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Todos estaban nerviosos, sobretodo el líder de la manada de los lobos. Aquél alfa con apariencia temible e imponente, que a ella se le hacía el lobo más tierno y cariñoso que nadie viera jamás.
Todos en aquél pasillo estaban nerviosos, pero no por la llegada de los cachorros del alfa, sino por la mira de muerte que cargaba el líder. - Señor ya están por nacer, puede pasar ahora- dijo una mujer de una edad mayor, el líder asintió y entro a la habitación dónde estaba la mujer dueña de su corazón, transformada en un hermoso zorro de color rojizo. Soltaba quejidos por las contracciones del parto, el alfa se acercó a ella y acacio su rostro. Ella se acurrucó en su mano - Están naciendo- dijo la mujer mayor.

Tras unos momentos se escucharon unos chillidos que provenían de dos cachorros. La mujer se transformó rápidamente he intentó ponerse de pie - Cariño - dijo ella quejándose al instante y siendo detenida por la mujer - no digas nada - dijo y salió de la habitación. La mujer regreso pera ver a sus pequeños cachorros recién nacidos, se transformó en zorro de nuevo y se acurrucó para que sus pequeños zorritos pudiesen beber leche.

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Pasaron 12 años, y el alfa de la manada había obligado que sus cachorros no saliesen de la casa del alfa para evitar que los de la manada se diesen cuenta de que ellos eran zorros y no lobos. Su madre se encargaba de llevarles comida y educarlos. Para que no les faltara nada. Pero eso no evitaba que los niños no sintieran curiosidad por el mundo exterior, por lo menos uno más que el otro ya que uno de ellos no tenía la condición física para salir.

- Jin, ¿Cómo crees que es afuera?- preguntó uno de los cachorros mirando a su hermano desde la cama - No lo sé, talvez es...- pensó un poco - aburrido. Además es más divertido estar aquí.- dijo, se dirigió hacia la cama de su hermano - Ya no tienes fiebre Minki. Le avisaré a mamá- se dió la vuelta dispuesto a irse, pero sujetaron su muñeca, Jin miró a su hermano - Yo no creo que sea aburrido estar afuera, preferiría estar afuera que en esta cama, pero solo es un pensamiento tonto, solo ignorame.- dijo mientras lo soltaba - dormiré un poco, tengo sueño- dijo y se dió la vuelta para poder dormir. Jin miró una última vez a Minki y se fué. Mientras cruzaba los pasillos sentía una pequeña presión dentro de el.

Sus pensamientos iban y venían todos sobre la misma persona, su hermano, Jin se sentía mal porque su hermano no podía hacer mucho esfuerzo, él era delicado de salud, así que rara vez lo veía caminando por la casa, el entendía su aburrimiento, ya que no salía. Difinitivamente el le quitaría el aburrimiento, saldría a escondidas y le contaría a su hermano todo lo que viese afuera.

- Sra. HaNeul, le ha bajado la fiebre a Minki- dijo Jin. Su padre les había dicho que tenían prohibido llamarle mamá, ya que ellos diferentes - Ya veo, le llevaré un poco de comer- dijo con una sonrisa - El ha decidido dormir un poco - dijo aún mirándola - ya veo, ¿quieres comer?- Jin negó - Estoy bien, gracias- dijo retirándose del lugar. Obviamente no había visto el rostro de tristeza en HaNeul, ya que se había ido incluso antes de que ella pudiese decir algo, pero pronto se enteró de la razón por la que se había negado a comer, su padre había llegado.

Jin había caminado tranquilamente, pero seguía pensando en querer hacer para poder salir de su prisión llamada hogar y contarle a su hermano cómo eran las afueras. Por su hermano saldría, por su hermano era su única razón.

Say " I Love You"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora