Cap 1

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El celular sonó una, dos, tres veces.

Gruñendo me senté en la cama. Mire la llamada y era de mi madre.

—¿Si? —Pregunté cortante

—Tú padre va a morir.

Mi corazón se paro.

—Debes venir a verle... El doctor no le dio más de un día.

Mis manos temblaban mientras escuchaba lo que mi madre de decia. Mi padre iba a morir. Joder.

—Llegó hoy. —conteste y colgué.

Mire el celular con las pulsaciones a mil. Tenia que regresar a casa, después de una década.
Un movimiento en mi cama me hicieron salir de mis pensamientos.

—Buenos días... —un susurro en mi cuello me pusieron la piel de gallina —¿Por qué no vuelves a acostarte? —un beso en mi hombro me hicieron suspirar —Ven...

Mire a la persona que estaba detrás de mi y observe sus hermosos ojos verdes. —Mi padre morirá pronto... Debo ir a verle.

—Voy contigo.

—No, iré sola... Y tú debes regresar a casa.

—¿No volveremos a ver?

Sonriendo me levante de la cama y observe divertida al hombre —Si... Creo.

Cuando salí del clan tome un tren hacia la cuidad de Londres. Ahi con los pocos ahorros que tenia me las apañe para conseguir un departamento.
Luego busque trabajo mientras seguía estudiando. Asi me las apañe para vivir. En cuanto a mis padres ellos me habían llamado exigiendo que regresará, ya que ponía en ridículo al linaje. ¡Pues que se joda el linaje! Conociendo su orgullo no regresé, y ellos no me buscaron.
Con la que hablaba muy poco era con Tory, ya que se habia casado pero no fui a su boda. Nunca me perdonó eso. Desde que me quité había pasado por unas cuantas relaciones, ningunas tomadas en serio. Aunque lo quisiera no podía hacerlo. No podía sacarme de la cabeza a Hakim, sabia que era su Mate, que él era mi Mate. Sabia que me rechazo, pero aún asi no podía sacarlo de mi mente. Sin embargo, ya no era la misma estúpida de antes. Ya no.
Ahora regresaba a mi antiguo hogar. El clan Atril.
Miraba por la ventana las gotas débiles de lluvia que caían. El clan siempre estuvo a apartado de la ciudad más grande y de ojos curiosos. Teniendo su propio sistema de gobierno (Monarquía) sus propias escuelas y hospitales.
El tren me dejaría en la estación a unos cinco metros de la entrada. A partir de ahí Tory me iría a buscar. Sin muchas ganas, pero lo haría.
Baje y el viento removió mi cabello mientras las hojas de un gran roble me revelaban que estábamos a finales de otoño.

—¿Jenny?

Gire sobre mis talones para ver a una chica de unos 27 años, piel clara, ojos azules y pelo rojizo.

—¿Tory?

—¡Jenny!

Tory cerró la puerta de su auto y vino a mi encuentro para sumergirnos en un abrazo muy parecido al que nos dimos la última vez.

—Cuanto tiempo... —murmuró

—10 años... —contesté con un nudo en mi garganta.

—Vamos, te esperan.

Asentí y con su ayuda subí mi maleta y nos dirigimos al clan.

Al llegar todo estaba exactamente como hace 10 años, las casas, sus colores, etc.
Mi casa era una de las últimas. Una mansión para ser precisos.

—Gracias Tory.

—De nada... ¿Lista?

—Claro.

Bajamos y tomé mi maleta dirigiéndome directamente al interior.
Abrí la puerta y en la sala estaban mis tíos, primos y mi madre. Todos me miraban estupefactos, petrificados, mudos, uno que otro palideció.

Sin expresión alguna dirigió mi mirada a mi mamá. —¿Papá?

—En... Su habitación... —balbuceo como si no creyese que fuera real.

Asentí y dejándole mi maleta a Tory me dirigía a las escaleras para subir al segundo piso. Alguien salía de la cocina pero no le tome importancia. Subí y no tardo para que mis tíos, primos y madre me siguieran. Entre ellos Tory.

Abrí la puerta de su habitual cuarto y entre. —Estoy aquí papá.

Mi padre estaba postrado en cama, con la piel pálida, ojeras y manchas rojas en la cara.

—¿Je...nny?

Asentí y me acerque al pie de la cama. —Si. Soy yo.

Me dolía verlo así, débil. Mi padre nunca me enseño a ser débil. No lo sería ahora. Los demás entraron al cuarto de montón.

—Te he llamado porque delante de todos quiero decir mis últimas voluntades.

Asentí —Claro.

—Tú madre se quedara con la mansión... —jadeo

Nadie hablo.

—Mi hermano...

Y así, mi padre fue recitando sus últimas voluntades.

—...Y el cargo del líder de defensa del reino será para Jenny.

Me atragante. —¿Qué?

—Es mi última voluntad... Hazte cargo del ejercito a cargo de la defensa del reino.

Negué —No, deja a alguien que sea apto pero no seré yo.

Mi padre miró con dolor y agonía. —Por favor...

Mis ojos se agrandaron. Era la segunda vez que me decia por favor en toda su vida.

Todos me miraron expectantes.

—Ya veré que hago... Pero acepto.

Mi padre sonrió con paz y así, con una sonrisa se fue.
Mi madre grito y corrio a su lado intentando traerlo a la vida. Pero eso ya no se podía.

***

Para el entierro todos los habitantes del clan acudieron. Ya que mi padre fue un gran líder de defensa, todos le tenian respeto.
Bajo la fina lluvia miraba como mi padre era enterrado tres metros bajo tierra.
Tory estaba abrazada de su esposo Filyp, mi madre sollozaba sin control. No me acerque, no lo haría. No mostraría debilidad. No más. No se cuanto tiempo pase con la mirada baja. Pero todos se habian ido menos Tory.

—Vamos Jenny... —me tomo del hombro dándome consuelo

Suspire y alce la mirada —Vamos.

Me giré sobre mis talones y cuando me alejaba una persona se colocó delante de nosotras. Mi corazón se paro.

—Lamento lo de tú padre... —Hakim extendió la mano.

Tory a mi lado estaba asombrada por su aparición. A decir verdad yo igual. No le habia visto, pero sabia que estaba ahí, tenía que estarlo.

Sonreí con ironía y me incline en una reverencia mal hecha —Gracias por sus condolencias majestad... —me guase, sin decirle más me alejé de él. Dejándole con la mano alzada.

Tory no tardo en venir detrás de mi.
—¡Jenny! —jadeo por la carrera

—¿Qué?

—Nada... —balbuceo —¿Te vas a quedar?

—¿Dónde?

—En el clan... ¿Recuerdas? La promesa a tú padre.

Negué —Claro, pero no me voy a quedar. Le dejaré el lugar a alguien más.

—Pero tú papá...

—Son dos semanas a partir de su muerte en que hay que guardar luto a su posición. Luego 30 más para poder tomar el puesto y luego seré yo la que tome las decisiones. Sólo así le dejaré el puesto a alguien más.

Tory suspiro —Bien... Entiendo... —Jalandome del brazo me sonrío —¡Tengo mucho que contarte!

Sonreí —Pues adelante...

Rechazada... | Historia Corta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora