Los cristales estaban regados en el suelo y esa pequeña mesa rota en pedazos.
Llegue a mi limite, odiaba a ese idiota, lo odiaba... Pero recordar pequeños, bellos momentos me hacen arrepentirme de decirlo.
Esta vez no me quedaría callada ante los reclamos y golpes de Alfred, esta vez estaba dando voz y fuerza, lo odiaba pero no podía dejar de amarlo, quería ayudarle, pero si el continuaba de esa forma, me iría.
- ¡No me alces la voz!.
- ¡Quien en un principio no debió alzar la voz en esta jodida casa, eras tu, tu debes respetarme!.
- ¡Esto no es mi culpa!.
- ¡Deja de hacerte el inocente, tu empezaste con los abusos, tu salias con esa rubia zorra, tu perdiste el control!.
Y lo volvió a hacer.
Mis cabellos se alborotaron siguiendo la dirección de mi cabeza, mi mejilla tomo un color carmín y quedo la marca en mi piel, dando a conocer la bofetada que me proporciono Alfred.
- Intentaste hacerte la fuerte, ¿que tan bien te resulto eso?.
Dijo con asco y odio en sus palabras.
Di vuelta a mi cabeza para poder verle a los ojos cambiando la expresión de su rostro a una de culpa.
La gotas de carmín con ese sabor metálico se desbordaban gota por gota de mi labio, juntándose pocas de estas con saladas y cristalinas lagrimas que corrían de mis ojos a mis mejillas cayendo finalmente al suelo.
No llore ni una vez, no llore en un mes, soporte todo este tiempo, jamas lo hice frente a él o a escondidas. Fue el fin, mi fin.
- Meglory, lo sien..
Vire su rostro de una bofetada.
El penúltimo capitulo, en una hora más o menos subiré el final.
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*ωιтнσυт мє* [ƒяє∂αηgℓє] σηє ѕнσт'ѕ
Short StoryY así fue. El entro a golpes en ese viejo carro de policías con esposas alrededor de sus muñecas detrás de su espalda mientras observaba a la albina con una exprecion de "Sorry". Ella aun estaba observando al pelinegro desde el otro lado del vidrio...