Un día de caza normal. Fácil, o así lo describían mis hermanos al menos.
Como soy el menor, nunca voy y eso en realidad es un privilegio. Digo, ¿quien quiere salir a cazar animales para comerlos? Y es peor a fin de mes.Mi padre y hermanos siempre me dicen que al cumplir 18 tendré que ir y hacer mi iniciación, bla bla bla.
Espero que ese plazo sea eterno.
-Volvemos a las 3:00 o 3:30, depende de las presas.-dijo Adonai, mi hermano mayor.-¿seguro no quieres acompañarnos? En unos meses tendrás que venir con nosotros, deberías comenzar a familiarizarte.
-Claro! Que divertido ver como ustedes matan animales y los comen crudos.-dije sarcásticamente. Adonai me miro con el ceño fruncido.
Mi padre no captó el sarcasmo por lo que me dijo:
-Que bueno que hayas cambiado de opinión hijo, sabia que en el fondo eras uno de los nuestros.
Adonai oculto una sonrisa de burla y me miro a los ojos con cara de victoria.
-Eh, gracias papá pero por hoy paso. Recordé que tengo planes.
Mi padre y Adonai compartieron una mirada, y se alejaron, con el resto.
Me quede ahí parado como un idiota. Los había decepcionado otra vez.Es lo único que hago.
Me dije a mi mismo.
Me froté la cara con mis manos y cerré los ojos un momento. Lagrimas de frustración amenazaban con salir. Diablos, ¿ahora iba a llorar? ¿En qué me he convertido?
Comencé a caminar en dirección opuesta a donde mis hermanos se fueron. Iría otra vez al bosque cerca de la carretera. Hoy sería esa vez en el mes en que buscaba un humano para pedirle algo.
Esa tradición era vieja para mi. Lo hacía desde que vi un humano por primera vez. Siempre me habían maravillado. Estaba celoso de ellos.
¿Por que podían vivir felices sin tener que cazar? O mejor dicho ¿por qué yo no quería cazar?
Esa pregunta me volvía loco por las noches. ¿No podía haber nacido humano? O por lo menos, ¿no podía gustarme matar?
Distraído en mis pensamientos, me di cuenta de que casi entraba en la carretera. Mi padre me mataría si me viera ahora. Casi puse en riesgo mi identidad.¿Y si moría y los humanos encontraban mi cadaver? Iban a descubrir que los vampiros existen, y todo sería mi culpa.
Me escondí detrás de un árbol, observando a los autos pasar. Nadie se veía interesante, o al menos no para lo que yo quería.
Observe a un camión gigantesco, con un hombre escuchando música a todo volumen, o eso parecía, ya que tenía esos aparatos que se ponen los humanos en los oídos. Sabia que reproducian música porque un año mis hermanos cazaron un humano que tenía uno de esos. Ahora ya estaba viejo y se descompuso hace más de 1 año, así que no los había visto en un largo tiempo.
Pero lo que captó más mi atención fue ella.
Venia distraída, mirando al piso. Sus manos estaban en el bolsillo de su chaqueta, que era enorme para el tamaño de ella. Pero no fue su ropa lo que captó mi atención.
Ella desprendía un aura de perfección que era tan grande que parecía falso. Su cabello rubio estaba peinado hacia atrás, sin ningún pelo afuera. Sus ojos miel se fijaban en el pavimento. Su mirada cambió drásticamente a una de pánico cuando se dio cuenta de que un camión venía hacia ella. Intentó torpemente correr, pero su vestido celeste no le permitía separar mucho las piernas.
De repente me pareció interesante. Si, se lo pediría a ella.
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El Bosque de las Sombras
RomanceÉl solo se preguntaba ¿por qué nací así? ¿No pude haber nacido humano? ¿Tengo algo malo? Ella se cuestionaba ¿por qué soy tan estándar? ¿Mi vida siempre será así de aburrida? Una sola mañana lo cambio todo para ellos dos. Argus deseaba a Nerea, pero...