Crossing The Limit (YEKYU)

Prólogo

Mayo, 2017

Estás seguro de que no quieres regresar a casa? — pregunto Mindee. 

Yesung negó con la cabeza mientras echaba un último vistazo al centro de menores en el que había pasado los últimos tres años. Miró a su tío y le esbozo una sonrisa fingida, Mindee era el hermano mayor de su madre, vivía en Seúl desde hace varios años y las cosas le iban bastante bien, ya que él había sido un chico algo problemático, sin futuro alguno decidió en abandonar Busan. Tal vez tenga la misma suerte que su tío. 

—No creo que sea buena idea en este pueblo nadie olvida—comentó Yesung echando un último vistazo al pueblo de provenía. —¡ Que les valga madres! — le contestó Mindee. 

Yesung se rio por tal comentario, tenía razón, la gente siempre te criticara sin importar lo que hagas. Cada vez que cerraba sus ojos revive lo que sucedió aquella noche como si hubiera ocurrido sólo apenas unas horas antes. Sólo tenía diecisiete  años, Había estado todo el día en el sótano de su mejor amigo Eunhyuk, viendo películas de miedo y tomando alcohol. 

Cuando llegó a casa vio el Chevrolet de su padre, en medio del jardín, con media parte de la valla de madera debajo de sus ruedas, de inmediato supo que habrían problemas. Al entrar a su casa, se escucharon gritos y gracias a los ecos de los fuertes golpes sus peores temores se hicieron presentes. 

Su madre se encontraba controlando sus ataques de nervios, con unos cuantos golpes en su rostro, mientras tanto su hermano menor era estrellado fuertemente a la pared gracias a su padre, al soltarlo el cuerpo de este, azotó contra el duro piso apenas se movía, ya no tenía las fuerzas suficientes como para defenderse. "Era apenas un chiquillo, de catorse años"

Algo se quebró dentro de Yesung, al ver tal escena, estaba hasta la puta madre de ese mismo maldito infierno, el de aguantar insultos, golpes, pero más que nada él ver aquel hombre entrar por aquella puerta. 

No tuvo de otra más que tomar valor y empezar a golpearlo como un gran peleador gracias a su entrenamiento y sobre todo como un verdadero hombre, tenía miedo de lo que iba hacer pero no tenía otra opción, así que  le dijo a su madre que agarra a su hermano y se lo llevara y pidiera ayuda puesto que esto se pondría demasiado feo, su padre se dispuso a reír de él, Yesung a cambio le regaló una sonrisa del mismísimo demonio en persona ya había culminado su paciencia y era hora de acabar de una vez por todas, todo este martirio, con su mirada tan penetrante le dijo  todo lo que le haría, sin importar lo que costará, y sin importar que muriera en el intento. 

Ese día Yesung, no dudo en ningún momento, todo lo que le hizo a ese mal parido fue por proteger a su familia. 

— Pero es tu casa, tu madre y hermano quieren que regreses— De todas formas no quiero volver, ellos están mucho mejor sin mí— terminó de decir Yesung con una voz demasiado profunda y a la vez ahogada. 

—Si esa es tu última palabra, entonces no queda de otra más que, tendrás que venir conmigo— dijo Mindee mientras habría la puerta de su coche—¿Quieres que valla contigo a Seúl?—Eres mi sobrino, no puedo abandonarte en donde no quieres estar, Además necesito unos que otros favores.

—¿De qué clase para ser exactos? — quiso saber Yesung puesto que le causaba inquietud, desde hace mucho no confía en nadie, ni siquiera de su propia sombra— Bueno, necesito a una persona que me ayude en el Campo de entrenamiento por las mañanas, y en el taller por las tardes, te apetece  ayudarme con eso? —Claro que si! Para mi encantado— le contesto demasiado emocionado a su tío— Excelente, pero con la condición que te mantendrás alejado de los problemas, la hierba y drogas, te quedó claro?— Las drogas y la hierba no tienen de qué preocuparte, pero los problemas no te lo aseguro puesto que estos me persiguen todo el maldito tiempo—De eso no hay porque temer, te ayudaré a patearles el maldito culo. 

—Muchas gracias tío por todo esto—No hay de que, corre vámonos de aquí— por supuesto— terminaron de decir subiéndose al coche, dirigiéndose a Seúl. 

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Espero que  les guste, tanto como ami esta historia.