Capitulo 5

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Me mordí el labio maldiciendo preguntándome como podían haber venido aquí, no quería volver a verle, aquel chico me daba escalofríos.

Lo miré de reojo una vez más. Llevaba unas botas militares desgastadas, vaqueros muy ajustados y una camiseta demasiado entallada donde se le podían ver algunos tatuajes.

Aún así aquellos harapos y la tinta impregnada en su piel no eran lo mejor, sino su pelo castaño y desordenado con algunos rizos, su cuerpo bien trabajado y para colmo su mirada aunque inerte, original y es que tenía unos ojos esmeraldas muy poco comunes.

Aquel muchacho no me daba buena espina pero no podía negar de que estaba condenadamente bueno.

Aún así ni loca me iría con él.

- Bo aquí tienes tu pedido -dijo George-

George era mi compañero de piso, era un chico de mi edad, medía un metro setenta y cinco aproximadamente y era rubio con ojos azulados, guapo, quizás demasiado aunque no tanto como el castaño siniestro sentado en el local.

- ¿Podrías llevarlo tú? -supliqué-

No quería volver a ver a aquel chico.

Miró su mesa donde estaba él y abrió los ojos sorprendido. Fruncí el ceño esperando a ver la reacción de mi amigo.

- Dios Bo ¡Está buenísimo! -gritó entusiasmado-

Le tapé la boca alarmada ¿Por qué no podría ser más discreto? Al parecer no tenía cosa mejor que hacer para decirlo a todo pulmón.

Quizás me salté un pequeño detalle, George era gay, sin embargo, no era el típico que tenía pluma sino un chico normal con diferentes gustos y aunque me cueste admitirlo si él no fuese gay hace un año hubiese tenido una cita con él.

- Vas a ir a hablar con él y será tu novio -aseguró divertido-

¿Acaso estaba loco?

- Ni hablar

Me negaba rotundamente a cualquier cosa que tuviera que ver a compartir aire con él.

- ¡Vamos por favor! ¿Cuánto tiempo sales con alguien?

Era cierto, desde que murió mi hermana me negaba a todas las proposiciones que los chicos me hacían, no es que fueran muchas porque en estos cuatro meses no he salido mucho.

Llegaba desde mi casa al trabajo, al contrario y una vez a la semana iba al psicólogo aunque llevaba dos semanas evadiendolo, no quería que nadie me controlase mi vida.

Me sentía mal, devastada, ya nada era lo mismo. Estaba harta de fingir una sonrisa y por dentro morir de dolor, encerrarme en el baño y ahogar mis penas, cosa que necesitaba ahora.

Pero me tendría que aguantar porque estaba trabajando.

Cogí el pedido rendida y me encaminé a la mesa del chico, giró su cara y me miró detenidamente, escaneando.

Tragué duro y dejé el café en la mesa para marcharme pero me cogió del brazo.

Me giré resignada.

- Quiero una cita -informó-

Fruncí el ceño extrañada preguntándome si era una pregunta o una afirmación aunque me decantaba más por lo segundo.

- Lo siento pero no nos conocemos, ni siquiera se tu nombre

Me giré para marcharme.

- Harry Styles -se presentó- y no somos desconocidos, te llevé a tu casa la otra noche ¿No te cuerdas?

Paré escuchándolo, oh claro que me acordaba.

- ¿Me estás siguiendo? -dije mirándolo a los ojos-

Una sonrisa hipócrita asomó su rostro y oyuelos parecieron en sus mejillas. Creo que nunca había visto una sonrisa más bonita.

Me tensé cuando se levantó y se acercó a mi invadiendo mi espacio vital.

- Te veo mañana a las siete, te recogeré en tu casa -susurró en mi oído-

Quedé estática en el sitio mientras él dejó dinero en la mesa y se marchó sin tomarse el café.

Criminal Hero (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora