Cuernos [Axel Blaze]

V

Esta mañana Sam nos ha levantado a ls seis y media para poder ir a entrenar. Hoy básicamente se ha centrado en machacarnos lo más que ha podido, hemos corrido, hemos echo tabla de ejercicios y para finalizar algunas lagartijas. No puedo con mi vida.

Carlos y yo estamos en recepción después de habernos duchado y toda la pesca. Nuestro plan para esta tarde es ir a alguna tienda de tatuajes y hacerme el septum en cambio el creo que se va a tatuar algo, ni idea la verdad.

Así que nos levantamos del sofá antes de que Sam nos vea y nos pregunte que es lo que vamos a hacer y salimos del hotel.

-Así que Axel Blaze ya ha caído en tus encantos -Coge mi mano entrelazando nuestros dedos para seguir andando -Yo es que no se, vi una chica muy guapa en el baile, creo que era gerente se Inazuma Japón. La que estaba sentada en el sitio de Axel ¿Te acuerdas?

Hago memoria intentando recordar alguna escena familiar hasta que me doy cuenta de que habla de la chica con el pelo Lila que había ocupado el sitio en donde Axel y yo nos habíamos sentado después de bailar.

-¡Ha! Vale ya se de quien me hablas, si escuche bien lo que dijo Mark creo que se llama Camelia y es la hija del entrenador o algo así -Me muerdo el labio- Pero tampoco me hagas mucho caso puede que me esté equivocando.

-Me suena algo así también -Acepta este, me mira de reojo sonriendo- ¿Que tal en tu casa? ¿Va mejor todo?

Niego con la cabeza, la verdad es que mi situación familiar ahora mismo no es la mejor. Y Carlos siempre ha sabido de pe a pa lo que pasa en mi vida, pero aún no he tenido la oportunidad de contárselo -Mi madre está más exasperada cada día que pasa, papá demasiado centrado en el trabajo y en organizar toda esta mierda de la federación y mis dos hermanas. Bueno ellas están intentando sobrellevarlo todo, siendo sincera con tigo no creo que el matrimonio de mis padres dure mucho más.

-Carina no pienses así, ellos se quieren -Intenta animarme el chico, por estas cosas le quiero tanto de verdad.

Sonrió enseñándole los dientes blancos -Esta bien, ya no me duele tanto. Si te soy sincera lo voy asumiendo ahora ya es como un echo.

-Me alegra escuchar esto, pero de todas formas si necesitas algo estoy aquí para ti.

-Lo se y por eso te quiero tanto -Me acerco a él besándole por toda la cara provocando carcajadas por parte de ambos, vuelvo a retomar mi sitio y seguimos andando como dos chicos normales o al menos lo intentamos -¿Y tú madre que tal? ¿Tu hermano le da mucha guerra?

-Ella bien ya sabes feliz como siempre, mi hermano no ha cambiado nada de nada, y dentro de poco es su cumpleaños así que tengo que enviarle algún regalo.

-Yo te ayudo a elegirlo.

Ambos sonreímos y nos adentramos en la tienda en donde este tiene que hacerse el tatuaje. Primero le enseñan el dibujo final que ha quedado, después con un papel a posta se lo pegan en la piel y queda el lobo en su espalda, buha brutal loco.

Mientras que a mi me sientan en una silla para poder colocarme la aguja y de repente ya tengo el septum echo. Y si si que duele, para esas personas que decís que no, dejad de mentir que es muy feo.

Nos quedamos dos horas más sentados viendo como el hombre tatúa a mi mejor amigo. Y cuando esté termina le limpia bien el tatuaje y se lo enseña con un espejo. Me encantaría haber echo una foto de la cara de Carlos porque es la mejor.

Se gira hacia mi -¿Nos hacemos un tatuaje igual? -Le miro sobresaltada.

-¿Que dices loco? -Espeto sin pensármelo mucho, si Sam ya nos mata imagínate si nos hacemos más cosas raras. El tatuado nos mira a ambos con una sonrisa en sus labios, claro como más tatúe más va a cobrar.