♪ S y m p h o n y ♪ - YoonTae

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—¡Tae! ¡Tae! —lo llamaba aún sabiendo que no lo escuchaba. Lo acomodó bien en el piso y posicionó ambas manos a la altura del esternón del menor, y empezó a presionar repetidas veces —Uno… dos, uno… dos, uno… dos. — volvió a repetir una y otra vez, pero al ver que el azabache seguía sin reaccionar, pasó al siguiente paso; inclinó la cabeza del menor hacia atrás y levantó su mentón. Luego apretó su nariz y se acercó para darle respiración boca a boca. Pero antes de acercarse lo demasiado para tocar sus labios, sintió el salpicon de agua, cortesía del menor.

El pelinegro sólo tosía. Yoongi lo levantó con cuidado, y quedó hipnotizado al ver de nuevo sus ojos gtis azulado.

Jimin y Namjoon se acercaron al bulto de personas, abriendo a su paso. Cuando el pelinaranja vio a su mejor amigo y a Yoongi empapados, se acercó con rapidez a ellos.

—Tae, ¿estás bien? ¿Qué pasó?

El menor asintió.

—Fue mi culpa, pensé que estaba mintiendo sobre no saber nadar, lo siento.

—¿Acaso estás loco, Jackson? —Jimin estaba viéndolo con notable enojo.

El mencionado se quedó callado. Yoongi se levantó del suelo para acercarse a Jackson, dándole un golpe en el mentón.

—Si alguien te dice que no, es no. —Yoongi volvió de nuevo hacua el menor, y lo ayudó a levantarse.

—Vamos adentro, necesitan quitarse esa ropa. —dijo Jimin.

Estando en el cuarto de Jimin, les dió un cambio a ambos.

—Suerte que compro ropa dos tallas más grandes que la mía, o Yoongi se quedaría sin ropa. —dijo el pelinaranja, riéndose. —Ahora métanse a bañar con agua caliente, Tae tiene los labios morados y no quiero que enfermen. Pueden quedarse aquí, después los llamo para la cena.

El peligris sugirió que primero se metiera Taehyung. Cuando ya fue su turno, acabó más rápido, y saliendo se encontró con Tae intentando secarse el cabello con una toalla.

—Déjame ayudarte. —se acercó al menor, sentándose a un lado de él en la cama, y le quitó la toalla para terminar de secarle el cabello. —Me alegra haber llegado a tiempo.

—Si mamá estuviera aquí, viéndome en este estado y con todo lo que acaba de pasar, pegaría un grito al cielo. —dijo, riéndose.

—Debí darle otro golpe a ese idiota. —mencionó con enojo.

—Ya pasó, gracias. Cuando nos vayamos, no hablemos más sobre esto, no quiero que mamá se entere por el chófer o algo así.

Yoongi terminó de secarle el cabello y aventó la toalla en un sillón que estaba al rincón.

—Está bien. ¿Qué hacemos ahora?

—Yo voy a quedarme aquí, pero tú puedes ir allá abajo, no hay problema.

—No quiero ir a abajo.

—Entonces… ¿conversemos?

—Hagámonos preguntas. Empiezo yo—dijo el mayor.  —¿A que edad empezaste a tocar el piano?

—Desde que tengo memoria, ¿tú?

—También. ¿Cuál fue tu interés hacia él?

—Mis papás son amantes de la música y eso, así que ya estaba destinado a este mundo. —ríe. —¿El tuyo?

—Gracias a una bella mujer, ella era como mi mamá. —sonrió al recordarla.

—Hablando de mamás, ¿por qué vives con tus tíos?, ¿dónde están tus papás?