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「Capítulo ocho」

Deprimido y sin haber dormido Ji Yong se dirigió a la estación Itaewon a las ocho y media para estar en el restaurante antes de que abrieran.

Era sábado en la mañana así que el tren estaba casi vacío, se sentó en uno de la docena de lugares vacíos. Era casi primavera así que el sol era suave y placentero. Quería darle a su cuerpo la suave brisa que acariciaba su mejilla, pero recordó su deseo y se dirigió hacia Individu.

Estaba un poco nervioso.

Había aceptado lo que Daesung le dijo y confiaba en llegar temprano al restaurante, pero no tenía idea de lo que encontraría. Ji Yong sentía como si le estuviera robando sus secretos, y hacer consciencia de eso era una dolorosa punzada.

Pero él realmente quería conocer más de SeungHyun.

Siguió el familiar camino al restaurante, paso a paso, y se detuvo a una ligera distancia. Dio los últimos pasos lentamente, se decidió a no tocar la puerta que tenía colgado el letrero de cerrado, y se dirigió a ver por la ventana. La contraventana y las macetas estaban ahí pero él podía ver casi todo el interior.

— ¡Oh!

Vio a SeungHyun arrodillado en el suelo.

Ji Yong fijó la mirada y finalmente pudo ver lo que estaba haciendo, estaba puliendo las mesas y las sillas del piso con un trapo.

El personal siempre limpiaba antes de la cena. Pero ellos nunca habían encontrado basura y Ji Yong pensaba que SeungHyun contrataba a alguien que limpiara el lugar varias veces a la semana.

Ese podía ser el caso, pero SeungHyun estaba limpiando él mismo.

Enceraba la mesa y la silla con amorosa atención. El ver eso llegó al corazón de Ji Yong. Estaba tan absorto que Ji Yong dudó en interrumpirlo.

Era obvio que SeungHyun amaba el restaurante.

Una vez que terminó de encerar las sillas se limpió el sudor de la frente con el dorso de su mano, se giró y vio a Ji Yong.

— Espero no...

No parecía posible, pero SeungHyun se dirigió inconmovible a la ventana. Veía fijo a Ji Yong, quien estaba parado fuera de la ventana. Ji Yong no podía correr y no podía esconderse. SeungHyun estaba de pie frente a Ji Yong con el ceño fruncido.

— Um, no estaba tratando de espiarte, yo solo...

SeungHyun no dijo nada, pero Ji Yong se apresuró a explicarse. 

SeungHyun vio a Ji Yong por un gran momento desde el interior del restaurante, entonces sacudió el mentón, indicándole que entrara al restaurante.

— Yo... tengo unas diligencias, pero realmente necesito...

Pero SeungHyun no parecía querer oír lo que Ji Yong decía, el saber eso le hizo sentirse patético por inventar excusas. No ganaría ningún punto si trataba de alejarse ahora, así que obedientemente entró al restaurante.

— Buenos días...

— ¿Que estás haciendo aquí tan temprano?

La voz de SeungHyun era implacable, cuando Ji Yong entró. La frente surcada con profundas arrugas, enviaron a Ji Yong al borde.

— Lo siento.

— No te pedí que te disculparas, te pedí que dijeras qué estás haciendo aquí tan temprano — su voz era dura.

Quizás SeungHyun seguía enojado por lo de la última noche. Ji Yong luchó contra su deseo de huir, y se preparó para contestar calmadamente.

— Estaba viendo.