El hombre ilustrado

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Homenaje a Ray D. Bradbury.

Este cuento es un homenaje al maestro Ray Bradbury, considerado como el padre de la ciencia ficción. En este cuento se mencionan títulos significativos de algunos de sus libros y cuentos.

______Querido lector, favor de reproducir la melodía para una mejor experiencia________

Aquel sujeto se me hacía familiar. Me dirigía a la azotea de mi edificio a pensar en nuevas ideas para escribir y fue cuando lo vi, se encontraba sentado en el quicio mientras yo caminaba con un cigarro apagado en la mano, el no llevaba ni camisa ni playera, solo ese mar de tinta que yacía en calma sobre su piel.

Me sorprendió verlo, no había visto que mis vecinos subieran también.

Escuché como en voz baja repetía una y otra vez un número, 451.

Me acerqué despacio y me senté a su lado, observando con discreción los tatuajes de su brazo derecho.

-Hola, ¿intenta recordar un número? -Dije para romper el hielo-

-Hola, joven. No, solo recuerdo que mi amigo Montag me dijo que la temperatura en que arde el papel es de 451 grados Fahrenheit.

Vi el papel que cubría el tabaco por un momento y lo guarde en el bolsillo del abrigo, me causó una sensación de peligro.

El misterioso señor se veía muy reflexivo, como si llevará tiempo esperándome o sin ver la ciudad y su atardecer.

-¿Se encuentra bien? -Lo mire a los ojos y sonreí-

El señor me miró y detrás de sus lentes observe unos ojos que parecían conocer todas las respuestas del mundo.

-Claro que estoy bien, solo vine a disfrutar de un atardecer como este, de donde vengo no se ven así.

-¿Usted de dónde viene? -No podía apartar los ojos de su mirada, era como si sus ojos fueran agujeros negros que absorbían mi atención-

-Soy de un lugar muy lejano, de un lugar donde hay manzanas doradas. -Apuntó con el dedo índice al horizonte-

Observé su dedo y pensé en posibles ciudades que se ubicaran en aquel lejano horizonte. Vi sus tatuajes e imagine que de aquel lugar donde se encontraba su hogar, fue donde nacieron esas obras de arte.

- Me gustan sus tatuajes. ¿Cuantos tiene? -Observé el pequeño tatuaje de su muñeca-

-Tengo 18 en total. -Contestó mientras observaba el pequeño tatuaje de su muñeca, un Iglú de metal en medio de una tormenta en un desierto rojo- Por ejemplo, esté tatuaje es un campamento espacial en venus. Lo llamo "La larga lluvia"

-¿Significa algo personal o es solo de adorno?

-Más que significado, tiene su enseñanza. "La larga lluvia" te enseña a ser perseverante, a no rendirte a pesar de que no veas una camino que te saque adelante, los tatuajes cuentan historias y son las que me han forjado, son donde vivo.

No entendía bien como un tatuaje espacial podía dar esa enseñanza, así que decidí entender otro de sus tatuajes.

-¿Que me dice de esté? -Le señalé el que tenía en el hombro derecho- ¿Que enseñanza me da varios astronautas fuera de su nave en llamas?

-Ese tatuaje se llama "Calidoscopio" tiene la enseñanza de valorar y disfrutar lo que tenemos en vida, porque si no lo hacemos, en los últimos momentos nos convertiremos en gente con rencor por no haber podido hacer lo que siempre quisimos hacer y/o tener.

Vi los gritos de los pobres astronautas, imaginé que se sentiría estar vagando en el espacio perdido y sin esperanzas. Ese tatuaje despertó en mí el interés en conocer los significados de sus otros tatuajes.

Pregunté y el habló. Me contó sobre el tatuaje de la casa en llamas llamado "La pradera" me habló de "El otro pie", "La carretera", "El hombre", "La ciudad", me detalló sobre "Marionetas S.A" y de otros con enseñanzas sobre los límites, sobre la comprensión y el respeto.

-Y este último que se encuentra en mi pecho, justo en mi corazón, se llama "El cohete"

Vi un cohete enfrente de una casa humilde con una pareja y 4 niños a su alrededor.

-Este tatuaje enseña el amor de un padre. Esté humilde señor decide regalarles un recuerdo invaluable a sus hijos, un viaje espacial, un viaje que aunque no es real, lo es para la imaginación.

Vi las sonrisas de los niños y la admiración de la esposa de ese humilde padre, se me erizó la piel.

-¿Le dolieron cuando se los hizo?

-Por supuesto que me dolieron, mis memorias de crímenes y mis crónicas marcianas están aquí. Han llenado mis años, los años en que rehusé morirme. Y para eso mismo lo hice, hice este, y este, y este... para no estar muerto. -Miró el suelo-

-Quisiera aprender más de usted -Confesé-

-Entenderás cuando sigas escribiendo, cuando escribas y escribas y vuelvas a escribir. Cuando te llamen de mil formas diferentes y tengas cientos de vidas, cuando de tus manos salgan historias y de tu lengua poesía. Lo entenderás porque me conoces, me llevas tatuado en tu ser y es por eso que me puedes ver. Mientras siempre nos quede parís, triunfaras y las palabras serán tus balas.

Y en ese momento lo recordé, recordé sus libros y cuentos, me odie por haberlo olvidado, por haber olvidado sus palabras, sus historias y sus enseñanzas.

-¿Ya te acordaste? -Su sonrisa fue cómo los cómplices se sonríen ante una travesura-

Su figura cambió, de un hombre corpulento lleno de tatuajes, cambió a un bombero, y después a un marciano, y después a un astronauta y después a un detective hasta que al final quedó un señor vestido de traje, con mirada tierna y lentes con bastante aumento.

Era Ray Bradbury.

Me quede sin palabras, lo admiraba desde que era un adolescente. No quería que se fuera, quería que me contará sobre la otra vida y sobre su estadía aquí en la tierra.

-¿Ya nunca más te veo? -Pregunté esperanzado de que me contará un último cuento.

-¿Para qué me quieres ver si me llevas dentro? -Sonrió y se desvaneció con el soplar del viento-

Palabras muertasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora