la pareja recién reunida se encontraba. Los besos húmedos hacían un sucio sonido y los gemidos ahogados en este mismo solo hacían del ambiente uno más pesado en el sentido sexual.

Eso hasta que un celular dio señal de que estaban llamando. 

—Token, te estan hablando cielo— susurró Nichole a la hora de apartar al mencionado que sólo giró su vista con molestia hacia el aparato que había interrumpido el momento por el que él había estado esperando con paciencia y ansias.

—No importa— contestó, para volver a besar con cariño y delicadeza pero al igual con lujuria el cuello de su pareja.

—Contesta, es trabajo— dijo firme esta vez Daniels, que contrajo su ceño durante unos segundos, hasta que se permitió suavizarlo una vez más.

Token resopló con molestia, miró a su chica unos segundos y tras robarle un beso cariñoso y rápido tomó el celular.

—Habla Black.

—¡Black, la bruja de Victoria te llama y no se ve feliz!

La voz de David algo al parecer ansioso se escuchaba del otro lado. Sin decir ni una palabra colgó la llamada y volteó hacia su pareja que le dedicó una sonrisa comprensiva. Acto seguido se colocó camisa y corbata, para luego algo hastiado salir de su hogar.

Al entrar a la zona lo primero que recibió fue la mirada asesina de Victoria, quien no despegaba esta de la propia, si las miradas mataran él ya estaría muy jodido.

Sin embargo con la frialdad que le llegaba a caracterizar en ocasiones le sostuvo esta, por lo cual después de unos segundos la mujer, rendida, apartó la suya y prosiguió a bufar de manera suave y poco notable para el oído. 

—Escucha, Black. Estados Unidos a colocado una queja grave, se dice que alguien de tu zona a entrado a sus sistemas. Necesito saber quien fue, o si no se hizo y todo es una farsa, es todo— y sin más se volteó en aquella silla, mirando a la ciudad que era muy reducida a como era en antaño. 

—Entiendo— contestó de manera simple pero seria, porque no hacía falta mucha inteligencia para saber quien, o mas bien quienes habían sido. 

Salió de la oficina principal, y sus pasos se dirigieron a donde el cuarto de trabajo que compartía con David y Jimmy.

—Victoria los ha atrapado, ¿No podían ser discretos?

—Hola David, hola Jimmy, saluda antes de reprendernos wey — se quejó el mexicano, que si bien era amable, "wey" era una palabra que decía de manera concurrida, como su muletilla. 

—A-además noso-nosotros no fuimos— contestó Jimmy, que al igual que el primero se encontraba ofendido, no eran tontos ni despistados. 

—¿De qué hablan?— preguntó Token de inmediato, con una de sus gruesas cejas azabaches en lo alto. 

—Otro wey pensó lo mismo que nosotros, pero es más despistado— contestó David, que se tiró a una silla en la que giró unas cuantas veces a modo de diversión a su persona —Si andas molesto porque te llamé, lo siento, fue pedido de esa bruja. 

—No importa, es sólo que quería las dos horas que me faltaban para venir aquí para pasarla con Nichole.

—La se-señorita Nichole es muy li... es muy lin-lind ...baba... es muy linda— balbuceó, para luego poder pronunciar bien al final.

—Ni se te ocurra, en fin, yo me voy— dijo levemente hastiado, pues podía perder puntos con su chica por su amigo el comediante, el cual era mas rápido de lo que aparentaba en muchos sentidos, incluyendo bajar novias, no le ponía de muy buen humor que digamos.

Experimento Beta#1402-73Donde viven las historias. Descúbrelo ahora