EXPIACIÓN DEL ALMA

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Hace tres días Mateo le había confesado a Diego lo que sentía y le había pedido que fuera su novio, sin embargo, su relación aún no era del todo publica, pues ambos habían tomado la decisión de mantener inicialmente su relación en secreto, puesto que Diego no estaba seguro de cómo reaccionaría su padre y no quería que le costara su trabajo a Mateo, ya que Dora le había contado que Ubaldo era bastante celoso, y que había ahuyentado a todos los muchachos que se le acercaban cuando era joven. Y Mateo aún no salía del clóset con sus padres, pues tenía miedo al cómo reaccionarían, así que no podía darse la libertad de que algún conocido los descubriera.

En consecuencia solamente cuatro personas sabía de su relación hasta el momento. En primer lugar estaba Dora Ortega, ella había interrogado a Diego durante la comida, ya que tenía una sonrisa en su rostro que su tía no había visto desde que les contó que estaba enamorado de Temo, Dora no estaba muy contenta con que ese muchachito Symanski fuera el novio de su sobrino pero sabía que no tenía ni voz ni voto en esa decisión, así que ocultó su disgusto a favor de la sana convivencia. De igual manera, Nora Ortega se había enterado de la noticia, pues en cuánto llegó a la casa de su cita con Bárbara, su sobrino le contó la noticia mientras daba saltos de alegría.

Así mismo, Aris y Temo se habían enterado de su relación el Domingo, pues ese día Mateo había ayudado a Diego a mudarse de vuelta al departamento, y por ayudarlo debe entenderse cargar las maletas de Diego mientras el ojiverde lo veía con adoración. Sin embargo, eso no fue lo que los delató, pues Diego siempre veía con adoración a Mateo, en su lugar los roomies del joven Ortega se enteraron de que eran novios cuando los encontraron en una situación un tanto comprometedora. Diego estaba tratando de tentar a Mateo para que lo besara, sin embargo su momento fue interrumpido por Aristónteles y su necesidad de ir al baño en el peor momento posible.

Ahora era Lunes, y este sería su primer día como pareja en la universidad, Mateo no estaba seguro de cómo su noviazgo cambiaría sus interacciones, puesto que desde hace tiempo ambos eran muy cariñosos entre sí, bueno, Diego era muy cariñoso con Mateo. Sin embargo, en ese entonces no lo importaba a Mateo, ya que Diego solamente era el chico que le gustaba, ahora era su novio, su primera relación seria.

— Maty — Diego lo besó en la mejilla —, te quiero.

Las mejillas de Mateo se ruborizaron, se sentía observado por todos, quizá estaba siendo un poco paranoico, pero esa sensación lo hacía sentir incómodo, pero por Diego trato de ignorarla.

— Yo también te quiero, pay de queso.

Diego notó que había algo raro en Mateo, puesto que su mirada no se enfocaba, veía a todos lados y su voz sonaba un poco forzada, muy diferente a esta mañana cuando habían desayunado juntos en su departamento.

Diego decidió que lo averiguaría, Diego Ortega Elizalde nunca se quedaba con la duda, siempre obtenía una respuesta.

— Dime, Maty — Diego lo miró con desinterés y se lamió los labios, mientras deslizó un dedo de su tórax a su abdomen —, ¿por qué estás tan nervioso? — Diego recargó su cabeza en el hombro de Mateo y ronroneó, el judío repentinamente comenzó a sentir mucho calor —, ¿me tienes miedo?

A Mateo se le estaba olvidando cómo respirar, su mente se había llenado de pensamientos impuros.

— Dime Maty, ¿quieres jugar conmigo? — Diego continuó usando un tono coqueto, ahora se encontraba detrás del más alto, su mano derecha rasguñó suavemente su espalda, luego plantó un beso en su cuello —, Aristóteles podrá ser un lobo oaxaqueño, pero si tú me lo permites — Diego susurró a su oído —, yo puedo ser un león toluqueño.

Mateo tragó saliva, estaba a nada de perder la cordura y besar a Diego en ese momento, hasta su respiración se había vuelto irregular, sentía tanto deseo por su novio que se le había olvidado que estaba en la escuela y le valía quién los pudiera ver. Mateo colocó a Diego frente a él, clavó su mirada en sus labios, pero antes de que se acercara a él, llegó Bernardo y los interrumpió.

TALK ME DOWN | MATIEGO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora