²o*'•°

250 29 9
                                    

¿De nuevo querés mimos?

Sip.

Bueno, vení.

El bajito se acercó a paso lento hasta el sofá en el que se encontraba su novio y este comenzó a hacerle mimos al punto de que casi se queda dormido.

Pero el teléfono del más bajo interrumpió el momento haciendo que Kovacs tuviera la iniciativa de pararse, pero unos largos brazos alrededor de su cintura no se lo permitieron.

Dale Pedro, tengo que contestar.

El más alto no respondió, dejó las manos donde estaban y repartió besos por todo el cuello del bajito, haciéndolo suspirar ante tal acto.

¡Dale Pedro! Soltame, tenemos todo el día para tus boludeces.

No quiero, uhm... quédate acá.

Pero finalmente el más bajito pudo soltarse del agarre de su novio e ir a contestar la llamada, era su hermano que necesitaba un par de boludeces.

Cuando Martin volvió se encontró con un Pedro sentado y mirando fijamente la pantalla de su teléfono.

Pedro, hey bebé, dale no te enojes, amor.

Nunca tenemos tiempo para ambos, siempre estás o en tu teléfono, o resolviendo cosas de tu trabajo, y en tus tiempos libres te la pasas en la computadora...

Perdón, perdón, te prometo que sacaré más tiempo para que estemos juntos.

Y en ese momento el pelinegro se sentó en las piernas de su novio y lo abrazó por los hombros.

Se completaban;

ᴄᴀғé; ᴘᴇᴅʀɪᴍᴇɴᴛᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora