CAPÍTULO 6: Sábado

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INÉS

Suena el despertador, por fin ese sonido que me da el pistoletazo de salida para el sábado. Tengo un montón de cosas que preparar antes de que llegue Manuel. Comienzo abriendo las ventanas de mi cuarto para que se airee, después me dedico a colocar todo muy bien en su sitio para dar buena impresión. Desayuno en unos pocos minutos y me ducho y echo colonia. Busco en mi armario un vestido simple pero bonito de color blanco que me combina con una pulsera con motivos geométricos. Espero nerviosa al momento que suene el timbre para abrirle la puerta.

MANUEL

A las 12:35 tengo que estar en casa de Inés para ayudarla a estudiar. No sé por qué me pide ayuda a mí. No hablamos ni hemos quedado nunca, aunque hay que decir que ella coge confianza con la gente en poco tiempo.

Lo que con habrá pasado es que Pastora no está este finde, Inés esté aburrida y otros amigos no quieran quedar por los exámenes. Es por eso que decide llamarme con las excusa de que es para estudiar y así pasa la mañana.

Me levanto para poder hacer los deberes antes de ir, desayunar y vestirme con unos pantalones y una camiseta escogida al azar.

Me llega un mensaje de Andrés para que vaya a su casa.

Andrés: ¿Manuel, te apetece venirte un rato a jugar a mi casa? Estoy solo.

Manuel: Hoy no puedo, he quedado con una chica de mi clase para ayudarla con un examen.

Andrés: Pero es que no tengo nada que hacer.

Manuel: De verdad que no puedo, ya le he dicho que sí.

Andrés: Pero eres más amigo mío que suyo, debería ser yo tú prioridad.

Manuel: Lo siento pero no puedo.

Andrés tiene razón, si él es mi mejor amigo debería darle algo de prioridad antes que a otra gente. A él le conozco desde hace tanto y jamás me ha fallado, tengo que quererle bastante más. Si no fuera por él habría estado mucho tiempo solo.

Como de todas maneras ya le he dicho que no, voy con Inés pero no dejo de pensar que cuando quedemos la próxima vez me tengo que disculpar sin falta. Salgo corriendo para no llegar tarde y por el camino me llaman por teléfono. Me paro y saco mi móvil del bolsillo para comprobar quién es pero no es un número que tenga registrado así que cuelgo por falta de tiempo.

Llego a la hora acordada y llamo al telefonillo para que me abra la puerta. A los pocos segundos estoy subiendo por las escaleras para llegar hasta el segundo piso y de ahí a la puerta C. Me abre Inés sonriendo y me dirige a su cuarto para que nos pongamos a ello. Después de que hayamos entrado ambos, cierra la puerta y echa el cerrojo dejándonos aislados del resto de la casa.

–¿Qué es exactamente lo que quieres que te explique?

–Pues no sé cómo va lo de los enlaces exactamente.

Comienzo a explicar y tengo que admitir que de verdad se nota que, aunque no se le dé demasiado bien, Inés se esfuerza y poco a poco vamos aprendiendo el tema juntos.

Acabamos con la parte que le costaba con apenas una hora y media de trabajo y nos sentamos para relajarnos un rato y hablar.

–Me encantaría ser tan lista como tú.

–No es para tanto. En realidad cualquiera puede utilizar su tiempo para estudiar en vez de usarlo para quedar o pasárselo bien.

–Así dicho parece fácil.

–De verdad que no es tan complicado.

–Y entonces, ¿tienes novia?

–No la verdad.

La vida es dura y luego te mueresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora