II

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El ruido de la alarma penetraba mis oidos. Di unas vueltas sobre la cama, sentia como las sabanas se deslizaban por mis piernas al igual que seda, eso me encantaba. Me levante al fin y me prepare. Mis muletas estaban listas para que las use. Baje por las escaleras con ayuda de mi mama. Intente tomar el desayuno, pero el apetito se me fue de inmediato al pensar en esta nueva etapa, nuevas personas, nuevos profesores, etc. El auto estaba afuera esperándonos con luces incandescentes. Subí a este junto a mi mama y me llevo a la secundaria Twitch, mi secundaria. En la radio se escuchaba una canción que me encantaba "James Dean & Audrey Hepburn" la versión acústica, una de mis favoritas. Al pasar el tiempo llegamos. La escuela estaba poblada de personas. Adolescentes fumando, drogandose, tomando, y algunas chicas con una minifalda tan apretada que parecían no respirar.

- Cuidado - dijo mi mama.

- Si, me se cuidar sola. - conteste.

- Mhh...

- Te quiero mama

- Yo igual.

Baje del auto y camine por la entrada del colegio, entre al gimnasio y me forme en una fila de tercer año.

- Buenos días! - dijo la directora.

Nadie le contesto pero ella siguió hablando, nadie la escuchaba pero daba igual. Al cabo de un tiempo empezó a repartir folletos con las reglas del colegio y normas, cosas que nadie respetaría, pero igualmente los repartía, era un inservible papel que todos iban a tirar...

Cuando termino de hablar me dirigí a mi aula. Entre y me senté en uno de los últimos asientos, el profesor tardaba en llegar y el aula era un alboroto. Nadie me hablaba, igualmente no quería que me hablen o que me miren, quería ser invisible pero al mismo tiempo no, quería que me tomen como una chica mas. El profesor de química llego y se sentó en su banco. Empezó a dar la clase y yo verdaderamente no entendía nada de nada. Mi corazón empezó a latir rápido, como esa sensación de que alguien te esta observando. Mire a los lados y note que un chico me observaba muy fijamente. Estaba sentado solo y a unos pocos asientos del mío. Era muy lindo, tenia unos ojos verdes azulados, pelo largo color chocolate y unas diminutas pecas que completaban su rostro. Su mirada penetraba la mía como si no fuese la primera vez que lo veía. Llevaba una gorra negra y una campera bastante grande para su altura. Quito su vista de mi por unos segundos y yo lo mire. Volteo y me sonrió. Tenia una perfecta sonrisa enfermiza. Le devolví una pequeña risita inocente y volví hacia el profesor. Ese chico me hacia acordar mucho a mi papa, por las fotos que mi mama me había mostrado de el.

El sonido del timbre del recreo sonó y todos salieron a un patio externo que tenia la escuela. Agarre mis muletas y los seguí. Ya afuera veía como todos se divertían como si se conocieran hace años, en cambio yo estaba sola en una esquina vacía. El chico de la gorra se acerco hacia mi.

- Hola, soy Ezreal.

- Paloma... - dije con voz temblorosa.

- Nueva escuela, verdad?

- Eh... Si.

Un silencio inmenso pobló nuestras mentes. Ya estaba demasiado nerviosa como para que pase esto, pero por suerte el timbre sonó de nuevo. El patio quedo vacío. Con cuidado intente irme al aula, pero me tropecé y quede en el suelo.

- Estas bien? - preguntó Ezreal mientras me ayudaba a levantarme.

- Si, supongo... - respondí mirando sus hermosos ojos del color del mar.

Cuando entramos al aula seguía siendo todo un desastre. Él se sentó en su banco y yo en el mío. Todos estaban gritando, algunos prendiendo fuego papeles y otros solo molestando. Yo observaba como los grupos estaban tan divididos. Por un lado estaban los "populares" que según ellos eran los mejores de toda la escuela, según yo eran solo unos estúpidos adolescentes. En la otra esquina estaban los "deportistas", que se creían tales solo por estar rodeados de porristas. Por otro lado estaban las "materiales" que creían que todo se trataba de maquillaje o ropa. Y por ultimo estaban los "nerds", esos típicos chicos llenos de granos y los pantalones tan arriba que parecían abuelos. Ésta división era demasiado absurda para mi gusto. Por suerte Ezreal no pertenecía a ninguno de ellos, él solo estaba con sus amigos, que eran dentro de todo, comunes.

Por fin la profesora entró y sin saludar comenzó a dar la clase. De repente cayó un papelito en mi banco. Voltee y vi que Ezreal me lo había tirado. Lo abrí y decía "Paloma... Lindo nombre". Lo miré y sonreí. Él me devolvió la sonrisa y luego miro hacia abajo mordiendose los labios y con sus mejillas rojizas.

Horas después era tiempo de que nos vayamos. Guarde mis cosas y salí al patio. Mi mama todavía no estaba allí, así que espere por un rato. Ezreal vino hacia mi y sin decir ni una palabra dejo una flor detrás de mi oreja, me sonrió y se fue. Mi corazón estaba a punto de explotar. Estaba flotando, con la mirada perdida. De repente escuche una bocina fuertísima, era mi mama. Me subí al auto y nos dirigimos a mi casa.

PalomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora