Tenía dos noches sin dormir.
El gran licantropo de Lena se le aparecía en sueños aullándole a la luna mientras que ella se encontraba en un enorme nido de paja desnuda y desorientada.
Tenía que distraerse con algo más antes de volver a dormir puesto que le era dificil, de por sí poseía una luz de noche prendida hasta el amanecer.
El día fue productivo.
En efecto la despidieron por ausentarse tanto y, el dueño, sólo buscaba una excusa para despedirla. Se tomaba el tiempo de despertar muy temprano e ir a entregar su historial en bibliotecas, museos de arte y algunas compañías de medios de comunicación.
Lo último que quería era ser mantenida por su hermana.
— ¿Algo más aparte de la dona y la malteada de chocolate?
— Así está bien, gracias. — Le dijo amablemente a la camarera.
La rubia llevaba no más de media hora ahí dentro reflexionando sobre el día y sobre algunos temas de la familia. Su hermana salió con chisme de que había conseguido una pareja, su madre obviamente estaba saltando de felicidad en Nueva York y sabía que querría venir a National City personalmente para conocer a esa pareja. De algún modo debía desaparecer de la casa de su hermana y cuñada.
— La CEO más importante de Estados Unidos y National City, Lena Kieran Luthor, afirmó que se encuentra en una relación amorosa y es por eso que desapareció durante una semana entera. — Volteó hacía la pantalla de la cafetería viendo un vídeo de Lena rodeada de muchos periodistas.
— ¿¡Lena, es cierto que es una mujer!?
— Sí, sí lo es. Kara y yo siempre nos hemos amado, ya era tiempo de tener una boda. — Respondió de lo más normal mientras intentaba caminar hacía el enorme edificio de L-Corp. La rubia derramó un poco de la malteada de chocolate sobre su blusa al escuchar su nombre, ahora podría ser el de cualquiera, existían muchas Kara en National City. — Sí, Kara Danvers, ella es una mujer hermosa ¿Han visto su cabello? Cabello rubio un poco ondulado... Muy hermoso. ¡Sí, tiene los ojos azules como el cielo! — De repente apareció su rostro en una de las esquinas de la pantalla, una foto de la graduación de la universidad. La gente en la cafetería volteó hacía a ella con interés.
— No, no soy yo. — Negó murmurando y sonriendo nerviosa. — Es una persona que se parece a mí.
— Kara, cariño, si ves esto te espero en mi oficina en una hora. — Tomó el micrófono de un periodista para dirigirse a la pantalla. — ¡Te amo!
— ¿Alguien podría darme la cuenta? — Pidió alzando una mano.
Tomó su bicicleta comenzando a pedalear rápidamente y con fuerza.
. . . . .
— Diez años atrás —
. . . . .
No era la primera vez que el grupo de Lena le derramaba los té, el café y la soda en la cabeza.
Ya de había acostumbrado a las constantes risas y burlas hacía su persona, pero no significaba que no le doliera lo que pasaba.
En los tiempos de receso se ocultaba en la parte trasera de uno de los edificios de la secundaria donde muchos rosales y árboles se encontraban, había escuchado que tiempo atrás hubo un grupo de jardinería que lo dejaron abandonado y no tenía ni idea del por qué el director no hacia nada para que dejara de crecer maleza alrededor.
Sacaba su cámara y comenzaba a hablar en dirección a ella acerca de como le había ido las primeras horas en la secundaria, una recomendación por parte de su nueva psicóloga.
ESTÁS LEYENDO
HERENCIA DE SANGRE
WerewolfAU. LICANTROPÍA. Kara es una joven adulta recién graduada de la universidad. Sus planes para el futuro era ser una reportera en la gran compañía de medios de la fabulosa y magnifica Cat Grant, sin embargo, siendo para nada sociable no tenía quien le...