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El cubo de metal me deja en el loby , mis pies me arrastran, literalmente mi cabeza esta a punto de estallar.

¡Que hice!

¿Como pude ser capaz?

Son los reproches que pasan por mi mente.

Atravieso la puerta y el aire da contra mi cara , el día casi ha muerto como mi alma en ese infame departamento.

Cual zombie voy por la acera, no se cuando levante mi mano y tome el primer vehículo que paro.
Pudo haber sido un camión de basura o un psicópata el que manejaba , no importó , no tengo tanta suerte.

Reaccione cuando estuve frente el gran portón de la mansión Tsukino.

Bajo la mirada a la caja en mis manos.

¿Como voy a verla a los ojos a mi bello torbellino rosa?

Fui débil, muy débil.

Yo amo a Rini es la chica que alegro mi vida la que a dado un propósito , el de cuidarla y amarla sin límites.

Mis pies de vuelta se manejaron solos y me llevaron inconsciente hasta dentro.

Lo de nunca, la casa se encuentra en total silencio.

Debería dejarle la caja he irme no podre enfrentarla sin derrumbarme ante ella.

¡Si eso haré!!

Le dejare una nota.

- Joven Seiya...

La voz tranquila de Neherenia interrumpe mi plan.

Seiya- Hola... Solo yo...

Me mira extrañada.

Neherenia- La pequeña dama estaba en su habitación...

Seiya- ¡Ahhh...!! Gracias...

Le digo nervioso mientras ella se retira.

Bien debo tener coraje y dejar esto en su cuarto he irme lo más rápido posible.

Si lo se lo primero contradice a lo segundo.

Subo los escalones y siento como cada peldaño cuesta  más y más.

Nunca un pasillo me pareció tan eterno.

Seiya- ¡Vamos cobarde...!

Me doy un leve animo.

Abro la puerta pero no la veo dentro, voy hasta su escritorio, tomo un block de notas rosado que tiene arriba.
Con mis manos temblorosas comienzo a escribir.

Amor:

Perdóname ,sinceramente nunca merecí a alguien tan hermoso y único como tú.

Debo irme , soy poco hombre para decírtelo en la cara pero así te evitaré un sufrimiento en mayor.

Te amo con todo mi corazón y jamás te olvidaré.

Seiya.

Termino y puedo sentir mis mejillas mojadas.

Corto la nota y siento como la puta historia se repite, soy el imbécil de mi padre dejándonos, valla a saber por qué motivo.

Suspiro juntando la poca decencia que me queda y dejo el escrito sobre la caja que fue testigo de la lujuria desenfrenada de hace rato.

Me dirijo a mi vía de escape y por ensima de mi hombro veo por última vez el cuarto de la mujer que me hizo feliz estos últimos meses.

Juro Que No Quise...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora