Capítulo 13: Cita inesperada

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   El día empezó como otro cualquiera, la mañana estaba siendo agotadora para el resto de los alumnos; pero, por fin, Uraraka se sentía feliz por un motivo en específico. Volvería a clases junto a Bakugo, un permiso dado para que entrenasen y estudiasen al ritmo de los demás. Sin embargo, Bakugo seguía estando raramente callado, con sus pensamientos en otra parte y sus emociones decaídas, no estaba siendo unos días fáciles para su novia, preocupada por el comportamiento de éste.
    Uraraka se acercó al dormitorio de él, dudando si llamar a la puerta o mejor olvidarse e ir a clases, pero justo cuando decidió tocar se entreabrió. Ella dio un sobresalto, alejándose rápidamente de la puerta.
   Bakugo alzó las cejas con incredulidad, al ver a Uraraka apoyada contra la pared en frente suya.
     —¿Cara redonda? —inquirió, mirándola con recelo—. ¿Qué hacías?
     —Oh nada —ella agitó la mano, intentando quitar importancia al asunto, mientras sonreía—. Solo quería saber si me podías acompañar a la clase, si no te importa, claro.
     —Claro. —Bakugo se encogió de hombros.
   Aunque sabía lo que pasaba, ya se había percatado de lo persistente que estaba siendo ella. Quería admitir de que estaba preocupado, pero no sabía como hacerlo ni decirlo. Entonces, se le ocurrió una genial idea.
   Se paró en seco, cogiendo a Uraraka de la mano con la suya, provocando un hormigueo en el estómago de ella.
     —¿Te apetece una cita? —preguntó, sintiendo como sus mejillas y sus orejas se enrojecían.
   Uraraka se giró, sorprendida. No se esperaba para nada viniendo eso de él. Sus ojos se ensancharon cuando le vio sonrojado y evitando mantener contacto visual con ella.
   Ella esbozó una sonrisa de complicidad, cerrando sus ojos al momento.
     —Por mi bien. ¿Esta noche? 
     —Sí, yo te avisaré esta tarde —entonces Bakugo soltó su mano con delicadeza—. ¿Nos vamos ya?
   Uraraka asintió con la cabeza. Antes de empezar a caminar, ella le dio un beso rápido en las mejillas; los dos sonrieron levemente sonrojados.
   Llegaron al aula, donde ya estaban la mayoría hablando con algunos, otros sentados con sus pensamientos en otra parte y otros ni siquiera habían llegado.
     —¡Uraraka! —exclamó Mina, con júbilo—. ¡Se te echaba de menos aquí!
   Uraraka fue, casi corriendo, a encontrarse con sus amigas.
     —¿Al final qué pasaba con Bakugo? —preguntó Yaoyorozu, con curiosidad después de haberla saludado con la mano.
     —Bueno —Uraraka jugueteó con la yema de sus dedos, mirando sus manos con suma atención de lo avergonzada que estaba—, me ha pedido una cita.
     —¡Una cita! —gritaron todas al unísono, asombradas; excepto Tsuyu, que había sonreído ligeramente.
     —Ya os dije, Uraraka estaba mejor esta mañana —insistió Tsuyu, con sus ojos fijos en su amiga—. ¿Cómo te lo dijo?
   Ella volteó la cabeza, y vio como Bakugo la miraba de soslayo mientras hablaba con Kirishima. A juzgar sus ojos con el brillo asesino que poseían; Uraraka se percató que la felicidad en las palabras de sus amigas, se había escuchado hasta él.
   Uraraka hizo una seña, yendo al pasillo y las demás la siguieron. Al ver las miradas interrogativas de sus amigas, no la quedó más remedio que decir lo que pasó.
     —Os escuchó —informó ella, con la voz bajita—. Ya sabéis como es.
     —Sí, sí —se apresuró a decir Mina, agitando su mano con prisa—. Cuenta, cuenta.
   Mientras Uraraka contaba cómo él la había pedido una cita, éste hablaba con Kirishima sobre cómo empezar a salir con Mina.
     —¿Qué me recomiendas? —inquirió Kirishima, mirando de soslayo a la chica del pelo rosa. Sintió un rubor apareciendo en sus mejillas, provocando que cambiase su vista hacia otro lado.
     —Tener un par de huevos y pedirla salir. No tiene mucha complicación —respondió Bakugo, mientras dejaba su mochila en el suelo y se sentaba en su asiento. Por la mirada de enfado que le había dedicado su amigo, éste se encogió de hombros—. ¿Qué? ¿Crees que se algo sobre eso?
     —¿La verdad? No sé porque te pregunté —suspiró el chico de pelo rojo, sentándose en una de las sillas contiguas de la de Bakugo—. Gracias a Mina vosotros pudisteis empezar a salir.
     —En todo caso deberías hablar con sus amigas, no conmigo.
     —Admite que vas a tener que ayudarme por Uraraka —Kirishima subió sus cejas con diversión en su mirada.
     —¿En qué me he metido? —dijo Bakugo, un tanto frustrado. Se llevó las manos a su cabeza, pasándolas por su cabello y agarrando de paso.
     —¿No crees que deberías decirle a tu novia tus preocupaciones? —preguntó su amigo, echándose hacia delante para que nadie más escuchase.
   Si alguien escuchaba que Bakugo estaba preocupado por algo o alguien, todos intentarían adivinar sus inquietudes. Eso sería desagradable para Bakugo y, a lo mejor, también para Uraraka. Ambos no estaban acostumbrados a su compañía, aún, a pesar del tiempo que ya había pasado. Incluso las preocupaciones de Bakugo iban en aumento a medida que pasaba los minutos, lo cual era una tontería puesto sabía que Uraraka podía defenderse sola de cualquier ataque, pero no podía evitar sentir florecer sus miedos en el corazón.
   De repente, dio un sobresalto al notar un toque en su cabeza. Se volteó y se encontró con los ojos enormes y marrones de Uraraka, mirándole con curiosidad y un atisbo de desazón.
     —¿Te encuentras bien? —preguntó Uraraka, percatándose de que Bakugo trataba de sonreír de alguna manera—. No me mientas, llevas tiempo estando de una manera... Algo extraña.
     —Estoy bien, Uraraka. Si no estuviese en perfectas condiciones, ¿no crees que no te habría pedido una cita? —él apoyó su barbilla sobre la palma de su mano, mientras miraba con intensidad a su pareja—. No te preocupes, solamente estoy agotado.
   Uraraka asintió rápidamente con su cabeza, ensanchando una sonrisa alegre en su boca. Cuando abrió su boca para decir algo más, Aizawa había llegado con algunas carpetas en su mano y con su rostro serio, sus ojos parecían que iban a llegar al suelo de lo poco que habría dormido ese día.
   Los demás se sentaron velozmente, sintiendo la mirada penetrante de su profesor en sus coronillas. Bakugo pudo suspirar con alivio, pero a su vez estaba molesto. Por alguna extraña razón, ese día no quería estar en las clases si no en su dormitorio, encerrado a cal y canto.
     —Bueno, veo que hoy con la llegada de vuestros compañeros no estabais sentados en vuestro sitio —dijo Aizawa, con la voz alta y clara, y observando a sus dos alumnos conflictivos—. He de imaginarme que sabéis que tendremos un viaje dentro de poco, el cual trabajaréis con héroes profesionales y, de esta manera, siendo examinados por ellos mismos y por los profesores. También tendréis un día de descanso, donde volveréis a veros todos e iréis a un parque de atracciones —explicó, con aburrimiento demostrado en su tono de voz—. Darle las gracias a Midnight, ha sido su gran idea —lo dijo con tanta ironía que algunos no pudieron evitar sonreir—. Bueno empecemos con la clase, ¿de acuerdo?
   Midoriya se encogió en el asiento cuando Bakugo se había volteado para coger algo de su mochila, éste sintió la mirada aterrorizada de su compañero y le echó un vistazo.
     —¿Y a ti qué te pasa, nerd? —preguntó Bakugo, con frialdad en su voz. Sus cejas parecían unirse en una sola y sus dientes blancos estaban apretados por la fuerza de la mandíbula ejercida.
     —Nada, nada —mintió Midoriya, con una sonrisa ligera en sus labios. Rápidamente desvió su vista hacia la libreta que tenía en su mesa.
   Él había notado desde hacia días el extraño comportamiento de Bakugo, aunque no quiso inmiscuirse en cosas que no debía. Aunque era tan propio de él de meterse en los problemas de el otro, que no podía apenas controlarse para preguntarle.
   Por otro lado, la clase se pasó en un abrir y ojos y tuvieron que prepararse mentalmente porque al día siguiente empezaría una semana dura de entrenamientos y pruebas físicas, algo que no le gustaba a la mayoría. 
   Uraraka se paseó por los pasillos acompañada de Midoriya e Iida hasta el comedor de la academia, mientras que Bakugo iba con Kirishima, Sero y Kaminari más atrás. 
   Uraraka pasó con su bandeja llena de comida hasta sentarse en la mesa, justo cuando se sentó su barriga no paraba de rugir pidiendo comida con agresividad. Uraraka sonrió avergonzada y se dio toques en el estómago.
   Midoriya se sentó a su lado y Todoroki se sentó al frente al lado de Iida con el semblante serio como de costumbre.
     —Oye, Uraraka —la llamó la atención su mejor amigo, mientras se llevaba un trozo de arroz blanco a su boca—. ¿Le pasa algo a Bakugo? Le noto bastante raro, más de lo usual.
     —Menuda pregunta —intervino Iida, con los cerrados. Mientras movía sus palillos para coger un trozo de carne—. Está siempre así.
     —La verdad es que no eres el único que piensa de esa forma, Midoriya —coincidió Todoroki, mirando a Uraraka fijamente—. Y, sinceramente, a ti también te percibo algo inusitada.
   Uraraka dejó echar un suspiro por su boca, cansada. Su cerebro no paraba de procesar algunas situaciones que podrían haber sido malas, pero no se le ocurría nada. 
   Desde que empezaron a salir juntos, siempre se han sincerado uno con el otro en el tema de sus preocupaciones, ambiciones y el futuro que les gustaría compartir.
   Entonces, a Uraraka se le ocurrió una gran idea aunque pudiese salir de forma desastrosa. Preguntarle en mitad de la cita era lo único que parecía aceptable.
     —Le preguntaré esta noche —Uraraka se llevó un borde de su bol a la boca para beber el contenido que llevaba su ramen—. Es lo mejor que puedo hacer, te diré si pasa algo con él, Deku.
   Midoriya asintió con la cabeza lentamente mientras miraba ceñudo a la mesa, no debía meterse en sus decisiones y mucho menos si esos dos eran pareja.



   El resto de el día pasó demasiado lento, las horas hacían que la pareja estuviesen más nerviosos y, evidentemente, Bakugo lo estaba más; sin embargo, sabía controlarlo a la perfección. Mientras se arreglaba; poniéndose un traje que le había dejado Kirishima nuevamente, con aire de molestia a su alrededor, sonó en su puerta unos golpes fuertes.
     —Hablando del rey de Roma —suspiró Bakugo, abriendo la puerta con rápidez—. ¿Qué quieres? Estoy ocupado.
   Kirishima se rascó la parte de la coronilla, sonriendo de forma nerviosa y evitando la mirada suspicaz de su amigo. Inspiró profundamente, pensando en que lo iba a matar.
     —A Mina y a tu novia no se les ha ocurrido mejor idea que hacer una cita conjunta...
   A su amigo, el rubio explosivo, se le desencajó la mandíbula por la sorpresa. Luego de unos segundos de procesar lo que acababa de escuchar, sacudió la cabeza creyendo que era un mal sueño.
     —¿Estás de puta coña? Tienes que estarlo.
     —Bakugo, yo no diría estas gilipolleces y más por como estoy arreglado —el chico se señaló a si mismo, y en efecto, se podía corroborar que también parecía estar arreglado para una ocasión especial.
     —Creo que quiero explotar algo —sonrió Bakugo, de forma espeluznante y haciendo que Kirishima retrocediese, sabiendo que se venía un grito de enfado.
   Un grito de enfado que retumbó en todo el pasillo. "Cita jodida", pensó él mientras chasqueaba la lengua y miraba la hora en su teléfono móvil.


   Por otro lado, Mina y Uraraka ya estaban arregladas y se disponían a salir del dormitorio de la chica del pelo rosa, ésta se encontraba algo atolondrada. A Uraraka se le había ocurrido la idea de la cita conjunta, pero fue sobretodo porque Kirishima pidió su ayuda. Y todo esto se transformó en una cita inesperada, algo que le frustraba a Bakugo; sin embargo, Uraraka es muy propensa a ayudar a lo demás así que no tuvo inconveniente.
     —¿De verdad que es buena idea meternos en vuestra cita? —inquirió Mina, mientras abría la puerta de los dormitorios para salir.
     —No pasa nada, a Bakugo no le importará... —respondió Uraraka hasta que fue interrumpida por un grito lleno de ira descontrolada bastante reconocible. Uraraka sonrió nerviosamente y contempló al suelo—. Parece que se ha enterado.
     —¡¿Aún no se lo habías dicho?! —gritó Mina, sorprendida y con la boca boquiabierta. Uraraka negó con la cabeza rápidamente—. ¿Y ahora que hacemos?
     —No queda otra que ir a pesar de su molestia. No te preocupes, de verdad —aseguró ella, esbozando una sonrisa dulce—, se le pasará rápidamente.
   Las chicas se encaminaron lentamente hacia el dormitorio de Bakugo, donde la puerta aún seguía cerrada a cal y canto. Uraraka tocó con los nudillos de sus manos de forma tímida, pasaron unos breves segundos hasta que Bakugo abrió la puerta con una mueca neutral, ni mostraba felicidad ni enfado.
   Bakugo se fijó en como iba vestida Uraraka, con un vestido corto rosa y unos tacones de tacón cortos y negros, no pudo evitar sonreír tímidamente antes de que se echase hacia un lado para que ellas pudiesen entrar. Cuando Mina pasó el umbral de la puerta del dormitorio, se encontró a Kirishima un tanto nervioso y sentado en el suelo con las piernas cruzadas, con una mesa llena de comida delante suya. Iba bastante arreglado, a diferencia de Bakugo que tan solo llevaba el traje negro y una corbata mal puesta, él iba con un traje que iba a juego con su color de pelo y con una corbata bien puesta y que pegase con su traje.
   Aunque no importaba, para ambas chicas los dos estaban igual de guapos. En el momento en el que Kirishima pudo levantar la vista para mirar a la chica del pelo rosa, se sonrojó en extremo y tuvo que apartar la mirada. Mina iba con una blusa de color rosa pastel y una falda negra, bastante arreglada aunque apenas se complicó para pensar.
     —¡Buah! —exclamó Uraraka, atónita—. Cuanta comida... ¿Todo esto lo has hecho tú?
   Kirishima carraspeó sonoramente antes de que su amigo pudiese responder, haciendo que el otro le mirase con el frente fruncido e imaginando que le explotaba la cabeza.
     —A decir verdad, yo también he hecho algunas cosillas ya que me he unido a esta cita.
     —Perfecto entonces. ¿Nos sentamos y empezamos? —preguntó Bakugo, con urgencia en sus ojos y las manos sudando de los nervios.
   Mientras todos se sentaron, con los nervios a flor de piel, Uraraka comía un apetitoso ramen de miso que había preparado Bakugo con mucha atención. Cabe destacar que anteriormente ella se sorprendió cuando él corto una zanahoria con rapidez y sin ningún problema, tal recuerdo no pudo evitar que ella sonriese y se sonrojase levemente.
   Por otro lado, tanto Bakugo, Kirishima y Mina no sabían de que hablar, normalmente Mina no tiene ningún problema de mantener una conversación pero, en ese momento, no sabía si quería huir o simplemente meter su cabeza en un cubo de agua hirviendo para que dejase de sonrojarse. No sabía el motivo de porque Uraraka la había invitado a una cita conjunta, ni sabía a quien se le había ocurrido pero estaba segura de que no había sido idea de Bakugo.
   


   *Flashback*
     —Con tan solo pedirle una cita estaría mas que arreglado, pelo pincho —aseguró Bakugo, rodando los ojos con aire cansado—. No es tan complicado.
     —Habló el listo que estuvo meses sin decirle nada a su novia porque no sabía como llevar sus sentimientos —apuntó su amigo, mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho—. Tío, ayúdame un poco.
     —Ya te lo he dicho.
   Kirishima suspiró agotado, pensando como podría resolver la duda que le atormentaba en su cabeza desde hacia tiempo, hasta que cayó en una idea bastante buena. De repente, Kirishima salió corriendo dejando a su amigo desconcertado por su forma repentina de irse sin decir nada.
   Kirishima se encaminó a la sala donde se encontraba la mayoría de sus compañeros de clase conversando sobre el viaje que harían en poco. Se acercó rápidamente a Uraraka y para llamar su atención la tocó en el hombro para que se girase.
     —Oh, Kirishima —dijo Uraraka, sonriente y con la cabeza ligeramente ladeada por la curiosidad—. ¿Qué ocurre?
     —¿Te importaría venir conmigo un momento? He de decirte algo.
   Uraraka asintió lentamente y algo confusa, se alejaron lo suficiente para que nadie escuchase y Kirishima inspiró profundamente antes de dejar su idea caer.
     —¿Te importaría que la cita, que tenéis Bakugo, y tú sea conjunta?
     —¿Qué? —preguntó ella, con la boca boquiabierta y más confundida que antes—. No me digas que te gusta Bakugo...
     —¡No, no! Por dios, deja que te explique mejor —al ver que ella asintió de forma energica la cabeza, prosiguió buscando mejor las palabras—. Me gustaría tener una cita con Mina, no sé como pedirle que salga conmigo y pensé que sería buena idea si cenásemos los cuatro juntos. Si no te importa, claro está.
     —Por mí no hay problema, pero ya sabes que a Bakugo le molestará. ¿Lo has hablado con él? —preguntó ella, con recelo.
     —Mmm —musitó Kirishima, rascándose la coronilla con nerviosismo—. No todavía, quería preguntártelo a ti primero.
     —Deberías preguntarle antes que a mí, aunque ya sabes mi respuesta.
     —Le preguntaré, prometido.
     —Si quieres puedo decírselo yo...
   Kirishima echó a correr de nuevo, dejando a Uraraka con la palabra en la boca. Al final, tan solo sonrió y volvió con sus amigas, notando como la mirada de Mina se posaba en ella con curiosidad.
     —¿Mina te parece bien hacer una cita conjunta con Kirishima, Bakugo y yo? —inquirió Uraraka, sonriendo de forma nerviosa y cerrando los ojos.
   La noche de aquel día daría mucho de que hablar y, tal vez, una relación nueva se alce.
   *Fin del flashback*

  



   Bueno después desde Agosto sin escribir prácticamente nada, he vuelto, no sé si seré muy activa como antes y lo más seguro es que los capítulos tarden 2 semanas en vez de 1 en subirse, teniendo en cuenta que esto era un borrador que necesitaba terminarlo he tardado solo 3 noches en terminarlo, pero seguramente que los próximos capítulos me cuesten más subirlos porque tengo un poco de falta de inspiración. El próximo capítulo ya lo tengo más o menos planeado, pero he de suponer que esta historia como mucho le falta de 3 a 5 capítulos por terminar, depende de si lo hago más largo al final o simplemente hiciese una segunda parte de esta historia, ya se verá con el tiempo.
He también de explicar que seguramente en Enero/Febrero empiece a trabajar, lo cual me quitará mucho tiempo si el tiempo de los últimos capítulos se exceden mucho en terminarlos. Intentaré avisar la próxima vez en vez de desaparecer, prometido ^^
Siento que el capítulo sea muy cortito, pero es mejor que lo sea y que se comprenda bien para luego volver a escribir los demás de 3500 a 4000 palabras como siempre.
Mi falta de presencia se resumiría por problemas personales, de los cuales no los voy a explicar porque son demasiados personales y pues bueno, esa es mi justificación y ahora que estoy mejor de forma personal puedo volver a escribir, aunque tendré que volver a acostumbrarme.
Dicho esto me despido y espero que os vaya muy bien esta semana y la siguiente!
Nos vemos, bye! ^^
PD: pls no olvidéis de votar y comentar. Si alguien quiere que le dedique un capi que me lo diga ^^



[Kacchako] Die for YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora