Escritos aleatorios

Love yourself

¿Alguna vez has sentido que pierdes la fuerza?

¿Qué ya no te queda nada por qué luchar?

Todos, alguna vez hemos atravesado ese camino oscuro y tenebroso, donde creemos que nuestras peores pesadillas se harán realidad y que nuestros sueños jamás se cumplirán.

Nos rendimos ante la más mínima dificultad, sentimos la derrota sin ni siquiera comenzar la batalla.

Lo posible parece inalcanzable. Nos sentimos tan inferiores y poco capaces que no nos damos la oportunidad de trazarnos metas por miedo al fracaso.

Sientes que la soledad te absorbe aun cuando estás rodeado de personas, de las cuales te excluyes porque no quieres ser rechazado, te sientes como un bicho raro y no quieres que los demás te tachen como tal, prefieres vivir en la ignorancia, a pesar de que no eres feliz, que a esa realidad que te pintas en la cabeza.

Esto se puede definir como depresión, sentimientos de inferioridad, pero sobre todo una gran falta de cariño hacia a ti.

Si tú no eres el primero en valorarte, en quererte, en esforzarte por demostrar que no solamente eres una persona más que habita el mundo, sino alguien que quiere valerse por sí mismo, que lucha por sus aspiraciones, que a pesar de que sienta que lo está perdiendo todo es capaz de levantarse y defender lo poco que le queda, nadie lo hará por ti.

Puede que sientas que seas lo restos de una gran construcción, esa que se cayó a pedazos, pero esos pedazos son los que sirven de base para la nueva estructura, que será muchísimo mejor que la anterior.

¡¡Tú!!

¡¡Si tú!!

«Eres fuerte, nunca lo dudes»

Tienes que encontrar esa fortaleza dentro de ti. Eres capaz de lograr todo lo que te propongas siempre que le pongas empeño y dedicación.
No esperes a que las cosas se hagan solas, porque no lo harán.

No aspires a que tus metas se cumplan por voluntad divina, que todo te salga bien sin mover un dedo.
La vida no es color de rosas, tiene sus tonos fríos y cálidos. Así como las montañas rusas, pueden subir o bajar, puedes tener un trayecto tranquilo o llenos de curvas y elevaciones.

Mi último consejo:

No te rindas. Eres mucho más de lo que piensas, y lo que pienses será realidad, siempre valdrá la pena cada gota de tu sangre, sudor y lágrimas.