The Jauregui's Dolls.

ᴛʀᴇɪɴᴛᴀ ʏ ᴜɴᴏ

Bajé escaleras con Lauren a donde Evelyn decía que tenía a Zoey esperando. Al ver lo sorprendidas que ambas reaccionamos, Evelyn estaba confundida mientras ella también esperaba saber quien era la niña pequeña que me buscaba. Así que Lauren le dijo que era mi hermana menor, claro que evitando todos los detalles. Pero obviamente esto no detendría a Evelyn de preguntar que hacía ella aquí, pero Lauren dijo que le explicaría más tarde porque era una historia larga.

Corrí por el pasillo y me dirigí hacia una de las habitaciones que solo visité una vez, y eso fue durante mis primeros días aquí en la mansión. Empujé las altas puertas, entrando, pero deteniéndome abruptamente una vez que fijé mi vista en la pequeña silueta de la niña que estaba de pie a pocos pies lejos de mí, usando una camiseta empolvada y un par de vaqueros. No podía ver su rostro porque su espalda me encaraba y estaba muy ocupada revisando el lujoso alrededor, pero sabía que era mi pequeña Zo.

—Zoey. —La llamé, mi voz salió estrangulada debido mi diminuta carrera frenética, pero fue suficiente para ella escucharme y voltearse.

—¿Camila? —Sus ojos se abrieron mucho al verme.

Mi labio inferior tembló mientras de repente empezaba a sentirme emocional. Habían pasado apenas días desde que la vi, pero incluso así se sentía como un largo tiempo. Así que corrí hacia ella y me puse de rodillas mientras las sostenía entre mis brazos, atacándola con varios besos en su rostro y al mismo tiempo revisé para ver si estaba bien.

—Oh Dios mío, mi bebé. —La apreté fuertemente contra mí, no me importaba si lo hacía muy fuerte—. ¿Estás bien? ¿Cómo llegaste aquí?

—¡Camila! —La voz de Zoey sonó amortiguada mientras la apretaba contra mi pecho—¡No puedo respirar! Estás abrazándome muy fuerte.

—Ups, lo siento. —La aparté y revisé su rostro— Oh Dios mío, lo siento mucho por no ir a verte estos días.

—Está bien. —Ella se encogió de hombros mientras una diminuta sonrisa se plasmaba en la comisura de sus labios. Pronto su sonrisa desapareció y sus ojos miraron alrededor—. ¿Camila, qué es este lugar?

Seguí su mirada donde estaba situada y vi numerosas pinturas abstractas de acuarela de mujeres desnudas de diferentes tonos de piel cada una en un marco dorado.

¡¿En serio?! ¿Ella no podía encontrar otra jodida habitación para hacer que Zoey esperara?

—Ven, —tomé su mano—Vamos a sentarnos y hablaremos, ¿sí? —La alejé de las pinturas y la llevé hacia donde había un par de sillas costosas que estaban cerca de la puerta. Mientras pasaba de largo a Lauren, la perforé con la mirada por su inusual gusto de decoración causando que hiciera una mueca y le mostré una mirada de disculpas. Me senté en una silla para dos con Zoey mientras Lauren se sentaba en frente de nosotras en una silla simple.

—Este lugar es... —Empecé a responder su pregunta, pero empecé a sentirme insegura a la mitad de hacerlo porque no sabía que contarle. Pero gracias a Dios, Lauren vino en mi rescate.

—Mi casa. —dijo interviniendo en nuestra conversación, causando que Zoey y yo la observáramos.

Los ojos de Zoey se abrieron y me mostró una mirada de sorpresa— ¿Vives aquí?

Una sonrisa se plasmó en el rostro de Lauren mientras asentía— Sí, vivo aquí.

—Dios. —jadeó—. ¡Este lugar es...enorme!

—Gracias. —rió.

—Bueno, pero Zoey, —me giré hacia mi hermana—Primero dime como llegaste aquí.

—Oh, cierto. —Ella me observó y su mirada se centró en su regazo, donde ella jugaba con sus manos—. Vi tu cara en el periódico Camila. Alguien en el Paraíso Seguro lo leía y reconocí tu rostro, así que tomé la página que terminó de leer. Aquí, déjame mostrarte. —dijo, hundiendo sus manos en los bolsillos de sus vaqueros y después sacó un periódico doblado. Lo desdobló y me lo entregó, encontré mi rostro en la página que decía donde estaba. Era una foto de grupo que fue tomada junto con Lauren y el resto de las chicas, junto con Kennedy y Josephine.