Veía por la ventana de mi blanca habitación, podría decirse que esperaba a que llegara Jyushimatsu con alguna de las noticias sobre la reunión que tendríamos, no podía salir de estas cuatro paredes por culpa de los malditos demonios que atacaron una de nuestras iglesias recientemente logrando matar a muchos de nuestros angeles, suspire frustrado me sentía un inútil por no poder defender a los nuestros, tan solo porque "Tengo que enfrentarme a Osomatsu" si tan solo Kamimatsu confiara más en mi, sabría que puedo con ese demonio hasta con los ojos cerrados, pero aunque me daban ganas de ir y demostrarselo no podía debido a que desde hace unos días estaba de un humor de perros ¿qué le haba pasado? ni yo mismo lo sabía y eso me angustiaba. el toque de la puerta me sacó de mis pensamientos, mi mirada se posó en la persona que estaba apoyado en el marco de la puerta.
Choro-¿Qué dijeron?- escuche su profundo suspiro y se acercó a mí con los brazos cruzados, muy pocas veces le veía así, en esos momentos sentía miedo, no por lo que habían decidido que hacer con los planes que teníamos antes para la guerra, sino como se encontraba Kamimatsu en este momento.
Jyushi- Decidieron que estarás presente asique deberás prepararte es dentro de unos minutos, también se dice que serás quien nos dirija en esta guerra.
No pronuncie ninguna palabra, más bien no sabia que decir, respire hondo dejando liberar mi angustia, no quería creerme los rumores yo no podría liderar a todos, no estoy capacitado para eso. Sentí su mano en mi hombro y me sonrío con esa enorme sonrisa que me tranquilizaba.
Choro-Iré a hablar con los demás sobre el tema- Caminé hacia la puerta de mi habitación y antes de salir de allí, le mire por última vez con una pequeña sonrisa en mis labios, él seguía con la misma expresión en su rostro, esa expresión que me hacía pensar varias veces que escondía algo-Gracias Jyushimatsu
Puedo decir que por una fracción d segundos pensé que había susurrado algo que me fue imposible escuchar, pero decidí evitar totalmente preguntarle sobre ello y me dirigí hacia la sala del consejo de Dioses, algo dentro de mí se sentía confundido sin embargo no tenía tiempo para pensar en aquello, ahora miraba la gran puerta celeste con imágenes de la naturaleza humana tanto animales como plantas, abrí la puerta lentamente allí se encontraban con todos los dioses que formaban que formaban el Consejo y frente mía podía ver a Kamimatsu cruzado de brazos y con un semblante serio, nadie dijo nada cuando entré y me senté en mi asiento junto a Kamimatsu.
Kami- Ya lo habrás escuchado de Jyushi asique no tenemos que esconderlo más, te encargaras de luchar al frente junto a los angeles, los exorcistas aprovecharán el denso bosque para esconderse en el bosque y así les atacaremos por todas las direcciones, quien se encargará de dirigirlos será Karamatsu, puede ser algo arriesgado perderemos a muchos de los nuestros en esta batalla, pero merece la pena con tan solo ganar la guerra Santa, haremos hasta lo imposible para que cada uno de esos demonios caigan presos de la verdad, ninguno se librara ni siquiera el imbecil de Osomatsu él es quien más tiene que pagar, por sus maldades han muerto muchos de nuestros creyentes.
Todos estaban motivados por sus palabras, sabían que era posible ganar y derrotar al fin al clan demoníaco, pero tan bien podíamos perder contra ellos haciendo del mundo un infierno, habría guerras muertes y hasta podrían acabar con el planeta en si. Mire atento a cada uno de los dioses que estaban en la sala y al final pose la mirada en Kamimatsu, su mirada era opaca como si no tuviera vida ¿le pasó algo?
Kami- Y para conseguir todo aquello nuestro querido Choromatsu se está esforzando en que la misión que le encomendé hace tiempo, se que conseguirá que todo funcione.
Sentí la mirada de cada uno, escuchaba sus aplausos y felicitaciones por la misión que me acababan de encargar, no estaba seguro porque sentía algo de miedo en alguna parte de mi corazón cada vez que recordaba mi misión, tan solo sonreí y me levanté de la silla, aunque no había acabado la reunión yo ya tenía suficiente de eso, caminé por los pasillos blancos y celestes intentando encontrar alguna forma de conseguir completar la misión sin que se diera cuenta de nada ese estúpido demonio, si lo lograba conseguir con éxito podría demostrar mi verdaderas capacidades y podría subir de rango, para aclarar un poco mis pensamientos decidí ir hacia aquel lago donde me encontré con él por primera vez, todo parecía igual que aquel pacífico día, menos que esta vez las flores rojas que me gustaban tanto ya no estaban como si nunca hubieran estado allí desde un principio, miré a la laguna cristalina mi rostro parecía algo cansado pero era raro que alguien como yo tuviera ojeras.
Oso-Así que sigues viniendo aquí querida Diosa- Al escuchar esa profunda voz hizo que le buscará con la mirada, esperando a encontrarle apoyado en algún árbol o volando cerca mio como ese día, sin embargo no lo vi por ninguna parte.- ¿Me extrañaste mucho verdad Diosa?
Choro- Te dije muchas veces que me dejaras de llamar así soy un hombre- Por fin pude verle volando hasta mí con esa sonrisa que muchas veces quise borrar, pero no podía tenía que ceñirme al plan, suspire soltando las preocupaciones e intentando mentalizarme para que todo fuera sobre ruedas.-Claro que no te extrañe- desvie la mirada con un leve sonrojo en mis mejillas, podía imaginarme su sonrisa coqueta sobre mi, aveces me pregunté si en verdad era una persona poderosa que tantas ganas queremos destruir- Eres como un niño pequeño- Susurre algo alto para que me escuchara.
Oso- Claro que no soy un niño Diosita, solo me gusta divertirme- Intento buscar mi mirada pero no le dejé, escuché su risa burlándose de mí por mis actos infantiles, por lo que al volverle a ver no se como ni porqué pero su risa incito a que riera junto a él, poco a poco....el plan se va completando
Continuará
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EL JUEGO DE DIOS (au religioso)
FanfictionTiempo atrás empezó una guerra que hasta ahora sigue continuando, pero alguien tendrá el plan definitivo para acabar con la otra raza de una vez por todas, aunque esto les cueste algo más valioso que el deseo de encontrar la paz. ¿Conseguirán la pa...