La venganza de Draco.

7

Una larga conversación y el comienzo de la relación.

-Malfoy.- saludó Granger acercándose a donde estaba Draco. Éste estaba visiblemente nervioso, pues tampoco intentó hacer nada para ocultarlo. Lo único que quería era que Granger le dijera lo que tuviese que decirle y acabar de una vez con aquella historia. Los últimos días se había sentido exhausto, y lo irritante que había sido Pansy no había hecho más que contribuir a su agotamiento.

Tenía que reconocer que cuando Nott le había dado la nota de Granger se había alegrado, pero conforme pasaba el rato durante la cena, más se convencía a sí mismo de que la chica lo iba a mandar a la mierda con todo el asunto de fingir la relación para molestar a Pansy.

Los dos se quedaron en un silencio incomodísimo, mirando por la ventana el precioso cielo nocturno a través de la bruma que envolvía los terrenos de Hogwarts. De no haber estado en aquella situación tan tensa, Draco pensó que habría disfrutado quedándose allí relajado y solo.

Draco carraspeó para ver si Granger decía algo, pero en vista de que ella parecía hipnotizada, él fue el primero en romper el hielo.

-Ehm... ¿Granger? ¿Qué querías decirme?- dijo Draco en voz baja, que resonó con el eco de la Torre de astronomía.

-Oh... yo...- balbuceó Hermione, mientras buscaba algo en su túnica.- He decidido aceptar tu oferta.

-¡¿En serio?!- gritó Draco, muy sorprendido.- Joder Granger, gracias. Pensaba que me ibas a mandar a la mierda.

-Bueno, creo que los dos podemos salir ganando con esto.- dijo Hermione, mientras sacaba un pergamino doblado de Merlín sabe dónde.- Aquí están las condiciones de nuestro acuerdo.

¿Ha hecho un puto contrato?, pensó Draco bastante perplejo cuando Granger le pasó el mismo. Empezó a leerlo ávidamente, y enseguida encontró cosas que no le convencieron en absoluto.

-A ver Granger... no sé cómo decir esto sin sonar borde, pero ¿cómo coño quieres que todos piensen que estamos saliendo si solo nos damos la mano? No es que me entusiasme la idea de besarme contigo, pero si no lo hacemos, nadie se va a creer nuestro teatro.- dijo Draco un poco exasperado.

-Yo tampoco sé cómo decir esto sin sonar borde, pero la idea de que nosotros nos enrollemos es repulsiva, Malfoy.- replicó Hermione, poniendo una mueca desagradable.

-No te estoy pidiendo que follemos ni nada parecido, solo serían unos pocos besos para dar más credibilidad a nuestra relación.- dijo Draco, que estaba empezando a desesperarse con toda la situación.

-Mira Malfoy, creo que no entiendes que el que lleva las de perder en todo este asunto eres tú. Si no estás de acuerdo con el contrato tienes dos opciones: que yo me vaya por dónde he venido y te quedes sin tu venganza, o joderte y aceptar mis condiciones. Tú verás lo que haces.- declaró Granger, que también se estaba poniendo de mal humor.

-Vale, tampoco te pongas así... solo, ¿podrías dejarlo abierto por si en algún momento te sientes más cómoda con el tema?- concedió Draco ante el ultimátum de la chica.- Mira, voy a modificarlo y luego decides si te parece bien.

Ante la mirada iracunda de Hermione, Draco cogió el pergamino, buscó una pluma y un frasco de tinta en el aula y se puso manos a la obra. Tras pensárselo un poco, esto fue lo que escribió en el pergamino:

2.- Las muestras de afecto en público serán mínimas; nada que vaya más allá de cogerse de las manos, en caso de que Hermione Joan Granger así lo quiera. Si aprueba los besos en público, también se aceptarán.

-¿Esto te parece bien?- dijo Draco tendiéndole a Hermione el pergamino. Ella lo leyó atentamente y se quedó pensativa unos segundos.

-Vale, pero que sepas que es algo que no va a pasar, Malfoy.- dijo ella, que cada vez usaba un tono más gélido con el Slytherin.- Termina de leer el contrato, a ver si hay algo más en lo que no estés de acuerdo.