II

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Jin caminaba discretamente por la muralla que rodeaba la casa del alfa de la manada, estaba buscando la forma de salir. Con su padre en casa era menos probable que lo encontrará en las afueras y lo reprendiera.

Caminó con cautela sin perderse de nada, quería contarle hasta el más mínimo detalle de lo que había en las afueras. Las farolas iluminaban el camino, las cabañas eran de madera y se veían hermosas, dentro de la muralla todo era piedra, no se comparaba con lo de afuera. Mirando un poco más a los alrededores se encontró con un lago que también era iluminado por las farolas y los demás en la manada estaban ahí sonriendo todos se veían felices. Camino con cautela un poco más sabía que no debía ir muy lejos, pero el quería verlo todo y no perderse de un solo detalle. Así que continuó su recorrido le hubiera gustado que su hermano estuviese con el y uniera podido ver todo lo que había en las afueras, obviamente se lo contaría pero no era lo mismo, el tendría que verlo por si mismo y el juraba que lo llevaría a verlo y nadie se lo impediría. La felicidad no le duró mucho ya que escuchó el comentario -"¿Huelen eso?"- Jin se tensó, se escondió atrás de una de las cabañas y sin hacer ruido esperó, un agarre en su brazo lo tomó por sorpresa. Jin miró a quien lo tomaba un hombre que lo miraba serio, soltó un aullido, los cuales se fueron propagando a lo largo del bosque - Quédate quieto, pronto vendrán por tí- dijo el hombre.

Tras pasar un momento vió llegar a a su madre con un rostro triste y preocupado, y justo a su lado estaba su padre con el rostro serio, lo miraba con enojo puro. - Mi señor encontramos a este cachorro merodeando por aquí - dijo un hombre a su lado, - Ya veo, Seokjin, a la casa, muévete!- dijo su padre con aquella voz que hizo más que uno temblara, por algo él era el alfa de la manada. Jin salió corriendo, quería llorar, tenía miedo, mucho miedo. Nunca había cruzado demasiadas experiencias con su padre - solo aquellas en las que su padre le preguntaba algo, o en las que se veía obligado- pero, está vez había sido diferente su padre había enfocado todo su odio en el y eso no le gustaba, le tenía miedo. Solo esperaba a que su madre no tuviera problemas por su error.

Jin estaba en la sala principal, estaba esperando a que llegase su padre, al fondo se escuchaba el sonido que hacían las agujas del reloj tras pasar los segundos. Un azote en la puerta lo hizo saltar en su lugar, su padre había llegado.

Al entrar en aquella sala, Jin pudo notar que no solo su padre estaba en esa sala, su madre también - ¿Cuáles son las reglas de esta casa Seokjin?- dijo el alfa, Jin por su parte miraba el suelo como si en este estuviese la respuesta a aquella pregunta. - Seokjin! ¿Cuáles son las reglas de esta casa?- volvió a repetir, Jin tembló al sentir la mirada de su padre doble el - U..Uno: Prohibido transformarse a la forma animal.
Dos: Prohibido decirle madre a la señorita HaNeul.
Tres: Prohibido alzar la voz.
Cuatro: Prohibido correr en la casa.
Cinco: Prohibido hablar con personas ajenas a la casa.
Y la más importante...- - No salir de casa- acompleto el hombre, con un tono serio - Y porque si es la más importante, ¿Porqué no has hecho casó? - dijo el hombre, jin sólo miraba al suelo - ¡TE ESTOY HABLANDO! ¡MÍRAME CUANDO TE HABLO! - gritó, Jin había saltado por el grito, y sin poder evitarlo las lágrimas comenzaron a caer. El hombre pasó por sus manos por su cara - Si tanto quieres estar afuera, te dejare afuera. LeeAng llévatelo déjalo en el bosque- dijo para después comenzar a retirarse, su madre abrazó a Jin, era solo un cachorro no podía hacer eso - Cariño, porfavor es solo un cachorro - dijo ella sin soltarlo - HaNeul! Suéltalo es su castigo - dijo el hombre en un gruñido, la mujer se encogió en su lugar, pero no lo soltó - ¡HaNeul!- dijo el hombre al ver que ella no le hacía casó, ella negó, si había un castigo se lo llevaría ella no su cachorro. El hombre tomó a HaNeul y la safo de el abrazo con Jin. Jin -al igual que su madre- se aferraba, no quería que lo separarán de ella. Pero nada impidió que se llevarán a Jin.

Ese día HaNeul no fue a dormir en la misma cama de su esposo, Él tampoco podía dormir, porque aunque mostrará la expresión más temible y  fría de toda la manada, el estaba preocupado por su cachorro, después de todo era su hijo, se levantó de la cama y fue directo hacía la ventana era una noche despejada y las estrellas brillaban con singular luz, pero no sé comparaban con la luna - Se que eres inteligente Seokjin. Así que se que no te transformaras ni llamaras la atención- dijo el mirando hacia el bosque.  - Señor, Los líderes de la mandá llegaron antes- dijo una voz afuera de la habitación.

Say " I Love You"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora