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Yoongi tomó al pequeño Jungkook en sus brazos, dolido y sintiéndose impotente. Cuando intentó tomar la mano de Jimin este ya iba hecho una furia, con lágrimas en los ojos y las manos hechas puños en dirección al principal de la casa hogar.
La semana anterior ingresaron los papeles de adopción, y gracias a las conexiones que el trabajo de Yoongi le aportaban al ser el dueño de uno de los más grandes y reconocidos bufetes de abogados en Corea, pudieron acelerar en demasía el proceso, aún no podían llevarse a Jungkook de forma permanente, pero sí bajo la excusa de adaptarlo a su nueva casa.
Abrió la puerta de golpe. Y azotó los papeles sobre el escritorio.
El director del lugar.
Cha YungPil.

¡Min Yoongi, quiero hijos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora