Capítulo 18

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Es difícil para mí, pensar en lo que está bien o mal, después de todo siempre he actuado como he querido sin importar lo más mínimo en las consecuencias, nunca he sentido lastima ni siquiera misericordia con algún humano, tal vez porque así es mi personalidad o simplemente es por mi trabajo matar a las personas y recoger sus almas para llevarlas al juicio final, sin embargo a pesar de todo esto... ¿Por qué siento que estoy haciendo lo incorrecto al engañarte? ¿Por qué cada vez que veo tu sonrisa siento tanto confort? Aunque no se las respuestas siento que si sigo así mi corazón no podrá soportar hacerte daño, así soy yo...un monstruo que no hace nada más que cosas egoístas como aquel demonio de sonrisa amplia y burlesca, aquel demonio que me mandó a esta misión y que sin embargo siento que guarda un gran secreto de nosotros.

La puerta de la Iglesia se abrió dejando ver a mi víctima, con esa personalidad que dolía y esa sonrisa querida por todos, deje la escoba a un lado para centrarme en sus pasos que se dirigían hacia mí y le mostré una leve sonrisa para que no se percatarse de mis verdaderas intenciones, aunque a este punto no sabía cuáles era.

Kara-Hermana Ichi vine a buscarla para que de un paseo conmigo-Sonreí falsamente como siempre había hecho, después de todo no sonrió a menudo sólo cuando estoy con esos dos.- ¿Hermana Ichi?

Ichi-Si...vayamos-Me acerqué a él para comenzar a caminar a su lado, pasamos por los jardines llenos de flores, mientras pensaba en la solución a mi problema, sin embargo su presencia hacia que mis pensamientos cambiaran por él.- ¿Tiene algo que quiera decirme?- Dije al sentir su mirada por un tiempo.

Tan solo le mire con algo de curiosidad por su respuesta y al ver su cara sentimental un leve sobresalto en mi corazón, no me esperaba ver una sonrisa tan sincera y cálida.

Kara- Eres bastante confiable- Su voz salía de sus labios como un susurro y no pude evitar sentir un sentimiento profundo, algo que era nostálgico. - No sé por qué pero aunque solo tengas unos días aquí, siento que eres capaz de ayudarme.

Reí al escuchar sus palabras, ¿Cómo eres capaz de confiar tan rápido en mí? No pensaba que los humanos fueran tan ingenuos como es el, parece que por primera vez mi misión sería un poco más interesante, pero aunque ganara esto, no sé porque siento una incomodidad, quizás será porque por un lado quiero hacerle daño, esos pensamientos los deje volar por mi mente por unos segundos antes de volver a conversar con el padre, ahora desviando ese tema para no tener que responder con sinceridad.

Qué asco me das sittymatsunii-san, deja de fingir que te importo.

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Camino por ese sendero sin fin, rodeado de diferentes árboles frondosos, podía sentir el viento rozando mi rostro, cerré los ojos y sin saber porque, unas lágrimas salían de mis ojos, cuando sentía esa sensación fría bajar por mis mejillas tuve que abrir los ojos, en ese momento pude verlo otra vez, ese muchacho de ojos rosados, sus labios se fruncieron después de volver a la realidad, quería que me viera como antes, sin embargo no era posible, el día que dije esas palabras seria el día que no pudiera volverle a ver como antes.

Parece que mi anhelo inundo mi mente y sin darme cuenta pude notar que estaba detrás de él caminando tan solo para atraparle, quería decirle que lo lamentaba, algo que en verdad no debería decir.

Totty- ¡Deja de perseguirme! Vete donde perteneces, a ese lugar de malditos insensibles de mierda, que no saben que las palabras duelen más que los golpes- Comencé a enfadarme por sus palabras, no permitiría que hablara así de mis compañeros, de Choromatsu-sama.

Jyushi- Deja de decir tonterías, no trates a los míos como si fueran como esos malditos demonios, deja de ponernos a su nivel, vosotros mandáis a los humanos a caer en una tentación donde no podrán salir

Se había detenido, por primera vez me había vuelto a ver a los ojos, pero esta vez podía sentir la furia en sus ojos, se acercó a mi agarrándome de mi túnica blanca, me atrajo hasta el para que pudiera verle mejor, estábamos tan cerca que podía sentir su ligero olor a rosas.

Totty- Escúchame bien ángel de mierda, no vuelvas hablar así de mis compañeros, no seré un demonio, pero allí nosotros nos tratamos con más respeto que todos vosotros, nosotros no quisimos esta guerra, sin embargo vosotros lo pedisteis, ahora no os pongáis a llorar cuando ganemos.- Después de casi escupir esas palabras y me empujo con un poco de fuerza antes de seguir caminando, yo tan solo me quede quieto allí, sus palabras me hicieron enfadar, no quería volver a verlo, sentía que era un idiota por haber dicho eso, suspire frustración y alce el vuelo para ir donde estaba Choromatsu-sama.

Mientras volaba pensé en su lugar favorito para ver si lo podía encontrar allí, sin embargo cuando estaba a punto de ir a abrazarlo pude sentir una presencia demoniaca, mire alrededor poniéndome en alerta, sin embargo no había nadie junto a mí, entonces mire a Choromatsu-sama y vi a esa persona, uno de nuestros enemigos más fuertes, Osomatsu, me acerque un poco sin molestarlos para poder escuchar su conversación, espero que no haga nada malo, no quiero interferir en la misión de mi Dios.

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La cosa habían vuelto a como era antes, no se acordaban del pasado y las partes en las que me habían visto a Tougo se desvanecieron, era bueno ver otra vez a cada uno sin que sintiera ese dolor al saber que recordaban, ahora tan solo me tendría que centrar en ganar esta guerra y en descubrir esos otros secretos.

Ahora me encontraba con mi querida Diosa y la cual me llevara a esa victoria, puedo escucharle quejarse de mí, mientras yo solo sonrió, se podría decir que mis sentimientos por él son reales, después de todo mis recuerdos con el eran bonitos, se notaba que mi anterior yo le amaba, algún día espero veros a todos sin tener este dolor, y tener una vida un poco más fácil.

Choro- ¿Me estas escuchando?- volví a mi realidad y ahora tenía a un Choro-chan molesto, pero hermoso, le respondí con una sonrisa inocente y le escuche suspirar resignado, me acomode un poco en la suave hierva de este lago y cerré los ojos dejando mis pensamientos de lado para poder escucharle, podía sentir como su mirada estaba fija en mí. Tal vez quería que me burlara de su actitud como siempre lo hago o quizás quería que hiciera una de mis tonterías, pero no estaba de humor, fingir muchas cosas era difícil de llevar y sobre todo cuando se de antemano lo que trata de hacer mi querida Diosa.

En ese momento no esperaba sentir un peso en mi estómago, aunque la verdad pensé en que se había puesto algo de peso para que me levantará, pero no fue eso, cuando abrí los ojos, pude verle con una cara sonrojada sentado sobre mí, alce una ceja mientras le miraba con curiosidad, por un laso pensaba que podría gastarle una bromita, por otro lado me gustaría aprovechar el momento, pero había algo que no me dejaba hacer eso, y eran sus verdaderas intenciones, sino me amaba entonces no debería hacer esto, yo le respeto y por eso tan solo lo acomode a mi lado mientras me miraba atónito.

Oso-No deberías de hacer este tipo de cosas Choro-chan, podría enfadar- dije para que no supiera a que me refería en realidad. Coloque mi mano en mi mejilla y mire hacia ese lago de agua bendita, el único que existía y donde casi muero cuando nos conocimos- ¿Por qué eres así Choro-chan?

Choro- No sé a qué te refieres, en verdad quería...ya sabes, intentar algo como lo hacen los amantes- Eso no se lo creería ni siquiera el más ingenuo de nosotros, sobre todo cuando tienes esa mirada en mí, se cómo me ves y no es de manera amorosa como yo te miro ti y eso duele...duele demasiado, 

EL JUEGO DE DIOS (au religioso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora