Epílogo.

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Regresamos a casa y le mire.

—¿Cuándo pensabas decirme que Miranda era tu Mate?

—Lo descubrí hace dos años... —explico como si fuera lo más natural. —Me rechazo formalmente, me dijo que no era lo suficientemente bueno para ella. —se encogio de hombros —Así que hice lo mismo con ella, la rechace aceptando su decisión. —comentó mientras dejaba su celular en la mesita —¿Estás molesta? —me miro —No creí que debía decírtelo, al fin y al cabo ella no significa nada para mi.

—No estoy molesta. Un poco irritada porque no me lo dijiste.

—Lo siento... ¿Cuándo te diste cuenta?

—Cuando vino a buscarme, la mirada que se dieron fue muy significativa. —explique mientras me acercaba a él

Tomandome de las caderas Connor empezó a balancearse lentamente al ritmo de una musica imaginaria. Contenta le seguí el paso.

—Nos tocaron los mates equivocados...

—Así es, pero gracias a eso encontré a mi otra mitad. —afirme

Connor me beso con lentitud, ahora ya no habia nada que me atase a mi o a Connor al clan, éramos libres.

—¿Cuándo nos vamos? —Murmuré entre sus labios

—Cuando quieras... —me contestó pasando su mano por mi mejilla para acariciarla. —Sólo que iremos a mi casa en Londres.

—¿Por?

—Donde vives tienes muchos pretendientes, y yo solamente te quiero para mi.

—Soy tuya... De nadie más.

Le bese con delicadeza, sin premura, teníamos toda una vida para disfrutar del uno del otro.

***

Londres.

Caminar por las calles eran tranquilizantes sobre todo para mi. Pero no ahora. Connor caminaba a mi lado y literalmente todas las mujeres le comían con la mirada. ¡TODAS!
Los celos son muy traicioneros, sobre todo para mi. Los lobos eran muy a puestos. Las mujeres tenían lo suyo pero los hombres siempre eran unos bombones.

—¿Todo bien? —me preguntó Connor de manera confidencial mientras nos dirigimos a casa.

—Si. —gruñi

Connor me miro extrañado. —¿Qué pasa nena?

—Nada. —conteste tajante —Sólo vamos a casa...

Connor disminuyó el paso mientras yo seguía andando.

—¿Estás celosa? —rio

Me detuve en seco y le mire irritada —No, ¿Por qué lo dices?

—A juzgar como ves a las mujeres que pasan a nuestro lado yo diría que si.

—¿Cómo las veo?

—Como si quisieras arrancarles los ojos.

—¿Y puedo? —pregunté con guasa

Connor sonrío y sus sexys hoyuelos se marcaron en su hermosa cara. Camino a mi con sensualidad. Me mordí el labio al verlo plantarse delante de mi. Me tomo de la cintura.

—¿Y yo puedo arrancarle la cabeza a los hombres que te miran?

Le mire extraña —Nadie me mira.

—Claro que si, sólo que estas muy ocupada matando mentalmente a las mujeres que no ves como los hombres te desnudan con la mirada. —Connor me beso y susurro entre mis labios —Sepa que soy el unico que puede desnudarle.

—Y yo soy la única que puede comerlo.

De nuevo me beso pero con posesión, con energía. Como si estuviera marcando su territorio, como si le dijera a los demás que era suya y él mio. No me importó que la gente nos mirará con desaprobación, sentir sus labios contra los mios era lo mejor.

—Vamos a casa amor, ambos necesitan descansar... —Connor colocó sus manos en mi vientre semi abultado de un mes y medio de gestación.

"FIN"

Rechazada... | Historia Corta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora