°Shit°

76 9 2
                                    

Ambos estábamos en ese viejo bar haciendo lo de siempre. Beber sin derramar una gota en la barra, o eso es lo que yo creía.

Aún estaba sobria al igual que mi acompañante. El cantinero nos conocía bien, puedes encontrarnos de viernes a domingo desde las 9:30 hasta las 3:07 aquí.

Pedimos lo de siempre. Dos Coca-Colas con vodka mas dos fundas de mentas en la barra.

- Uno, dos y tres.

Hablamos con rapidez y tomamos nuestros tragos de la misma forma ya que anteriormente sumergimos las mentas en nuestras bebidas creando espuma.

Logre beber el liquido del vaso con mas prontitud ganando así esta pequeña partida dejando el vaso en la madera y alzando mis brazos en señal de victoria.

- ¡Gane!.

Grite volviendo a mencionar mi victoria.

- Si, si, como mi princesa diga.

Habló con una sonrisa en sus labios y en tono sarcástico sacándome una pequeña risilla.

Nos sirvieron cervezas y la bebimos entre anécdotas, besos y risas. Todo bien por ahora.

Era una noche bastante tranquila. La música adornaba el ambiente mas esa luz que daba colores cálidos al lugar.

Entre cerveza y cerveza llegue a tal punto de ver algo borroso, subirme a la barra y bailar, apostar en meterme un cerillo encendido a la boca, etc. Sentía que mis movimientos eran algo ligeros a lo que son normalmente. Mire la hora en mi celular y con dificultad divise las 2:59 pronto nos iríamos. Pagué las bebidas de ambos y camine hacia Fred quien reía ebrio, le dije que era hora de irnos y él aceptó con facilidad.

Tres hombres se encontraban entrando al bar dándome uno que otro piropo, Fred noto eso. Empujo a uno de ellos y este le devolvió en acto haciendo que cayera al piso golpeándose el labio y la ceja en la acera.

La situación hizo que el alcohol que tenía en la cabeza se esfumara casi por completo.

Intente ayudarlo a parase pero él azoto su brazo bruscamente para que no lo tocara.

- ¡Quítate!

Que me gritara me causo rabia. Insulte a Fred.

- ¡¿Por qué mierda eres tan idiota?!

Grité con rabia. Grité grosería tras grosería y él respondió de la misma forma.

- ¡Me largo!

Grité al final, me di vuelta y camine a casa, Fred me perseguía rogando perdón, ya llevaba así unas cuantas cuadras hasta que en un semáforo tomo mi brazo y me di vuelta a verlo con rabia.

- Lo siento Meg...

- ¡Lo siento mis huevos, haces lo mismo todo el tiempo!.

Solo un abrazo y un pico calmo mi ira.

Toda esta situación hizo que lo que habíamos bebido se esfumara de nuestro organismo casi en su totalidad.

*ωιтнσυт мє* [ƒяє∂αηgℓє] σηє ѕнσт'ѕDonde viven las historias. Descúbrelo ahora