Capítulo 7.

337 42 21
                                    

Loren.

Hay días en los que solo eres capaz de cuestionar tu existencia apenas eres consciente por
la mañana.

¿Cuál es mi propósito? ¿Por qué esta vida y no otra?

Cosas que lastimosamente no puedo responder porque no lo sé.

No sé cuál es mi propósito ni lo que me depara, y mucho menos por qué me tocó vivir esta
vida.

Me pregunto cómo hubiese sido mi vida si Jake y su familia no se hubiesen metido en la mente de mi madre, ni mucho menos el futuro comprometedor que tenían para nosotros. Todo sería diferente en todo sentido. Él estaría vivo, ella también, tal vez estarían juntos. Y yo… podría no sentirme como una cosa inconclusa, sin ánimos para levantarme por la mañana ni metas
por cumplir.

Las tengo, pero mis ansias son tan nulas como las posibilidades de volver a nacer.

Me despierto con el cabello pegado a la cara y con la mejilla bajo a un charco de babas. No
me avergüenzo, nadie me está viendo, y sí estaba como para caer en un coma y no
despertar en mucho tiempo.

La luz que entra por las puertas de cristal del balcón me lastima los ojos cuando los abro y lucho por enfocarlos. Me los froto y me incorporo en la cama, mareándome al hacerlo tan
rápido; con la falta de nutrientes ya estaré debilucha. Hace rato no escucho más que los
pajaritos cantando en el exterior, el día se ve cálido a pesar de que sigue siendo frío afuera,
diferente a lo que he estado acostumbrada desde pequeña en Florida.

Suspiro, no sé si quiero volver. Hay tantos recuerdos malos como satisfactorios en mi casa
y en toda la ciudad. Si la situación fuera distinta, disfrutaría respirar este nuevo aire. Una
nueva vida.

Alejo la melancolía que me apresa, es momento de desperezarme y seguir con el recorrido,
pero lo mejor es que primero tome una ducha que logre activarme. La habitación es gigante,
con una cama matrimonial con cabecero de almohadilla blanca, escritorios y sofás de cuero
sintético negro. Está conectado a un pasillo que cumple como vestidor, que también lleva a
la puerta del baño.

Definitivamente es mucho más grande que en Florida.

Me desvisto y meto en la ducha, con la vista fija en la baldosa blanca. Las puertas son de
vidrio, por lo que puedo ver el lavabo y la tina ovalada en el centro. Es poco privado si llego
a tener a otra persona por ahí, pero es lo que menos me importa.

No la hay.

El día pasa rápido en lo que recibo llamadas de mi padre, y una que otra de Sophia. Mi única alegría de estar aquí, es que no tengo que aguantar más su actitud y carácter. Sin
embargo, el alivio se me cae en el momento en que me entero de que pronto vendrá a
asegurarse de que todo esté en orden.

Es como un balde de agua fría que me cae encima con todo y cubeta. Se me estrella en la
cabeza y deja mi sien palpitando, adolorida. Esperaba mejores noticias que esta. Bajo las
escaleras y me encamino a la cocina donde se encuentran Carlo y Selene junto al horno,
que metieron una pizza instantánea para cenar, porque como yo, no son buenos cocinando.

—Tu mamá vendrá pronto —informa Selene de lo que ya estoy enterada.

Tuerzo una mueca.

—Ya sé.

Es imposible ocultar el disgusto, ni ella misma puede. Podrá respetarla, pero no añorarla; ninguno lo hace. No se lo ha ganado. Pudo haberme tenido en el vientre nueve meses y
aguantarme el parto, pero eso no quita nada de lo que ha hecho en el pasado. No solo a mí, a todos. Pensar en James que es su asistente, me da lástima, no se merece lo que le
hace pasar.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 09, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La Realidad De Una Mentira [ ARDOR #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora