— ¡Eh, Kara, sosténlo!
No tuvo la oportunidad de hacerlo, la lata de soda le había dado en la cara, más en la frente causándole un pequeño sangrado. Rápidamente se limpió con la manga de la blusa del uniforme, le había dolido mucho y lo único que hacia su novia era reírse de las bromas que Mike le hacia desde que llegó a la escuela.
Recogió la soda aún sosteniendo con su otra mano el área del golpe, además de sangrar le había dejado sensible y adolorida aquella zona.
— Dime que has hablado con ellos acerca de las bromas. — Habló con Lena un tanto preocupada. — Pensé que acabarían siendo tu novia.
Lena dejó de irse, al menos eso pensó la rubia cuando ella se tapaba la boca de forma disimulada.
— Claro que hablé con ellos, pero ya sabes como son. — Respondió. — A mí también me llegan a hacer bromas, Kara, no sólo a ti. No te creas tan especial.
— No me creo especial.
— Pues yo creo que sí, le has dicho a la mitad de la escuela que sales conmigo.
— ¡Eso no es cierto!
— ¿Entonces cómo lo saben?
— Lena, juro que yo no le he dicho nada a nadie. Eres mi única amiga, a parte de mi novia, así que no querría perjudicar nuestra relación. — Habló con sinceridad volviendo a centrarse en el emparedado de queso derretido, pero ella lo sólto de entre sus dedos al sentir ardiéndole la espalda. — ¡Oigan!
Mike había llegado por atrás echándole un puño de hielo bajo la blusa.
— ¡Vamos, Kara, no seas aguafiestas! — Le dijo el castaño chocando los cinco con un compañero.
Kara sintió líquido recorrer su rostro por lo que se tocó una de las mejillas viendo entre sus dedos sangre. Ladeó su cabeza hacía Lena quien sonreía mostrando unos dientes afilados al igual que todos a su alrededor. Aquellas personas que aparecieron de la nada riéndose y mostrando sus lenguas largas y escamosas.
Abrió los ojos bruscamente sentándose en la cama agitada. Miró en el lado de Lena donde dormía placidamente, mientras que ella sólo temblaba incapaz de controlar su propio cuerpo.
No podía seguir estando cerca de ella o empeorarían las pesadillas. Había conseguido esfumarlas hacía unos años en la universidad y no quería que volvieran. Se tocó la frente por encima de su ojo izquierdo, ahí se encontraba esa cicatriz que se la habían hecho con lata de soda aquel día.
Tomó sus gafas que se encontraban sobre la mesita de noche para después tomar su teléfono y ver la hora.
Típico que las pesadillas siempre la levanten a las tres de la mañana.
"Jurarás por Nat que no cometerás más suicidio. Mírala, es una vida, una niña que te va a querer, Kara, te lo prometo."
Salió de la habitación hasta la sala de estar para ver televisión en bajo volumen. Las caricaturas siempre la ayudaban a relajarse, le hacía visitar otro mundo lejos de la realidad deseando ser como esa chica rubia tan ruda. Supergirl. Compartían algo, el apellido. Linda Danvers, arruinando y salvando el día, siempre arreglando los problemas que causaba a la ciudad.
Era linda como su nombre lo decía.
Una heroína.
Recordaba que se imaginaba ser ella, musculosa y con gean carisma que siempre salvaba a Lena del peligro y se terminaban por dar un beso... El beso que siempre deseó tener con ella. Ni siquiera fingiendo ser su novia se lo daba cuando se lo pedía prometiendo ser especial mientras se reía en su cara, debió sospechar de eso al menos.
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HERENCIA DE SANGRE
Manusia SerigalaAU. LICANTROPÍA. Kara es una joven adulta recién graduada de la universidad. Sus planes para el futuro era ser una reportera en la gran compañía de medios de la fabulosa y magnifica Cat Grant, sin embargo, siendo para nada sociable no tenía quien le...