Aeropuerto

418 41 30
                                    


John y Sherlock le contaron, a grandes rasgos, lo que habían hecho. Omitiendo las partes que no se sentían listos para contar, por lo menos de momento. Rosalie no dijo una palabra, no estaba realmente interesada en que ellos supieran en lo que estaba metida, no después de su último encuentro. Seguramente no iban a aprobar sus acciones, así que no tenía motivo para compartirlas. Además ¿a ellos que les importaba? 

–Entonces sabes lo de Sebastian. –Dijo Sherlock. 

–Lo sé, por eso mismo me voy de aquí. 

–¿Irte? –Preguntó John.

–Perdonen mi... cobardía, pero prefiero no estar aquí cuando todo se derrumbe. –Dijo ella, echándose para atrás. 

–Debemos encontrarlo. –Comentó John, preocupado. 

–John, no. –Dijo ella, acercándose al doctor. –¿Te recuerdo que pasó la última vez? –Él negó, sabía perfectamente lo que había pasado. –Lo siento, pero soy mejor criminal que detective. 

–Pero... –Dijo John. 

–Déjala. –Respondió el detective. –No podemos obligarla. –Rosalie miró a los ojos del detective, los cuales estaban fijos sobre los de ella. 

–Miren

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

–Miren. –Dijo ella levantándose. –Lo siento. –Les dió la espalda. –Siento no poder ayudarlos, siento haber causado todo esto... por lo menos en parte. –Miró de reojo a Sherlock. –John, lo siento por lo que pasó aquella noche. 

–Está bien. –Dijo el hombre. 

–No, no lo está. –Ella apretó los puños, subiendo el tono de su voz. –No pensé en ti en ese momento, no pensé en nadie más que en mi misma. Hice lo que yo quería, pero estuvo mal. –Soltó el aire que estaba reteniendo. –Vaya... decirlo en voz alta si sirve. –Sonrió con nostalgia, volteando a verlos nuevamente. –Ahora, si me disculpan, debería irme. Pero antes, ¿qué hacían ahí? 

–Seguíamos a un informante que podía tener algo sobre Moran. –Dijo Sherlock. –¿Y tú? 

–Mierda... –Dijo ella. –Yo estaba recuperando algo, pero parece que no era coincidencia que estuviera en ese lugar. 

–Sebastian. –Dijo el detective. –Nos quiere juntos nuevamente.

–Mayor razón para huir. –Dijo ella tomando sus cosas. –Lo antes posible. 

–¡Rosalie! –Dijo John, pero la chica ya iba escaleras abajo. 

Cuando se asomaron por la ventana, el auto ya estaba en movimiento. Lo primero que hizo la chica fue conectar su teléfono al auto y llamar a Tom, tenía un par de cosas que hablar con él antes de poder irse, por ejemplo ¿por qué demonios Harry la había hecho ir a la casa de un informante de Moran? El hombre contestó a los segundos, recibiendo los gritos de la mujer del otro lado. El motor del auto iba a bastante velocidad, pero la autopista que rodeaba la ciudad estaba casi desierta. 

Fugitiva (Sherlock)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora