¡Min Yoongi, quiero hijos!

Q

Un obeso anciano con calvicie, con la cara de un monstruo degenerado, lo vio confundida.
—Tengo un permiso extendido por la Institute for the Comprehensive Development of Children. Para llevarnos al menor Cha Jungkook por una estadía temporal en su proceso de adopción.— Era una sorpresa que le darían a Jungkook ese día, pero las circunstancias habían dado un giro rotundo, y lo único que le importaba a Jimin, era proteger a ese niño indefenso de ruidosa risa que alegraba sus días, al que Yoongi y él ya amaban infinitamente.
El hombre estaba confundido.
—Señor... Eh— Vió los nombres en el folder.— ¿Park Jimin y Min Yoongi?— Entonces su mirada se fijó en Yoongi que sostenía a su Jungkook, el menor se aferraba al rubio con todas sus fuerzas. —¿Ustedes dos quieren llevarse a mi ciervito?— y Jimin sintió su estómago volcarse ante ese apodo.—Lo siento, este hogar sólo crea acuerdos con parejas normales.—
—¿Con parejas normales?— Jimin rió a carcajadas.
—Señor Cha, el matrimonio y adopción homoparental es legal desde hace más de veinte años. Poco nos importa si usted está o no de acuerdo. Y si fuera usted, apresuraría el papeleo para la adopción, no quiere conocerme de otra manera no tan amable como lo somos ahora.— Soltó Yoongi, con la voz dura.
La pareja miró al hombre con severo desprecio y salió de esa oficina, no permitirían que le pusieran una mano encima a su hijo, jamás.

—Vamos, Jungkookie. A casa.— Los ojos del pequeño azabache se iluminaron al escuchar esas palabras. Pero detuvo sus pasos y jaló la mano de Yoongi.
—¿Qué pasa?— preguntó el rubio.
—Debo ir por mis Cookys—
—No te preocupes por eso, bebé. Te compraremos otros, ¿Sí?— Dijo Jimin, dulcemente, acariciando su oscuro pelo.
Jungkook negó con la cabeza.
—No puedo... Son los primeros regalos que me han dado... Y me los dió papá...—
Los suaves corazones Min-Park se contrajeron con esas palabras.
—Bien... Pero debes apurarte, ¿Sí?—