Capítulo 14

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*Este capítulo es un poco de regalo por la operación de Marco Asensio la que por cierto salió bien y ahora solo digo que mucha fuerza para él, que pronto volverá seguro y más fuerte a jugar al fútbol⚽, y por supuesto que disfrutéis del capítulo❤️ #asensio20*

Terminaron el entrenamiento y yo baje rápidamente de las gradas, salté la valla y Marco al verme se quedo en medio del campo con las manos en su cintura, los demás jugadores ya se iban y algunos se despidieron de mi.
Estamos justo uno frente al otro y se me ha ido de la mente todo lo que pensé en decirle durante el entrenamiento, me he quedado en blanco literalmente.

- ¿Pasa algo? No tienes muy buena cara. -- Su voz hace que salga de mis pensamientos, intentaba buscar de nuevo lo que tenía que decirle pero como dije, no me acuerdo.

- Yo... Venía a hablar contigo. -- Muy bien Abi, si te parece venías a quedarte mirandolo que parece ahora lo mejor que sé hacer.

- Eso lo he supuesto cuando venías hacía mí, pero dime lo que querías. -- Abro la boca y la vuelvo a cerrar, así durante unas tres veces.

- No sé por donde empezar, tenía todo preparado para decírtelo y es como que no encuentro eso que quería decirte. -- Marco se ríe por primera vez desde que llegue a hablar con él.

- No te rías, que es difícil esto joder. -- Pero lo peor es que estoy quedando como tonta al no saber que decir.

- Vale, vale perdón ¿qué tal si vamos a mi casa y así hablamos con más tranquilidad? -- Me lo pienso, la última vez que fui, bueno y la primera, la lié bastante pero es cierto que aquí no hablaremos bien porque él tiene que ducharse y todo.

- Está bien, espero a que te duches y vamos. -- Él asiente y lo acompaño a los vestuarios, yo obviamente me quedo fuera esperando.
Sale mi hermano con Marcelo, Nacho, Lucas e Isco, me ve y se paran justo a mi lado.

- ¿Te vienes a casa? Voy a jugar un rato con los chicos al fifa. -- Ese es Sergio que me rodea con su brazo.

- No puedo voy a hablar con Marco, otra vez será chicos. -- Me encojo de hombros.

- Con razón mi pisha rechazo venir a jugar al fifa y eso que le encanta. -- Isco me sonríe y después veo a Marco salir del vestuario con su mochila de Gucci.

- Como tenga que volver a buscarte por culpa de Chencho, esta vez la lío yo. -- Sergio nos advierte a los dos con la mirada y después todos se despiden de nosotros.

- Bueno ¿vamos? -- Yo asiento y lo sigo hasta el parking donde veo su coche y mi enamoramiento por él se hace presente, por el coche claro.

Durante todo el trayecto a su casa no hablamos nada, yo por nervios y supongo que él por no ponerme peor de lo que estoy. Cuando llegamos Rome nos recibe muy contento pero ni por el perro la tensión que hay en el ambiente se rompe, nos sentamos en el sofá y él me ofrece algo de beber le pido agua, así me mentalizo para empezar a hablar, vuelve a sentarse a mi lado.

- Siento lo que pasó, no debí reaccionar así te di hasta una bofetada, lo siento de verdad. -- Al fin rompo el silencio, él me mira lo sé porque puedo sentir su mirada, pero yo miro al frente como si la tele apagada fuera de lo más interesante.

- Te diría que entiendo tu reacción pero mentiría, realmente pensé que por lo menos te atraía ya no te digo que te guste pero... No sé creo que me equivoque con todo, lo que no entendí para nada fue tu reacción de después. -- Ahora si centro mi mirada en sus ojos marrones oscuros casi negros, como los míos.

- ¿Qué reacción? -- Hubo más de una debo decir.

- Te alejaste de mi como si te hubiera hecho daño y te pusiste a llorar, entiendo que cuando una persona no quiere que alguien la bese se enfade pero tu reacción fue diferente. -- Esto temía yo, que se diera cuenta de que algo más pasaba pero sabía que era listo y por eso evitaba hablar con él.

Suspiro, miro para otro lado y pienso en si realmente merece la pena contárselo o no, en porque tendría que contárselo a él cuando no lo hice antes con nadie, pero algo dentro de mí dice que lo haga de una vez, que este es el paso que tengo que dar para dejar de estar estancada en el pasado, siento que con Marco puedo conseguirlo pero me da miedo que me juzgue o que no sea capaz de entenderme.

- No se lo he dicho a nadie antes eso quiero que lo sepas porque si decido contártelo no quiero que salga de aquí, ni si quiera Sergio lo sabe, prométeme que no se lo contarás a nadie ni a él. -- Lo vuelvo a mirar y él se queda pensando unos segundos, analizando mis palabras, creo que se ha dado cuenta de la gravedad del asunto.

- Te lo prometo, pero no te voy a obligar a que me lo cuentes todo, sólo lo que quieras. -- Asiento y me preparo mentalmente y emocionalmente para lo que le tengo que contar.

- A lo largo de estos cinco años he pasado por muchas cosas por eso me alejé de todo, por eso y por mi ex novio, Jaime, cuando veía en los problemas y discusiones que estaba cayendo mi familia, las que por cierto eran constantes, decidí salir una noche de fiesta allí lo conocí porque él me colo en la discoteca, cuando salimos empezó a fumarse un porro el que me ofreció y yo acepté, gran cagada, estuve desaparecida durante dos semanas porque estuve con él en su casa de Sevilla, nadie sabía donde estaba, mi familia estaba destruyendose poco a poco y con lo mío más, Sergio enloqueció y utilizo todos sus medios para que me encontrarán, pero yo sola me presente em mi casa con toda la ropa razgada y los ojos rojos de haber fumado tanta maría, nunca dije con quien estuve. -- Marco quería interrumpir mi relato pero yo levanto mi mano en señal de que aún no diga nada.

- Dejé de ver a Jaime cuando me internaron en terapia para drogadictos, irónico porque cuando se me pasó todo aborrecí la marihuana, pero al mes o así Jaime se presentó en mi instituto para recogerme me dijo que empezáramos algo juntos, viajar y todo, yo ya había cumplido los 18, me prometí a mi misma no volver a recaer como lo hice antes y lo cumplí a pesar de su insistencia, lo que sí hice fue irme de casa cuando más me necesitaban a los 20 años, llevabamos todo ese tiempo saliendo y decidimos irnos a vivir juntos, todo era bonito o eso creía yo hasta que empezó a controlar todo lo que hacía, si Sergio me llamaba él le colgaba, a mis padres igual, no podía salir de casa porque me tenía encerrada. -- Las lágrimas ya están haciendo su paso pero esta vez las dejo, esta vez quiero soltarlas y me da igual que Marco me vea así. Él me acaricia la espalda.

- No sigas si no quieres. -- Niego con la cabeza y me limpio las lágrimas.

- Quiero soltarlo de una vez con alguien que me importe, no un psicólogo, me golpeaba casi todos los días Marco, hasta que un día cuando recién cumplí los 22 ya no aguanté más, estuve al borde de la muerte ese día y nunca olvidaré esa imagen, los vecinos aporreando en la puerta por los ruidos y la policía entrando, se lo llevaron de allí y yo estaba casi desnuda completamente demacrada por los golpes, una vecina me dió una manta para taparme y desde allí me trasladaron al hospital, pedí que mintieran a mi familia porque suficientemente mal lo estaban pasando ya, dijeron que me asaltaron unos hombres en la calle y unos vecinos me encontraron. -- En este punto mi llanto es incontrolable y Marco me aprieta contra su pecho, esucho el latir de su corazón y eso me tranquiliza poco a poco.

- Dime que ese hijo de puta está en la cárcel porque si no juro que voy y lo mato. -- Me alejo un poco de su pecho para mirarle y él quita algunas de mis lágrimas con su pulgar.

- Está en libertad bajo fianza con una orden de alejamiento, no lo volví a ver desde ahí. -- Me vuelvo a acurrucar en su pecho y él no se opone.

- ¿Por eso reaccionaste así, verdad? Pero Abi yo no soy él, jamás te haría daño, sé que te cuesta creer en esas palabras pero sólo déjame demostrarte como soy, dame una oportunidad para conocernos. -- Me he quedado sin pensar en nada, solo escuchando su voz y su corazón latiendo, mirando a un punto fijo sin interés alguno, pero sé el peso que tienen sus palabras. Lo miro.

- Está bien Marquito, empecemos a conocernos de verdad. -- Claro que no nos referimos a en plan de amigos porque eso ya lo estabamos haciendo, pero tampoco de novios, solo es un pasito más.

Marco mira mis ojos y después mis labios, se queda ahí un rato debatiéndose de si acercarse o no, pero esta vez tomo yo la iniciativa y fundimos nuestros labios en un beso tierno, donde sabemos que empieza todo y sellamos ese comienzo con el beso.

Entre tú y yo {Marco Asensio}  (Wattys 2019)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora