No Te Arrepientas

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Llegué a la casa como al rededor de las 10 pm, Hayle se encontraba en su cuarto como era de esperarse, escuché la música salir de su habitación y a ella cantando. Sonreí al imaginarme la escena y me pasé la mano por el cuello recordando la situación tensa en la que estábamos.

Subí las escaleras sin prender ninguna luz y me acerqué a su puerta entreabierta, la vi sentada en su cama con su laptop en sus piernas.

- Ya llegué, ¿alguna novedad?
- Solo tu llegada - sentí el resentimiento en su voz.
- ¿Te llamaron tus padres? - caminé hacía ella y me paré al lado suyo. Estaba jugando Candy Crush mientras sonaba la música de YouTube.
- No, pero mi madre me escribió. Me dijo que estemos al tanto de las cosas para ir a comprar.
- No te preocupes, aún hay cosas para unas semanas más - levantó su mirada hacia mí y noté sus ojos un poco rojos - ¿estás bien, pequeña? - le pregunté intranquilo.
- - afirmó en voz baja luego de unos segundos.
No le creía ni un pelo pero no le veía sentido preguntarle al respecto, seguirá evitando responderme - y ¿tú?
- Estoy bien - y yo también le mentía. Acaricié su cabeza con mis dedos - No te quedes despierta hasta muy tarde - le deposité un corto beso en su frente y me despedí - Hasta mañana.

Me fui a mi cuarto a tirar mi billetera en el escritorio y mi celular en la cama, estaba exhausto y solo quería dormir. Me saqué la ropa y la puse en el cesto para luego ponerme un short cualquiera y echarme a la cama a descansar.

Al día siguiente casi no vi a Hayle y cuando me cruzaba con ella solo la evadía, no quería que nuestra relación se vaya a la mierda y tampoco mi carrera.

Un día más paso y  fui a la "deseada" entrevista en el club, Jake me había confirmado la hora y el lugar horas antes por texto y sin segundas opciones tuve que ir.

- Buenas noches, Oliver. He recibido buenas recomendaciones sobre ti. ¿Te explicaron de que trataba este trabajo?

- En realidad no me han comentado mucho del tema, solo que tenía que hacer encargos y administrar unas cuentas.

Estaba definitivamente nervioso y un poco intimidado, habían un par de hombres custodiando la puerta de la oficina y se veían realmente imponentes, hasta para mí.

- Bueno - se rascó el mentón e hizo un ademán con la mano - básicamente es eso. Para ser más especifico serias mi contador, por eso necesito que este trabajo lo tenga una persona de confianza y viendo que uno de mis empleados más antiguos te conoce, me pareces el mejor postulante hasta ahora.
- Le agradezco, señor - sobé mis manos por nerviosismo en mi pantalón y asentí con la cabeza.
- Me dijeron que eres bueno con los números, asique no habría problemas... - comentó mientras leía una hoja - Mira te voy a ser sincero, yo soy una persona muy desconfiada, sobre todo con mis cosas. Entonces hagamos algo, eres la tercera persona a la que entrevisto y definitivamente me trasmites más confianza que el resto, además tienes buena pinta - no me gustaba como sonaba eso último - Te pondré aprueba unos días, para ver como te desenvuelves en este ambiente. No te preocupes que te daré un dinero por tu tiempo y no será tanto trabajo como otros explotan a sus trabajadores, yo soy razonable - explicó con tono de superioridad.
- Me parece perfecto, usted solo avíseme cuando tengo que comenzar y yo estaré a su disposición.
- Genial, déjame tu número y te estaré llamando en la semana.

Luego de darle mi número de celular, nos dimos la mano y nos despedimos. Los de seguridad me acompañaron hasta la salida del local y yo con el corazón en la garganta salí a paso apurado.

Alguien Que ConozcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora