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Todo les sale mal a Hermione y Draco.

-Malfoy.- saludaron casi al unísono Harry y Ron, con un tono que dejaba bastante claro lo que pensaban de la compañía del Slytherin a la hora de la comida. 

En realidad, no era nada raro que alumnos de distintas casas se cambiasen alguna vez a la mesa de otra casa distinta, las hermanas Patil, por ejemplo, siempre estaban bien en la mesa de Ranvenclaw o bien en la de Gryffindor; sin embargo, la presencia de Draco Malfoy en la mesa de Gryffindor junto con Harry Potter, Ron Weasley y Hermione Granger se iba a convertir en noticia, y casi con total seguridad iba a eclipsar por completo al partido de Quidditch del sábado.

-Potter, Weasley, Granger.- dijo Draco, reprimiendo la mueca desagradable que le habría gustando poner. Se sentó junto a Hermione, y miró a los tres de hito en hito.

Hermione recordaba muy pocos momentos más incómodos en su vida.

El tenso silencio se cernía entre los cuatro, y Harry y Ron no paraban de echarle miraditas a Malfoy, como si este pretendiera envenenar su comida y ellos pretendieran pillarlo in fraganti

Hermione empezó a mirar mal a sus amigos, pues les había advertido que se comportaran como personas normales aquella misma mañana, cuando les había puesto al día de su conversación nocturna con el Slytherin. Ellos habían aceptado de mala gana, pero Hermione no veía que se estuvieran esforzando especialmente.

Malfoy era otra historia. Se le veía aún más agotado que la noche anterior, con unas profundas ojeras violáceas enmarcando sus fríos ojos azules y el pelo rubio ceniza dispersado desordenadamente. Hermione se habría apostado una sickle de plata a que el chico no había pegado ojo en toda la noche.

-¿Querías algo, Granger?- la sorprendió Malfoy, que se giró rápidamente hacia ella. Estaba claro que se había pasado demasiado tiempo analizando al chico, y pese a que Malfoy pudiera ser un ser despreciable de moral discutible, no era tonto.

-Se te ve cansado, Malfoy.- replicó Hermione en el mismo tono agrio que Draco.- ¿Has dormido bien?

-Tú tampoco estás en tu mejor momento, Granger.- contestó Malfoy, volviendo a centrar la atención en su plato. 

-¿Y se supone que así pretendéis fingir que estáis juntos?- se inmiscuyó Ron, viendo el muro de hielo que había entre Hermione y Malfoy.- No vais a engañar a nadie.

Hermione resopló, y de repente empezó a sentirse un poco superada por toda la situación. Malfoy no llevaba ni diez minutos en la mesa de Gryffindor, y ella se dio cuenta de que todos en el Gran Comedor los observaban de hito en hito. Debían de estar preguntándose qué narices estaba pasando en el universo para que de repente los cuatro fueran tan amigos. 

Hermione se puso de pie como impulsada por un resorte, dejando su plato a medio comer y cogió todas sus cosas muy deprisa, ante la atenta mirada de sus tres compañeros de mesa.

-Malfoy, nos vamos.- dijo ella lanzándoles una larga mirada a sus amigos.

Malfoy obedeció sin decir nada; apuró su plato y se marchó pegado a ella del Gran Comedor, bajo la atenta mirada de todo Hogwarts. 

A pocos pasos del Gran Comedor, encontraron un aula vacía en la que dejaron todas sus cosas.

-Esto no va bien, Malfoy. Creo... que no vamos a poder fingir.- dijo Hermione, que se había dejado caer sobre la mesa del profesor.

-¿Crees que no me doy cuenta, Granger?- contestó Malfoy, situándose enfrente de ella con las manos en los bolsillos.- Creo que me equivoqué al pensar que podríamos actuar como una pareja normal, está claro que nos odiamos demasiado para eso.

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⏰ Última actualización: Aug 24, 2019 ⏰

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La venganza de Draco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora